Estos dos últimos años hemos tenido la ocasión de ver a grandes leyendas del mundo de los videojuegos volver a la carga gracias a numerosas remasterizaciones y remakes, cuyo objetivo ha sido «remozar» títulos de antaño para adecentarlos de cara a su salida en esta generación de consolas.
Así ha sido el caso de Crash Bandicoot, Spyro o, en esta ocasión, el bueno de Sir Daniel Fortesque, el cual ha vuelto a resucitar para divertirnos con su gran sentido del humor una vez más.
¿Han sabido Other Ocean Emeryville y Other Ocean Group traer de vuelta al gran caballero de Gallowmere de la manera en la que se merece? Dentro análisis.
El brujo Zarok ha regresado (otra vez)
Todos aquellos que ya conocéis a Sir Daniel ya sabéis de lo que va la tostada, pero comencemos con un pequeño resumen:
Hace 100 años, un brujo llamado Zarok puso en jaque al majestuoso reino de Gallowmere con un gran ejército de demonios, pero gracias a una gran batalla final, el ejército liderado por Sir Daniel Fortesque resultó victorioso, pasando éste a los anales de la historia como el gran héroe del conflicto, pese a que en realidad el pobre caballero pereció con la primera flecha lanzada en la batalla.
Tras un siglo entero de paz, Zarok vuelve en busca de venganza, maldiciendo al reino de Gallowmere y resucitando a todo un ejército de muertos vivientes. Por desgracia para él, Sir Daniel también resucita, por lo que intentará aprovechar esta segunda oportunidad para convertirse en el héroe que todo el mundo cree que es.
Aquí comienza nuestra aventura, en la que debemos ir completando los distintos niveles en los que se divide el reino de Gallowmere y sus alrededores para avanzar hasta el castillo del brujo.
Estos niveles siguen la misma mecánica que en el título original, ya que esta remasterización se ha centrado en su mayoría en renovar el apartado gráfico sin añadir demasiadas novedades jugables: debemos recorrer la zona cumpliendo una serie de objetivos para llegar hasta el final mientras acabamos con todo lo que se interponga en nuestro camino.
Matando enemigos llena el Cáliz de almas de cada nivel, los cuales nos sirven para acceder a la Galería de héroes, en la que los guerreros legendarios (los de verdad) de antaño nos echarán una mano en nuestro periplo prestándonos sus armas y equipamientos especiales para aumentar así nuestro arsenal.
Algo que sigue sorprendiendo incluso hoy en día es su gran sentido del humor y, sobre todo, su excelentísimo doblaje. En el año 98 cuando el título original salió, era complicado encontrar un título doblado al castellano, y menos aún que este doblaje fuese razonablemente aceptable.
En el caso de MediEvil, no solamente superó todas las expectativas puestas en él, sino que gracias a su infinidad de «acentos» y a la gran cantidad de voces distintas que componen este apartado, consiguió sacarnos más de una carcajada, y hoy en día he vuelto a asombrarme por ello.
Gárgolas, zombies y calaveras
MediEvil podría definirse como un hack and slash por su frenético combate y sus distintas posibilidades de afrontarlo gracias a la variedad de armas que podemos utilizar, siempre salvando las distancias con respecto a los referentes de este género.
Ya su versión original «pecó» de la ineficiente precisión de los golpes de Sir Daniel, lo que conlleva morir más de una vez de gratis sin que sepamos muy bien por qué.
Esto generó una diversidad de opiniones que hoy en día sigue vigente: ¿Está bien que Sir Daniel no pelee del todo bien, ya que en teoría no es el más «habilidoso» de los caballeros, o simplemente es un fallo dentro de este apartado que debería de haberse subsanado?
Sea como fuere, estos fallos siguen apareciendo en esta remasterización, de manera que si unimos esto a la elevada agresividad de la IA enemiga, el resultado es un combate algo tosco y bastante ineficiente en lo que al cuerpo a cuerpo se trata, siendo mucho más recomendable acabar con nuestros enemigos a distancia y de forma más táctica, cosa que quizás reste diversión al gameplay.
La cámara también sigue lastrando los mismos problemas que en la entrega original, ya que al pasar de cámara fija a cámara móvil crea ciertos desenfoques que desconciertan al jugar, sobre todo cuando nos hayamos en medio de un combate o una persecución.
La pequeña dosis de plataformeo y exploración que ofrecía este título se ha pulido ligeramente y resulta algo más sencillo y menos tosco movernos por los niveles que en sus orígenes.
Una pequeña inclusión ha sido la capacidad de cambiar de arma principal a secundaria pulsando tan solo un botón, cosa que facilita la transición entre armas para no tener que entrar al menú de manera continua si queremos cambiar nuestro estilo de juego.
El único cambio relevante que ha recibido esta nueva versión para PlayStation 4 ha sido la «misión secundaria» de las Almas Perdidas, la cual desbloquearemos en los últimos compases del juego y que nos motivará a rejugar varios niveles de nuevo en busca de estos personajes condenados, lo que aporta un punto extra de rejugabilidad a esta aventura.
El maravilloso reino de Gallowmere
Como ya hemos comentado anteriormente, esta remasterización se ha centrado casi exclusivamente en renovar el apartado gráfico de esta aventura, y Other Ocean Interactive ha conseguido ofrecernos un logrado Reino de Gallowmere acicalado para la ocasión.
Sin llegar a resultar sorprendentes ni lograr el nivel de Crash Bandicoot N´Sane Trilogy o Spyro Reignited Trilogy, tanto los escenarios como los personajes de MediEvil han ganado enormemente, con detalles y con la iluminación o las animaciones de los enemigos que consiguen realzar el resultado final de esta remasterización, en la que Sir Daniel ha sido el que más mimo ha recibido, tanto en el gameplay en sí como en sus numerosas cinemáticas.
La banda sonora sigue siendo tan genial y única como en 1998, haciendo de la aventura una auténtica delicia para los oídos, con temas distintos para cada nivel, destacando los combates contra jefes finales, cuyos diseños también han sido completamente revisados.
En definitiva, MediEvil vuelve a la carga con una remasterización sin muchas pretensiones, pero que consigue recuperar todo el cariño y la diversión que este título nos aportó en su día, devolviendo a uno de los personajes más míticos de la consola de Sony una vez más a la vida para mantenernos con el mando en la mano recorriendo sus niveles.