Hace algo más de un mes se puso a la venta, no sin cierta polémica, el último y decisivo DLC de Dragon Age: Inquisition. Intruso, que es el título que da nombre al contenido, llegó para desenredar todos los misterios y dudas que el final abierto del juego principal había dejado entre los usuarios, cuestión que no resultó del agrado de todo el mundo, algo mosca con BioWare desde que dividiera al mundo jugón con otro final polémico, el de Mass Effect 3.
Y si bien es cierto que Intruso cierra la trama general de Inquisition, ni mucho menos marca el final de la historia. El contenido supone más bien un punto y seguido para la franquicia, ofreciendo pistas sobre el devenir de la saga y de sus más que probables próximas entregas. Pero antes de seguir más vale que avisemos: en este texto hay spoilers, por lo que si aún no habéis completado la historia principal de Inquisition, y tenéis intención de hacerlo, os invitamos a leer el artículo con todas sus consecuencias.
Todos los que en su día jugamos a Dragon Age: Inquisition nos quedamos algo perplejos ante el final que presentaba. Solas nos dejaba con la miel en los labios, compuestos y sin novia, con más dudas que instantes antes de terminar la trama general de la propuesta. No obstante, las escenas que venían después y el clásico cierre de Bioware narrado con voz en off e ilustrado con imágenes conceptuales terminaban por dejarnos más o menos satisfechos. Hasta que se anunció que Intruso cerraría la trama general de Inquisition, despejando todas las dudas. Los usuarios nos planteamos entonces lo siguiente: ¿teníamos que pagar para conocer el verdadero final del juego?
Y no tenemos una respuesta clara. De hecho, no es la primera vez que BioWare ofrece contenido argumental importante en un DLC. Ya lo vimos con Dragon Age II y su extra conocido como Legacy, en el que teníamos ocasión de conocer a Corifeus, quien a la postre se convirtió en el villano principal de Inquisition. También hemos visto como en Mass Effect el estudio canadiense ampliaba la trama de varios personajes e, incluso, alteraba el final de la trilogía tras la respuesta negativa de buena parte del público hacia el complejo final original.
Volviendo a Intruso, descubrimos como BioWare marca el devenir de la franquicia y pone las bases para posibles próximas entregas, como ya hemos comentado, aunque lo cierto es que su adquisición resulta completamente opcional. Afortunadamente, este contenido extra merece la pena, con entre seis y ocho horas de juego extra, siendo su precio el mayor pero que pueden destacar los consumidores. Los incondicionales de Dragon Age, como servidor, siempre queremos saber más sobre la saga, aunque debemos reconocer que existen algunos contenidos extra poco satisfactorios que terminan por lastrar la idea general que se tiene sobre los siempre polémicos DLC.
Sea como fuere, Intruso presenta escenarios nuevos, combates trepidantes contra las tropas qunari, traiciones, nuevas escenas con los compañeros y, según el caso, hasta proposiciones de matrimonio, por lo que no se puede decir que BioWare haya descuidado a sus seguidores más fieles, que se verán recompensados con este contenido. La historia, como sabréis, transcurre dos años después de los acontecimientos vividos en Inquisition y plantea diversas decisiones trascendentales, incluyendo la propia disolución de la Inquisición, la traición (o no) de un viejo compañero y la tan ansiada charla con Solas, que despeja casi todas las dudas existentes hasta el momento.
Intruso cierra igual que los títulos principales de la serie, con una narración en off que nos desvela el devenir de los personajes principales y sienta las bases para una próxima entrega que promete estar ambientada en un lugar que hasta el momento no habíamos podido visitar, aunque ya sabemos mucho sobre él: Tevinter. El DLC deja con ganas de más y lo que más nos entristece al terminarlo es que somos plenamente conscientes de lo mucho que vamos a tener que esperar para volver a la vieja Thedas, sobre la que en cada nueva entrega de Dragon Age vamos sabiendo más.
Pero, dejando a un lado el fan que llevamos dentro, lo cierto es que Intruso bien podría haber formado parte del juego principal, como un estupendo epílogo que habría hecho de Inquisition un título más redondo. La edición GOTY del título, con todos sus contenidos, está disponible para su compra, por lo que vuelve a surgir otra pregunta: ¿merece la pena comprar un juego de salida o es mejor esperar a que esté disponible su edición «completa»? Ya sabemos que esto es un negocio y que los jugadores y jugadoras no somos más que meros consumidores pero estaría bien que los DLC aportarán algo realmente jugoso a un título y dejarán de parecer contenidos apartados a propósito para su posterior venta.
Y sabemos que se puede hacer. Lo hemos visto en DLC como los de GTA IV, Red Dead Redemption o, más recientemente, The Witcher III. Al jugador le duele menos pagar cuando cree o entiende que el contenido extra ha sido desarrollado de manera independiente al título principal y no es, por así decirlo, un descarte premeditado. Sea como fuere, Intruso es un contenido notable, lastrado por su precio final, que los fans de Dragon Age no deberían dejar escapar. Ahora sólo podemos esperar a que BioWare diga algo sobre un más que probable cuarto Dragon Age, cuyo final deseamos menos polémico y confuso que el de Inquisition. Y sin necesidad de DLC.