El año pasado valorábamos también por estas fechas hacia dónde podría ir el que ha acabado siendo Call of Duty: Infinite Warfare. Había muchas teorías en el aire, igual que este 2017, con el que será el siguiente trabajo de Sledgehammer Games, que fueron artífices de Advanced Warfare y de introducir con verdadero protagonismo el jetpack y el doble salto en los COD. Activision, por su parte, todavía no suelta prenda del título del juego y la ambientación del que será su próximo shooter militar superventas, pero los foros y las redes sociales que rodean a la desarrolladora y a la editora están que arden con teorías, peticiones, supuestas filtraciones, pistas y hasta algún que otro tuit cantoso por parte de la propia cúpula de Sledgehammer (abajo). Aquí os vamos a contar las 5 hipótesis más consolidadas, las 5 posibilidades fuertes sobre cuál va a ser y en qué ambientación el Call of Duty de este otoño de 2017.
Nothing to worry about. Wait until we reveal. You're gonna go nuts. Our best yet dude! Man, I'm so psyched to show it...someday.
— Glen A. Schofield (@GlenSchofield) 18 de febrero de 2017
La guerra de los años 60 no tiene el potencial o atractivo que la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo, pero viene siendo un conflicto recurrente desde hace varios años al hablar de ambientación de un nuevo COD. Siendo francos, de los tres estudios que tiene Activision para su saga de disparos, Sledgehammer es el menor (frente a Treyarch e Infinity Ward) y no sería descabellado pensar que se les ha dado a ellos el Call of Duty experimental de la guerra de Vietnam, conflicto muy poco tratado en la serie y en videojuegos en general. Además, el tuit de hace unos días del jefazo del estudio hablando sobre “botas sobre el barro” hace pensar en un entorno húmedo, como aquella guerra de lluvias torrenciales y grandes temporales que pusieron las cosas difíciles a los norteamericanos frente a locales que se movían como pez en el agua en su propia casa y ecosistema.
Todo esto bien merece un videojuego, y no son pocas las voces que piden que se abandone tanto futuro espacial y se vuelva un poco a los conflictos del siglo XX. Battlefield 1 el otoño pasado demostró que, haciéndolo bien como juego, hasta la guerra más aburrida, lenta y de trincheras -como fue la Primera Guerra Mundial- puede ser un espectáculo en consolas y ordenadores. Ésta de Vietnam es la hipótesis más compartida por todo el mundo, hasta el punto de extenderse la imagen de arriba como asociada al supuesto juego. Todas las piezas encajan para que Sledgehammer recree el conflicto amarillo que tan bien han reflejado películas como Apocalypse Now, Platoon, Forrest Gump o La Chaqueta Metálica. Se puede conseguir mucha épica audiovisual y un giro de gameplay radical si Call of Duty mira ahora a aquel conflicto de hace medio siglo. Tiene a Battlefield 1 como muestra de que hay cabida también para esto y no tanta arma láser y nanotrajes.
La que consideramos segunda hipótesis en orden de credibilidad apunta a que Sledgehammer tiraría de continuismo y se habría quedado con una segunda entrega de Advanced Warfare, el COD que introdujo la máxima verticalidad que ha visto la serie y, para muchos, “el COD de los saltamontes”. Esta opción, menos ilusionante ciertamente, también tendrá sus defensores. Advanced Warfare, que salió en 2014, no vendió nada mal y tiene sus fans que aún hoy lo siguen jugando más que a ningún otro Call of Duty. En caso de haber tirado por aquí, el estudio estaría cayendo en el conformismo, pero es demasiado tentador tener ya establecida una IP propia fuerte, como fueron Black Ops o Modern Warfare, y no empezar a darle secuelas aprovechando motor, diseños, personajes, música, ambientación, artes… Es demasiado goloso no darle hijos a aquel COD que llegó tras un Ghosts bastante descafeinado y que puso en alza el valor de Sledgehammer como equipo autónomo.
El sueño húmedo de muchos, que COD vuelva a sus auténticas raíces, a ponernos a matar nazis desde el punto de vista del ejército aliado, que nos devuelva a la Europa central sacudida por las bombas y al terror de la doctrina hitleriana. El tuit de Glen Schofield también decía precisamente eso de “volver a las raíces”, entendemos que de la saga, lo que dibuja el escenario perfecto para que el desembarco de Normandía, la toma de Berlín e incluso la acometida de Pearl Harbor vuelvan a poder ser batallas jugables en las consolas de hoy. Hay ganas de Segunda Gran Guerra con gráficos de hoy en día, que desde COD 3 y Medal of Honor Frontline nos han dejado un poco huérfanos de aquellos inmortales y salvajes conflictos europeos. Aunque luego World at War lo intentara en gran medida otra vez, ya no era lo mismo. ¿Será 2017 el año del regreso de la esvástica a lo grande?
COD World at War, de 2008, es un juego de Treyarch que, en caso de tener segunda parte, probablemente seguiría al cargo del estudio (les toca el año que viene si Activision sigue con su rotación para CODs anuales). Pero se está extendiendo una teoría que apunta a que Sledgehammer, que no colaboró en el multijugador de World at War original pero sí en otros Call of Duty, haya cogido las riendas para seguir con aquel trabajo que nos llevó a la Segunda Guerra Mundial desde tres frentes: norteamericano, soviético y asiático. Algunos de los responsables de World at War han saltado a Sledgehammer, y no es del todo desproporcionado pensar en que esa “vuelta a las raíces” apunte a todo esto de un segundo WaW.
Otro subtítulo sin secuela que podrían coger sería el de Ghosts, pero la imagen que ha quedado de aquel Call of Duty, para nada mal juego pero más flojito que los que le rodean, no nos hace pensar en que se tire por ahí justo este año. Y la otra gran vía de posibilidad, siempre, que se siga adelante la subsaga Modern Warfare, con el que sería ya COD MW4. Ciertamente, esto lo vemos más para Infinity War que parió la marca y la subordinada, pero a saber por dónde van las cosas en 2019 cuando les vuelva a tocar a ellos si Activision sigue apostando por este ciclo en trienios. Sin duda alguna, Black Ops 4 no lo vemos tanto como las demás, al menos no a cargo de nadie que no sean los propios Treyarch que tan bien manejan su fórmula y subserie.
Y la última hipótesis, para nada desechable tampoco. Que Sledgehammer se deje de continuaciones y siguientes pasos previsibles, y se agarre a una nueva forma de entender la marca Call of Duty, ya sea en una guerra pasada o una guerra hipotética del futuro siguiendo la línea de Infinite Warfare, Adavanced Warfare o Black Ops III. Esto podría devolver un poco el interés de los jugadores tradicionales a la saga, perdido con los años por su explotación anual y su enfoque cada vez más hacia el torneo de circuito profesional. ¿Ha llegado el momento de que COD se pase por el género de los hero shooters (Overwatch, Paragon, Battleborn…)? ¿Se podría ambientar en guerras aún más antiguas como la Guerra de la Independencia estadounidense o incluso las cruzadas medievales? ¿Se irá todavía más al futuro en una lucha interplanetaria contra ciborgs y androides de IA avanzada?