Análisis – WRC 8
Los amantes de los juegos de conducción, y especialmente aquellos que sienten fanatismo por el Rally, saben de antemano que cada año tienen una nueva entrega de la saga WRC (World Rally Championship). Si bien esta es una de las escasas franquicias que existen actualmente del mundo del Rally, es la única que posee la licencia oficial de la competición real.
Tratándose de uno de los pocos exponentes de este deporte tan popular en el mundo, hemos decidido darle un espacio, pues hemos testeado el juego y todos sus modos durante más de 15 horas para poder entregarles un análisis apropiado.
De forma resumida podemos decir que es un juego bastante completo, como así también muy apetecible incluso para los jugadores casuales. Aunque, a pesar de la experiencia que tiene la desarrolladora en este tipo de juegos, WRC 8 tiene aspectos importantes para mejorar.
Velocidad sobre cuatro ruedas
Estamos ante un videojuego que, como dijimos anteriormente, goza de la licencia oficial de turno ya no solo para incluir todo lo que está ligado al WRC, sino que además permite disfrutar de la WRC2, como así también de la Junior WRC, así que se podría decir que a WRC 8 no le faltan licencias, le sobran, mejor dicho. Esta edición maneja números muy llamativos en lo que a contenido en general respecta, pues posee más de 100 trazados englobados en 14 rallies oficiales, 50 equipos y decenas de vehículos oficiales.
Teniendo en cuenta todo esto, estamos ante uno de los juegos más completos en la historia de los títulos de Rally. Es por esto que WRC 8 puede disfrutarse durante mucho tiempo sin convertirse en un juego repetitivo. Y eso que en modos de juego no hay tantas novedades, pues comparándolo con las anteriores versiones no hay muchos cambios en ese aspecto. De igual forma, su originalidad lo hace un juego único en su estilo.
El modo Carrera es la estrella del baile
De todas las modalidades de juego que posee WRC 8, el más interesante, profundo y destacado es el modo Carrerea. El mismo ha sido revisado para la ocasión y muestra cambios bastante interesantes que no se pueden obviar. Una vez que se elige la categoría en la que se desea correr, WRC2 o Junior WRC, se deberán ir realizando las tareas propias de un piloto de rallies.
De esta manera, se tendrá que ir siguiendo todos los eventos que van apareciendo en el calendario, pues se deberá determinar a qué días se le dedicará al entrenamiento para mejorar las habilidades, cuánto dinero se tendrá que invertir en el equipo, qué personal se contrata y muchas otras cosas más relacionadas con el mundo del Rally.
Luego de haber jugado por un par de horas a este modo, debemos decir que nos ha parecido de lo más interesante dentro de WRC 8. Una de las cosas que más no gustó es que el modo carrera da bastante margen para tomar decisiones, esto permite elegir qué tipo de objetivo nos conviene para que nuestra carrera se encuadre según nuestro propio estilo de juego.
¿Y qué pasa con el resto de los modos?
A pesar de que el modo Carrera es, por lejos, el mejor modo de WRC 8, hay otras modalidades que le suman mucha más rejugabilidad al título y que no suelen faltar en las pantallas de menú principal de los simuladores de este estilo. Algunos de los que más nos han divertido, y que se pueden encontrar de forma muy simple en el menú del juego, son: entrenamiento, modo online para hasta 8 jugadores, desafíos variados, partida rápida y alguno que otro más.
Lo que hemos valorado, y que de seguro valorarán aquellos jugadores que quieren echarse unas partidas en la misma consola, es que WRC 8 incluye un modo a dobles local a pantalla dividida. Si bien esta opción ha estado en la saga WRC desde hace tiempo, es un modo que siempre es bien recibido y que, por suerte, también ha sido incluido en este juego.
Pocos cambios en la jugabilidad
De entrada nos dimos cuenta que la jugabilidad en general no ha sido retocada. Hemos disfrutado de la dificultad que presenta el juego desde el primer momento, algo que suele ser habitual en este tipo de juegos, pero no hemos notado grandes cambios en la física del auto.
En función de nuestro nivel como pilotos y de nuestras propias preferencias, podemos optar por convertir el juego en un simulador con todas las palabras, o bien, por un juego más arcade. ¿Cómo se hace esto? De forma muy simple: solo se deben activar o no las ayudas en la conducción de diversa índole, como los daños, la asistencia de frenado, la ayuda de tracción y demás opciones que pueden modificarse a gusto.
Lo que si nos ha impresionado, hablando de la jugabilidad, es el comportamiento de los vehículos sobre las distintas superficies: hielo, grava, tierra, nieve y asfalto. También nos ha gustado, y mucho, el comportamiento de cada uno de los autos que hay disponible en WRC 8, es decir, cada vehículo es distinto y esto sin lugar a dudas le suma muchísimo a un simulador de Rally.
Por otra parte, los desarrolladores de esta edición han dicho que integraron un nuevo sistema de físicas, algo que la franquicia pedía a gritos desde hace tiempo, y la realidad es que nosotros no hemos sentido el cambio. Puede que haya alguna que otra mejora en este aspecto, pero la verdad es que es mínima.
Gráficamente mejorable
Lamentablemente el aspecto visual de la franquicia sigue algo estancado. Seguimos estando ante un juego más que decente en esta faceta, y elementos como la recreación de los coches están muy bien conseguidos. Sin embargo, a la saga WRC le falta mucho por pulir, pues hay defectos en las texturas y algunas cosas que no terminan de encajarnos.
No es un mal juego en este sentido, pues ciertos circuitos lucen un muy buen aspecto, pero WRC 8 no puede competir a la par contra otros actuales referentes dentro del género de conducción como Gran Turismo Sport –por nombrar alguno–.
Lo bueno, y que sigue destacando dentro de esta franquicia año a año, es su acabado sonoro, pues sigue una pauta bastante similar. También agradecemos la presencia de indicaciones en perfecto español por parte de los copilotos, algo vital dentro de este tipo de juegos.