Hangar 13 por fin nos presentó su Mafia III, la tercera parte de una saga que, aunque nunca estuvo del todo mal tampoco supo convencer, en especial su segunda entrega. Para este Mafia III nos olvidamos de aquella New York irreal, de nombre Empire Bay, para sumergirnos en la Nueva Orleans de 1968; un lugar y una época convulsa, con una sociedad harta y con ganas de cambios, como refleja toda la producción musical de dichos años. Los derechos sociales son un mal chiste y la droga es el pan nuestro de cada día.
El protagonista es afroamericano, huérfano y recién llegado de una de las peores guerras en las que se vio inmersa América: la guerra de Vietnam. Lincoln llega a la Nueva Orleans de Hangar 13 con toda la mala leche que se le puede meter en el cuerpo a alguien que se siente abandonado por el mundo en el que vive, uno que decide conquistarlo con toda la violencia que sea necesaria.
Estas son precisamente las claves de Mafia III: una ambientación oscura, sórdida y con un sociedad cansada que exige cambios, un personaje violento y objeto de castigo de dicha sociedad y la conquista de los territorios de aquellos que se oponen a las ambiciones de este: domar la mafia que gobierna Nueva Orleans para dominar finalmente esta.
Hangar 13, y sin ser Mafia III un alarde técnico, ha sabido recrear muy bien las sensaciones de la urbe gracias a humos, luces, oscuridad y partículas. La escala de la ciudad también es muy importante, con modelados grandotes y duros. Destaca el mobiliario urbano, la vegetación de los árboles que sirven de bóvedas para las calles y la arquitectura tan particular de la zona. Lo dicho, si nos ceñimos a lo técnico el juego no sorprende, pero de estilo, atmósfera y de cumplir con las intenciones que plantea, va sobrado. Hemos visto mucho de escenarios nocturnos, que parecen tan sórdidos como el juego quiere pretender. Poca broma con la mafia de la zona.
A recrear esta ciudad como la desarrolladora quiere, colabora mucho la selección musical, tanto las composiciones originales creadas para la ocasión como las piezas escogidas de los años sesenta y setenta. En el trailer promocional ya se dio una muestra de lo que estamos hablando, con esos temazos se nos subirá la adrenalina cuando sea la hora de partir caras y patear culos mafiosos. Estos estarán recogidos en las diferentes emisoras de nuestro coche, que escucharemos mientras viajemos por la ciudad.
Encarnando a Lincoln recorremos las calles de Nueva Orleans. Durante la Gamescom se ha hablado de uno de los gruesos de Mafia III: la conquista de las zonas propiedad de otros capos de la mafia. Llegaremos a ellos y nuestra misión será hacerlas nuestras, el cómo depende de nosotros. Podremos ser ser sigilosos e infiltrarnos, pero también podremos desatar toda la furia y la violencia que Lincoln lleva dentro, y es mucha. Mafia III no se corta nada en mostrarnos como se emplean los puñales para penetrar en la carne o en el empleo de elementos del escenario, como barandillas de hormigón, para destrozarle el cráneo a quien se nos ponga tonto.
Las secuencias de combate cuerpo a cuerpo se combinan con otras de coberturtas en tercera persona más tradicionales que recuerdan mucho a las vistas en títulos como Uncharted, solo que buscando crear escenas más rotundas que ágiles; lo cierto es que Lincoln es un personaje que parece más duro que grácil. La manera en la que decidamos solucionar estas misiones influirá en el desarrollo del juego, así que ¿qué tipo de Lincoln quieres ser?
Una vez tomados estos territorios ubicaremos ahí a nuestros lugartenientes y nosotros volveremos a las calles, a nuestro coche y a conquistar nuevas zonas. Este esbirro se ocupará de nuestros negocios por nosotros; pero cuidado, porque puede cubrirse de ambición y revelarse, por lo que no podemos dar nada por sentado y cuidar muy bien todo lo que vamos construyendo a medida que avanzamos por Mafia III. La gracia de esto es construir una ciudad viva que se mueva, nazca y crezca bajo los impulsos de nuestras decisiones y lo que desencadenemos con ellas, librándose, o intentándolo, de las estructuras tan rígidas que hay en los sandbox, de ir sin más de una misión a otra sin que la anterior influya sobre la que sigue. De este modo las misiones secundarias, principales y de conquista, se mezclarán con otras de carácter arbitrario que irán de la mano de nuestra partida particular, un planteamiento que nos recuerda a lo visto en Skyrim o The Witcher 3.
Volviendo a esos lugartenientes que se ocuparán de nuestras cosas mientras seguimos en las calles, Lincoln estará acompañado por un viejo conocido de la casa: Vito, por Cassandra y porBurke; tres personajes muy distintos y que están ahí, además de para administrar nuestros negocios, también para valorar lo que hacemos y decidimos. Esperemos que lo hagan con un poquito más de gracia que la pareja de hermanos de Far Cry 4, y la verdad es que contamos que sí lo logren, la presencia de un tercero indica que puede que cuenten los matices grises en nuestras elecciones, sin que todas sean solo de carácter blanco o negro, matar o vivir; pero esto son solo elucubraciones.
Lo cierto es que Mafia III nos ha convencido por su acertadísima y más interesante ambientación además de por su propuesta jugable. Nueva Orleans en 1968 es un instante fascinante de la historia americana y el título parece que no se cortará un pelo en mostrarnos cómo se vivían esos días. Eso sí, le toca seguir enseñándonos información para que esa conquista de cuarteles, combates y tiroteos nos parezcan propios del videojuego y no ligeras evoluciones ya vistas en otros títulos; y es que un videojuego no puede construirse solo con una atmósfera bien recreada. Por ahora, pulgares arriba.