Avance Yaiba: Ninja Gaiden Z
A tajos de sangre y vísceras en un título plagado y repleto de acción
Los ninja son guerreros de élite que llevan siglos ejerciendo su mortal e incomparable destreza y precisión. Solo a los candidatos más letales se les da la rara y codiciada oportunidad de unirse al clan. La prueba final de adiestramiento ninja es enfrentarse en combate con un auténtico maestro. Durante años, Yaiba ha sido ese ninja fiel. Pero tras sufrir la indignidad de servir a un clan liderado por débiles y pusilánimes, decidió que ya había tenido bastante. Y le pareció que lo natural era reivindicar el puesto que le correspondía. Entre la confederación de cobardes, el más débil de todos a los ojos de Yaiba era el “legendario” Ryu Hayabusa.
Tal es la premisa argumental de Yaiba: Ninja Gaiden Z, particular colaboración entre el aclamado Team Ninja y Comcept, estudio a manos del polémico Keiji Inafune. Mucha era la expectación por conocer los derroteros que transitaría la franquicia Ninja Gaiden, especialmente tras el discordante Ninja Gaiden 3, primera entrega moderna sin Tomonobu Itagaki de por medio. Vale aclarar que Yaiba supone una nueva licencia para Tecmo Koei, por mucho que recurra a la célebre coletilla para hacerse notar.
Acudimos a las oficinas de Koch Media en Madrid para probar los dos primeros niveles del título, guiados por el propio Inafune y Yosuke Hayashi, productor ejecutivo de Team Ninja. Nos aguarda un beat’em up en tercer persona indispuesto a dejarnos un segundo de respiro, donde estarán más que presentes la exageración, el sentido del humor y cierto toque de erotismo en la figura de Miss Monday. Esta “belleza pechugona e inteligente”, como la refirieron los responsables, protagoniza las intercomunicaciones con Yaiba (mitad ninja, mitad ciborg) mientras éste da buena cuenta de la legión zombi que trata de hacerle morder el polvo.
Lo que más llama la atención de primeras es el estilo artístico escogido, a medio camino entre el cómic y el anime. Nada puede resultar más chocante, en cualquier caso, que combinar ninjas cibernéticos con muertos vivientes. Todo sea por llamar la atención, algo que Yaiba no conseguiría amparándose en un apartado gráfico estándar. Tampoco es que su sistema de combate difiera mucho de lo acostumbrado por esta clase de títulos, pero sí que atesora algunas buenas ideas.
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El protagonista cuenta con tres ataques principales: repartir mamporros, soltar tajos con la irremediable katana o liberarse de las marabuntas recurriendo a unas mortíferas cadenas. Éstas nos permiten además balancearnos entre plataformas, secciones cuasi automáticas y de escueta presencia durante nuestro hands-on. Yaiba también puede bloquear ataques, agarrar a enemigos cual arma arrojadiza y ejecutarlos mediante quick time events, todo ello enmarcado en un profundo sistema de combos que sólo los más duchos conseguirán dominar. Una vez logrado, las florituras del personaje en pantalla resultan hipnóticas, tanto como los borbotones de sangre y la concatenación de explosiones.
Quizás lo hayáis intuido a estas alturas, pero no estamos ante un juego particularmente sencillo. Sabe a qué tipo de jugador se dirige y lo deja claro desde sus primeros compases. Muchos de los periodistas a los mandos fueron ridiculizados en el nivel medio de dificultad frente al primer enemigo final, un persistente helicóptero que pide ser derribado mientras una oleada de zombis
luchan por hincarnos el diente. Contamos no obstante con ciertos atajos para salir victoriosos, como la visión Cyborg (revela estructuras derruibles entre otras estrategias de avance) o el modo Ira, que como su propio nombre indica encoleriza a Yaiba tras encadenar un buen número de muertes.
Otro de los retos del juego será hacernos con todas las armas (algunas tan sólo se consiguen tras derrotar a los enemigos más duros) y habilidades disponibles. Estas últimas se desbloquean y mejoran a través de su propio menú, conforme subimos de nivel. Nos ha convencido también el que las criaturas del juego alberguen diferentes patrones de ataque basados en sus respectivas
clases (estándar, eléctrica, fuego…), lo que rompe con la monotonía inherente a muchos juegos del género.
Ninja Gaiden Z no se olvida tampoco de la rejugabilidad, pues además de retarnos a superar nuestra puntuación, esconde fragmentos de su trama en forma de ítems recolectables (aunque el avance resulta lineal, a menudo podremos volver tras nuestros pasos para escudriñar a fondo los variados escenarios).
No sabemos si Yaiba cuajará como nueva franquicia, pero lo cierto es que su estilo gráfico, sentido del humor y sistema de combate nos han convencido… al menos durante un par de niveles.
El juego, que llegará a Xbox 360, PlayStation 3 y Steam el próximo 18 de febrero, contará con una cuidada edición de coleccionista (cómic en tapa dura editado por Dark Horse y banda sonora en forma digital). Se han planeado además varios paquetes de contenido adicional descargable con nuevos atuendos (Mighty No. 9 entre ellos) y power ups.