Human Revolution fue un renacer magnífico. ¿Lo será su segunda parte? La marca Deus Ex, a cargo originalmente del controvertido Warren Spector, se reinventó el pasado 2011 con un carismático y rudo Adan Jensen como eje central de la historia dispuesto a reformular los juegos de sigilo y acción con coberturas. Y vaya si lo logró, quedándose como uno de los estandartes de la generación PS3 en ese género. La oscura ambientación marcada por los aumentos o implantes tecnológicos en todos los humanos y de forma masificada sirvió a los canadienses de Eidos Montreal para contar una historia cruda y madura expuesta sobre una jugabilidad sofisticada y un apartado artístico aún hoy referencial. Mankind Divided, que enmarca su trama dos años después de aquellos acontecimientos y con el mundo del futuro a punto de enfrentarse en una gran guerra civil e ideológica sobre hacia dónde guiar al ser humano y su evolución integrada a la máquina, tiene por delante el reto de hacer todo lo que logró Human Revolution hace un lustro. No va a ser tarea fácil, pero su director, Jean-Francois Dugas, ha venido a España a dejarnos jugar durante más de dos horas a diversos actos y a presentar Breach, un hasta hoy secretísimo nuevo modo de juego del que aquí tenéis su nuevo tráiler:
Saldrá exactamente 5 años después del anterior título, este 23 de agosto y tras el fin de semana de Gamescom. La espera para los fans ha sido larga, pero una de las cosas que Dugas y su gente han tenido claras es que este segundo Deus Ex a su cargo debe ser también un juego para nuevos públicos, y eso se puede notar ya en la forma en que está presentado todo, las opciones de controles adaptables disponibles directamente desde el primer menú antes de entrar en partida, los flashbacks para explicar quiés es Jensen y su nueva lucha antiterrorista, o en cómo el nuevo viaje esta vez va a apostar por una especie de vuelta al mundo del futuro que lo llevará a puntos muy reconocibles de todo el planeta, como las costas de súper lujo de una Dubai tomada por las tormentas de arena o los callejones de Praga en una versión de la ciudad checa tomada por las cámaras, la bruma densa y el control total. Me lo explicaba Dugas, “el mundo está lleno de lugares maravillosos que en Mankind Divided hemos rediseñado por completo para que los visites emocionado”. Un buen primer paso para una mecánica de juego que, como tampoco pedíamos de otra forma, se mantendrá bastante continuista en esta secuela pero tendrá arreglos fuertes.
Human Revolution fue especialmente criticado por su planteamiento de los jefes finales, a menudo combates forzados que se salían del espíritu rolero y táctico de la bastante superior ruta hasta ellos. Dugas se muestra consciente y confiesa que han estado muy atentos a todo el feedback recogido estos años sobre el que fue su primer Deus Ex para así hacer en Mankind Divided algo más acorde al gusto mayoritario de los fans, especialmente de los fans, que son la razón de ser de esta marca, ni mucho menos la más mainstream bajo el sello Square Enix. Además, 2016 no es 2011, y tanto lo técnico como lo jugable ha avanzado a pasos agigantados. En el terreno de la infiltración ya parece estar todo dicho, y en lo audiovisual referentes como Uncharted 4 o Star Wars Battlefront no dejan lugar a mediocridades en esta generación. Lo cierto es que Mankind Divided y su renovado Dawn Engine ya no sorprenden como lo hizo en su día Human Revolution, ni en una cosa ni en otra, pues es bastante conservador. Pero, sin duda, sabrá mantener el tipo dado este complicado contexto en el que tiene que moverse. Gráficamente, para empezar, se nota más sólido, más nutrido, con nuevos efectos y especialmente puesto al día en iluminación y partículas, aspectos que su estética agradece y a los que saca partido.
Pero lo que de verdad importa en una producción de estas características es la historia y el gameplay, y de eso en Eidos saben mucho. Jensen tiene un nuevo capítulo de su vida que contar, un segmento aún en busca de desmontar el orden Illuminati que parece jugar en otras trascendencias respecto a las expuestas en el anterior viaje. Aquí hay un tono más grandilocuente que se observa ya en los primeros diálogos seleccionables en la nave sobrevolando Dubai que abre el primer acto probado en esta preview. Vuelven las decisiones difíciles y vuelve la historia manejable que queda en manos de lo que elija el jugador con las respuestas, con caminos cada vez menos claros entre el bien y el mal y un protagonista al que iremos dando forma, bando y personalidad a medida que vayamos eligiendo contestaciones y distintas acciones o conductas. Ese espectro dual de “elige tu aventura” se llevó bastante bien en Human Revolution y vuelve a estar aquí, dentro de un conflicto más complejo y donde no es tan sencillo decantarse por una vía u otra.
La sociedad del año 2029 vive enfrentada a raíz de lo que ocurrió en Pancaya. Todo esto se va a recordar bien o presentar a los posibles nuevos jugadores para que no se pierdan, aunque, una vez más, regresan en Mankind Divided los periódicos y documentos para amplair la trama y al mismo tiempo servir de coleccionables. Y no es lo único que vuelve con fuerza, también determinados aumentos de Jensen, los recurrentes conductos de ventilación o el sistema de pirateo por circuitos, que han sido recursos con los que Eidos ha jugado de nuevo para esta segunda producción.
Ahora bien, la ruleta de aumentos y capacidades de nuestro súper agente han crecido bastante, dándole casi una entidad de súper humano o superhéroe que se camufla totalmente a los ojos del enemigo, es capaz de propiciarle descargas eléctricas desde su brazo cuando se queda sin balas, tiene escudos de titán que lo hacen invulnerable unos segundos o tiene visión a través de las paredes e infrarrojos. Jensen es un soldado mucho más avanzado que en el anterior juego, y esto genera interesantes nuevas situaciones de combate construidas con una IA enemiga que promete estar a la mejor de las alturas y que no perdona una, haciendo aún más esencial el sigilo y la astucia para afrontar cada zona.
También se hará un poco más de énfasis en la personalización y mejora de las armas, también alojadas en ruleta y que, según explicaba el director del juego, se han concebido esta vez para encontrar situaciones donde prefiramos unas por encima de otras. Jensen ya no solo pensará en matar rápido para poder avanzar entre coberturas, sino que el jugador también tendrá que decidir cómo lo hace y cómo le es más favorable y adaptado a su estilo. Esto, junto a los aumentos nuevos y viejos, y con un diseño de niveles claramente mucho más vertical y donde importa la altura o mirar hacia arriba y abajo, generan un gameplay que sigue siendo como el de Human Revolution, pero que se percibe llevado un poco más allá, como que el equipo creador ya domina el producto y va a probar pequeñas pinceladas que le aporten profundidad y más sensación de control satisfactorio a medida que se avanza y se van aumentando las numerosísimas posibilidades de combate y escaramuza. Esperemos que así sea, de momento las sensaciones son buenas.
Mantenido en secreto hasta hoy, Breach es un nuevo modo de juego de Deus Ex: Mankind Divided que funciona como complemento absoluto a la campaña e historia centrales. Recuerda a las VR Missions de Metal Gear Solid o a los entrenamientos y carreras de Call of Duty: Black Ops III, funcionando como un conjunto de misiones y retos adicionales en un entorno virtual reutilizando las mecánicas de juego para plantear niveles sucesivos y objetivos cerrados, a contrarreloj, y donde también existe un modo de progresión a parte y un buen puñado de horas por delante si se quieren desbloquear todos los ítems y dejar buenas marcas de puntos en las tablas de clasificación online compartidas con amigos. ¿Esto que conlleva? Micropagos opcionales para los que quieran acelerar sus estadísticas y conseguir rápido potenciadores, pues entre niveles siempre se dará acceso a cajas de botín donde abriremos distintas ventajas y mejoras para el avatar protagonista. La idea es buena y la ejecución parece que también, sobre todo si esas cajas de botín no se convierten en necesarias, punto que Dugas ya ha dejado claro que no, que son solo para impacientes y nunca imprescindibles.
Por lo que he podido probar en las seis o siete misiones iniciales, este Breach al que se accede como un fallo del sistema de Palisade, va a ser el perfecto conjunto de misiones alternativas y creadas con mucha picaresca que poder intercalar con la primera y segunda vuelta al modo principal. La presentación es magnífica con los distintos circuitos y niveles claramente expuestos, también las habilidades que se ponen a prueba en cada laberinto virtual, y los trucos que podemos aprender aquí para luego emplearlos en unos mejores resultados y facilidades en campaña. Eso sí, éste es un modo de juego separado, no mezcla con la historia ni la progresión del avatar ni los desbloqueos. Su vida útil se mantendrá, también, con pequeños desafíos posteriores y con la constante competición contra los puntos de los demás para subir puestos en las leaderboards.
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