Era uno de los juegos que teníamos más ganas de probar en este E3 2015 y no hemos salido decepcionados. Tras asistir, gozosos, al renacer del loco Max en los cines gracias a la espléndida Furia en la Carretera (para los que tengan dudas, el juego no está relacionado con el filme de manera directa, aunque son evidentes sus influencias), nos hemos puesto a los mandos del Magnum Opus y nos hemos metido en la piel virtual de Max para descubrir el primer videojuego basado en la icónica franquicia de George Miller. Mad Max nos ha dejado muy satisfechos y no podemos más que esperar a que tenga lugar su lanzamiento oficial el próximo mes de septiembre. Pero, aún tras la euforia, vamos a intentar explicaros lo que hemos experimentado en la demo a la que hemos tenido acceso.
La demo comenzaba con el loco Max rodeado de bandidos. Así, de primeras. El sistema de combate es muy similar al que experimentamos en La Tierra Media: Sombras de Mordor, uno de los últimos éxitos de Warner, desarrollado por Monolith Productions. En esta ocasión ha sido Avalanche Studios la que se ha encargado de este juego basado en una franquicia y se nota que le han puesto mucho amor a su creación. Pero, volviendo al sistema de combate, nos encontramos con una propuesta basada en el contraataque y en los golpes. Max utiliza pocas armas de fuego y, de hecho, durante la demo sólo hemos aprovechado nuestro puños para eliminar a los malos.
Tras acabar con los bandidos, nos dedicamos a recoger todos los recursos que había por la zona, incluyendo un bidón de gasolina y algunas partes de vehículos oxidados que nos permitieron mejorar el Magnum Opus, una de las piedras angulares de la jugabilidad del título. Como sabréis, sobre todo si sois aficionados a la franquicia cinematográfica, Max se mueve por instinto. Su misión es seguir con vida otro días más en un mundo devastado y sin humanidad, por lo que tener un vehículo que le permite moverse por las dunas del viejo mundo resulta imprescindible. Aunque el maravilloso y emblemático Interceptor no está a nuestro alcance por motivos argumentales, sí que podremos conducir el Magnum Opus, una bestia parda que podremos «tunear» a nuestro antojo, mejorando sus estadísticas y sus habilidades destructivas.
Max irá acompañado en su vehículo por un mecánico o aliado, llamadlo como queráis, ubicado en la parte trasera del coche. Él se encargará de realizar las actualizaciones de nuestro bólido, así como también reparará el vehículo, que sufrirá daños durante la aventura, como no podía ser de otra manera. Una vez adaptados a las posibilidades del Magnum Opus, nos desplazamos a toda velocidad por el yermo en busca de nuevas actividades que realizar. Al instante nos damos cuenta de lo enorme del escenario, que nos ha recordado por momentos a Red Dead Redemption gracias a sus impresionantes y espectaculares cielos azules. No obstante, desde Avalanche Studios nos han confirmado que el clima será cambiante y dinámico, por lo que también habrá escenas nocturnas y momentos espectaculares, como los protagonizaos por las tormentas de arena.
Sea como fuere, durante la conducción descubrimos unos rastros de ruedas en la arena y comenzamos una peculiar caza de bandidos para conseguir más piezas para nuestro vehículo y para intentar seguir con vida, al menos, un día más. Nuestra misión era la de destrozar a todos los coches que escoltaban al líder de la banda, al que también debíamos eliminar. Claro está, todo resulta más fácil de decir que de hacer. Para reventar los coches enemigos teníamos que comenzar eliminando su armadura, algo que se puede realizar gracias al gancho que Max lleva anclado a su vehículo. Mediante este gancho destrozaremos las ruedas de los coches o arrancaremos de cuajo sus defensas.
En ocasiones, los enemigos estaban tan cerca de nuestro vehículo que saltaban al mismo y se posicionaban sobre el techo, cuestión que solventábamos rápidamente usando la escopeta recortada de Max. En el Magnum Opus, al menos en la demo a la que hemos podido jugar, también teníamos un lanzallamas y un lanzacohetes, con los que terminamos de dar buena cuenta de los bandidos que nos impedían llegar hasta el líder del grupo. Una vez eliminado, conseguimos la mejora del coche y vimos como la demostración llegaba a su fin.
Las sensaciones generales son de lo más positivas y aunque resulte fácil pensar que nos encontramos ante un nuevo Sombras de Mordor, lo cierto es que la fuerza y personalidad de Mad Max está fuera de toda duda, por lo que si el resultado final acompaña nos encontramos ante un juego de franquicia de lo más notable. Se aprecia de un simple vistazo que la obra se comenzó a desarrollar en la pasada generación de consolas, pero eso no hace más que aportar más estabilidad a la obra, que no necesita ser la mejor a nivel visual para conseguir llamar nuestra atención. El próximo cuatro de septiembre podremos hincarle el diente en PS4 y vivir nuestra propia aventura como unos auténticos salvajes de autopista.