Call of Duty: WWII, impresiones E3 2017
En la guerra no hay ganadores, en el shooter del año sí...
Parece que nunca iba a llegar este día de volver a jugar a la Segunda Guerra Mundial con Call of Duty, pero el E3 2017 que se esta celebrando estos días en Los Ángeles me ha servido para descubrir que el nuevo CoD WWII me gusta más de lo que esperaba, pues reconozco que sus primeras demostraciones me dejaron algo frío y con sensación de «ya lo he visto demasiado» pese a su ansiado regreso al conflicto que marcó el siglo XX. Sin embargo, mando en mano y ante la presentación a puerta cerrada de la feria angelina, lo que uno descubre es que Sledgehammer Games ha arriesgado más de lo que pudiera parecer, acercando la saga COD a otras competidoras e incluso tirando por el camino del realismo y la fidelidad sin salirse de la ruta de la diversión directa y espectacular.
A falta de que enseñen con detalle esa campaña adicional que van a traer consigo los Zombis como si esto fuera un Wolfenstein, lo que se ha probado en Los Ángeles es campaña singleplayer y multijugador competitivo, concretamente un nuevo acto de la primera y tres modos de juego y personalización en el segundo. La historia va a ser la de siempre, pero contada desde un ángulo más emocional, en parte debido a que Glen Schofield, uno de los fundados de Sledgehammer que ha estado conmigo y mi compañero Sergi dentro de la sala de Activision donde se ha visto primero el juego, tiene una trama personal que contar. Su abuelo estuvo en la Segunda Guerra Mundial y este juego es un poco la «hollywoodización» de lo que fue aquel conflicto y cómo los compañeros acababan convirtiéndose en honorables hermanos. Aquí os lo enseñamos en vídeo:
En pleno gameplay esto se traduce en lazos con los demás, como teniendo siempre cerca al médico para que nos surta de botiquines ya que la salud ya no se auto-regenera, o cuidar al francotirador para que haga sus limpiezas desde las alturas y distancias. Nos espera una historia épica cargada de momentazos y explosiones, como siempre en Call of Duty, y una campaña lineal y scriptada como la saga parece no atreverse a abandonar pero que en una ambientación así me ha parecido efectista y que no va a hacerse machacona. La misión jugada, la tercera, lleva al jugador hasta un rescate en una aldea, con una espectacular secuencia final de un campanario viniéndose abajo con nuestro pelotón de hombres dentro, pelotón que por cierto tendremos en todo momento bajo control, con indicadores de la vida y armas de compañeros, sus roles, etc.
Las clases son fundamentales en este nuevo CoD, en todos sus modos, pero más que nunca en el multijugador que las estrena. Ahora la personalización de soldado viene marcada por su clase y especialidad, habiendo arsenal diferente para granaderos, infantería o artilleros, con armas que ya no se personalizan, pero sí las rachas de puntos, con equipamiento especial, ayuda aérea, lanzallamas, etc. Parece simple, pero ha ganado en complejidad y posibilidades. Y todo para unos modos que incorporan, además del Duelo a Muerte por Equipos y Dominio jugados, el nuevo Modo Guerra, una suerte de misiones largas y dividas por etapas que incorporan un componente narrativo y cinemático en su presentación, además de nuevas situaciones de gameplay como creación de barricadas y construcción de puentes o torretas, como en este mapa jugado. Otra innovación fuerte viene con los headquarters, campamentos que actúan como lobby entre partidas y zona social donde cruzarse con otros jugadores, ver la equipación de nuestro soldado, personalizar estéticamente, entrenar, etc.
Y esas dos novedades han sido el mayor soplo de aire fresco de un Call of Duty más volcado en el realismo y el morir de un solo tiro mal recibido, pero que todavía se sigue sintiendo muy COD pese a haber perdido la verticalidad y la agilidad de los juegos ambientados en ese futuro tecnológico. Gráfcamente va sólido como una roca, pero sí que cabe pedirle un poco más en los tiempos que corren, con un competidor como Battlefield 1 marcando la bandera audiovisual. Ahora bien, su respeto hacia todo el armamento de época, lo aparatoso de la guerra, la necesidad del compañerismo o la necesidad de astucia para aguantar con vida se siente totalmente en este nuevo Call of Duty. El 3 de noviembre sabremos si un deseo tan gritado durante años se cumple y tenemos en las manos el mejor juego de la Segunda Guerra Mundial que se haya hecho jamás. Eso sí, vivido desde el discurso norteamericano habitual…
El hype
- La Segunda Guerra Mundial mejor de lo que jamás la habíamos visto y oído
- El espectáculo de siempre, a buen ritmo y con efectos audiovisuales muy llamativos
- Las clases y los roles en batalla
- Fidelidad histórica en armas y emplazamientos
- El modo Guerra en el Multi, se siente distinto, variado y bien acabado
- Zona social y de personalización, Headquarters, mucho más trabajada
- Rachas bastante interesantes con alguna que hacía mucho que no veíamos
- Botiquines -en la campaña-
Las dudas
- Gráficamente, el IW Engine ya no impresiona pese a sus evoluciones
- Veremos cómo encaja en la escena profesional un cambio tan drástico…
- Enfoque americanista y simple de un conflicto con muchas capas y perfiles