Han pasado dos décadas desde que nació el título original de Splatterhouse para recreativa, años más tarde verían la luz, dos títulos más, esta vez para consola, que completaban una trilogía muy recordada.
Lo que más llamaba la atención de estos títulos, era sin duda el estilo gore del que hacía gala, así como los tétricos escenarios y personajes, nuestro personaje nos recordaba irremediablemente a Viernes 13.
Namco Bandai rescata esta historia para traérnosla a la nueva generación. En esta nueva versión volvemos a encontrarnos al protagonista de la clásica trilogía, Rick, que de nuevo acompañado de su novia, acabarán entrando en la mansión West donde Rick será atacado y quedará inconsciente mientras su novia, Jennifer, desaparece, raptada, es el momento en que nuestro protagonista encuentra una misteriosa máscara a su alrededor.
Sucumbiendo a susurros y sensaciones creadas por la máscara, Rick accederá a colocársela y comprobará el instinto asesino que esta máscara le proporciona, así como un nuevo físico imponente repleto de poderes.
Con esta premisa arranca la historia de Splatterhouse, hasta aquí podría parecer poco original, pero todo cambia cuando entramos en su ambientación y es que el juego, así como los originales, cuenta con una ambientación de lo más oscura y tétrica de cuantas han pasado por las consolas, así como acciones, combates y momentos de lo más gore.
Y es que la compañía quiere aprovechar la capacidad de la tecnología disponible hoy día para representar con mayor fidelidad y mayor espectáculo las escenas con sangre de por medio, por esto nos enfrentaremos a todo tipo de criaturas repugnantes a las que podremos machacar de casi cualquier manera que se nos ocurra, habrá amputaciones, podremos incluso golpear con los miembros amputados, usar armas tan devastadoras como una motosierra creando explosiones de sangre, veremos heridas de todo tipo tanto en nuestro enemigos como en nuestro propio personaje, en resumen, el juego no será del gusto de los estómagos sensibles.
Para conseguir ambiente, encontraremos escenarios oscuros, rellenos de detalles escabrosos, nuestras sensaciones de agobio, miedo y repugnancia estarán a flor de piel.
Aunque en esta nueva entrega se desarrolla en completas 3D, el juego seguirá manteniendo su identidad de beat’em up básicamente, eso significa que principalmente nuestro trabajo será acabar con las hordas de enemigos que nos vayan apareciendo en pantalla de la manera más rápida que se nos ocurra. Como guiño a los títulos originales, en ciertos momentos jugaremos con Scholl horizontal, como si de la versión clásica se tratase para por ejemplo esquivar cuchillas que a modo de péndulo pondrán en riesgo nuestra integridad.
También contará con QTE (Quick Time Events) en los que deberemos pulsar la combinación que se nos indique para hacer una acción en concreto, lo cual entendemos que dará espectáculo a ciertos momentos en los enfrentamientos, como ya hemos visto en otros títulos.
Pero no todo será golpear, agarrar y en definitiva acabar con nuestros enemigos, este nuevo remake nos ofrecerá pequeños puzzles para ir avanzando en nuestra cruzada hacia el rescate de nuestra amada, los cuales habrá que esperar a la versión final para valorar su dificultad.
En este camino, también viviremos las contradicciones que le crea a nuestro protagonista el uso de la máscara, que por un lado le proporciona los poderes necesarios para abrirse camino hacia su objetivo pero por otro lado saca su lado más oscuro, así como intenta tomar el control por completo de la mente de nuestro protagonista.
Suponemos que por la temática y la violencia explícita del juego, este no será recomendable para todos los públicos.
Este mes de Noviembre, desvelaremos que tal le sienta la nueva generación a este clásico atípico de los videojuegos.