Po es un panda cualquiera. Durante generaciones su familia ha portado en la sangre el don del arte y dominio en la preparación de los fideos, por tanto se espera y desea que él continúe la tradición y cumpla con su consecuente destino culinario.
Nada tan lejos de los sueños más íntimos del exótico plantígrado, quién cada noche emula en su mente como surca los valles del mundo siendo respetado como un legendario y temido maestro del Kung fu, cuando lo cierto es que su patosidad y débil personalidad lo alejan demasiado de poseer el talento necesario para tales menesteres.
La hora de la elección del «Guerrero del dragón» por parte del venerable maestro Oogway va a tener lugar en el templo sagrado. Po se las ingeniará para entrar en escena buscando presenciar el momento, pero un sorprendente hecho cambiará el destino, no sólo de él mismo, sino de cada uno de los habitantes del valle y de la misma historia de tan bello arte marcial.
«Kung Fu Panda» personifica un nuevo caso de tándem «film-videojuego» que tantas veces hemos presenciado a lo largo de los años y tan pocas alegrías han aportado. Durante el análisis comprobaremos si nos hayamos ante un caso especial o, por el contrario, se continúa basando en la devoción por el film más que en ofrecer un producto que realmente merezca mínimamente la pena.
Gráficos
Técnicamente «Kung Fu Panda» continúa con la tradición de los cambios de formato de corte similar a los que estamos acostumbrados. Es sinceramente pobre en gran parte de su exposición.
Si comenzamos por el detallado y texturizado de los escenarios nos encontraremos con un trabajo que, a pesar de poseer algunos bellos efectos de iluminación y una profundidad en ocasiones muy sugerente, mantiene atributos que icluso nos recordarán a los 128 bits de una PS2. Se han quedado en el tintero horas de perfeccionar lo presente para poder llegar a sorprender algo al jugador, a pesar de que se nota que no es lo que se pretende.
El aspecto en general es desenfadado, y el hecho es que funciona bien. Todos los escenarios recrean con bastante fidelidad lo visto en la película. Existe una pequeña carencia de una mayor simpatía visual, pero en general la fórmula resulta un buen estracto del aura que rodea al universo del film. Aún así algunos detalles muy simplistas no se pueden dejar pasar ni perdonar, como fondos formados por feos modelados montañeros o una colección de relieves de hierba o piedra extremadamente sosos.
Los personajes lucen animaciones también muy básicas. Es importante mencionar que se han modelado con bastante dedicación y que sus expresiones faciales (sobretodo las de Po y el maestro Shifu) rozan un buen nivel, muy agradable. Pero continúan estando muy por debajo de lo que se muestra en el largometraje o en la misma PS3 habitualmente.
Efectos tan cutres como los del polvo o los efectos de luz de algunos ataques generan un contraste muy sorprendente con, por ejemplo, los del agua, que si que están bien representados u otros. A veces tenemos la sensación de presenciar algo inacabado. Más bien, no es una impresión.
Lógicamente el juego mantiene una tasa de frames muy estable y agradable. Cuando movemos el stick derecho notamos que nuestra PS3 puede con todo sobradamente y que se ha optimizado bien. No hay apensa rastros de pooping ni fallos gráficos de consideración mayor. Al menos este punto es de agradecer.
En esencia, la parte técnica de «Kung Fu Panda» no está a la altura de ningún buen exponente de la nueva generación. Es un trabajo algo simplón que tan sólo cumple una ajustada función.
Como suele ser habitual en este tipo de títulos el doblaje se ha cuidado mucho y supone el aspecto sonoro de mayor calidad. Exceptuando la ausencia de Florentino Fernandez (Po), el resto de personajes cuentan con su doblador original.
Como curiosidad, Jack Black ha sido el autor del doblaje original del panda en inglés. Y en el título de PS3 el actor que dobla a dicho personaje es el que también lo hace habitualmente con Black en todas sus películas. Que, dicho sea de paso, lo hace bastante mejor que el propio Flo.
Dejando de lado esto, la música que escuchamos durante la acción es bastante acertada y algunas de las piezas se pueden escuchar también en la película. Es posible que se torne algo repetitiva y agobiante en algunos momentos, pero por lo general interpreta su papel eficazmente.
De manera casi constante escucharemos muchos comentarios, tanto de parte de los personajes principales como de los «malotes» o secundarios. Ello contribuye a animar la aventura y a hacernos sonreir de vez en cuando.
Este título es, ni más ni menos, lo que se puede esperar de él jugablemente hablando. Un planteamiento sencillo, enfocado a los más pequeños de la casa e intentando siempre prestar un manejo muy básico que en ningún momento pretende someternos a una exigencia de habilidad alta. Es por eso que a los jugadores más expertos no les llamará en absoluto la atención.
Básicamente el juego nos propone un sistema «machacabotones» y plataformero. Se agradecen algunas fases en las que cambiamos de personaje y se varía un poco la rutina. Por ejemplo, en algunas de ellas llevaremos al maestro «Grulla» (deberemos sobrevolar el escenario esquivando los peligros), al maestro Shifu, (casi el mismo planteamiento que con Po, pero bastante más divertido de manejar) o el maestro mono, (sus saltos y su especial Kung Fu son la diferencia).
En los momentos de lucha cuerpo a cuerpo notaremos que las cosas son más sencillas de lo que aparentan. Tenemos dos impactos, con el cuadrado golpearemos débil y rápido y con el triángulo seremos más contundentes pero más lentos. Con el círculo podremos utilizar algunos ataques especiales que consumirán nuestra barra de «Ky». Y bueno, salvando algunos casos en los que deberemos usar un poco la cabeza, en la mayoría de ocasiones casi nos basta con machacar un sólo botón y dejaremos por los suelos a nuestros rivales.
Por suerte nos varían bastante los objetivos primarios y durante las misiones podremos decidir si cumplir o no con otras alternativas dentro de la principal o buscar objetos escondidos que más tarde nos desbloquearán algunos extras. Este aspecto intenta desmarcar al jugador de la sensación de absoluta linealidad del título. Y bueno, no es que lo consiga demasiado, pero al menos si que nos distrae un poco.
Al cabo de cada misión podremos utilizar las monedas recaudadas para aumentar las habilidades de Po, tales como potenciar cada una de sus técnicas, aumentar sus indicadores o incluso comprar algunos atuendos alternativos. El problema de todo esto es que apenas notaremos un cambio en la jugabilidad, y casi no nos hemos de preocupar por seleccionar adecuadamente ya que no hay márgen para el error al mejorar una u otra habilidad.
El control y la acción no están mal ajustados. Los personajes reaccionan muy bien a nuestras órdenes y no nos va a costar utilizar nuestras habilidades para superar cada obstáculo. Es de agradecer que en éste título no suceda como en otros similares, en los que se pretende prestar una jugabilidad muy sencilla y en los que acabamos por tirarnos de los pelos intentando sortear una plataforma. En «Kung Fu Panda» esto no ocurrirá demasiado y el personaje siempre estará de nuestro lado.
En definitiva el título plasma una jugabilidad con la que pueden disfrutar los pequeños del hogar o los más inexpertos en el arte del pad, pero que en ningún caso deberán tener en cuenta los usuarios más sibaritas.
Su duración no es corta si destinamos el juego al público para el que está pensado, pero si ya estamos demasiado curtidos en los videojuegos no nos ocupará más que unas pocas horas.
Bueno, tras ver el film antes de jugar a este título y pasarlo en tan sólo una tarde me queda la sensación de haber jugado a algo que no es para mi. De hecho, mi hermano pequeño espera con sumo interés que acuda a su encuentro para entregárselo y poder emular al simpático panda en su lucha por cumplir su destino.
Estoy seguro de que lo disfrutará mucho. En ese momento piensas en si realmente debería puntuarlo él, porque está claro que yo me he aburrido lo mio. Pero haciendo un pequeño esfuerzo te das cuenta de que este material se ha tratado bastante bien y que siempre te va a parecer muy indicado para el público menor.
Lástima de sus taras técnicas. Eso si lo podemos tratar, y tratándolo frontalmente se debe puntuar muy bajo. Hay dejadez en muchos aspectos, no sólo a nivel de gráficos, sino también algunos puntos en la ambientación, en como se ha variado la trama para que encaje en un desarrollo de videojuego.
Pero en fín, por lo menos al jugar sabes que han cumplido con los sueños de los amantes del film más alejados o inexpertos en el mundo del Sixaxis. Y eso, de algún modo, es lo que se pretende desde un principio.
Uno más, ni más ni menos, que se suma al montón de promociones «juego-película». Ni sorprende, ni se desmarca.
A ver si llega el dia en el que de verdad se trabaje bien algo así.
De la mano del estreno del último trabajo de «Dreamworks» nos llega este nuevo título a PS3, cumpliendo la labor más infantil en un catálogo donde se requieren bastante ofertas de este tipo.
Ya hemos mencionado que «Kung Fu Panda» no es demasiado distinto al resto de casos en los que se lanza un videojuego en aprovechamiento de una película, pero al menos esta vez se ha conseguido mantener un nivel medianamente aceptable y el resultado puede llegar a interesar mucho y aportar muchas horas de juego a los peques del hogar.
Aún está por llegar el dia en el que un film de animación que puede interesar a todos los públicos se complemente con un título de iguales características. Este no es el caso, ni mucho menos.
A favor
– La variedad de situaciones en la acción.
– Dificultad bien ajustada para los más pequeños o inexpertos.
En contra
– Nivel técnico con serios altibajos.
– Planteamiento no apto para todos los públicos.