Análisis – Final Fantasy VIII Remastered

Mauro · 7 septiembre, 2019
Square Enix hace un trabajo mínimo en la vuelta de un clásico; se esperaba más, pero tampoco decepciona.
Final Fantasy VIII Remastered analisis

La espera ha sido larga, pero… ¿Ha valido la pena? Esta es la pregunta que nos hicimos al momento de empezar a jugar Final Fantasy VIII en PS4, versión remasterizada que en una primera toma de contacto no nos pareció una remasterización, –así como tal–.

Si bien en un primer impacto empezamos a dudar de si era necesario lanzar una remasterización de un juego que tuvo mucha polémica en su momento, a medida que pasaron las horas nos volvimos a enamorar. En pocas palabras, este juego de Final Fantasy caerá muy bien entre los jugadores que ya lo jugaron y que quieren volver a hacerlo en una consola de actual generación, pero algo totalmente distinto pasa con aquellos que lo juegan por primera vez.

Una historia rica, interesante y algo polémica

La realidad es que desde aquí no queremos profundizar mucho en el argumento del juego pues, al tratarse de una remasterización, la historia es la misma que la del juego original. De igual forma, vamos a repasar un poco lo que sucede en este título.

A diferencia de lo que pasa en Final Fantasy VII –su antecesora–, los guionistas han querido potenciar la parte romántica entre Squall y Rinoa (protagonistas del juego). Ambos se conocen en un baile de graduación, una famosa escena que seguramente la recordarás de manera instantánea si ya lo habías jugado antes.

Durante una buena parte de la aventura Squall y sus compañeros deberán luchar contra Edea, una poderosísima bruja; aunque la trama se enreda más con unas misteriosas visiones que son protagonizadas por un soldado llamado Laguna. A lo largo de toda la historia la rivalidad de este soldado con Seifer y el creciente interés del frío Squall por Rinoa, harán que la cosa se le vaya de las manos a los personajes de FF VIII.

¿Es realmente una remasterización?

Uno podría pensar que en una remasterización se solucionan todos los problemas que el juego tenía cuando fue lanzado en su momento, pero aquí esto no sucede. El sistema de enlace con Guardianes de la Fuerza, magias y extracción de Final Fantasy VIII sigue siendo el mismo en la remasterización que en la versión lanzada hace ya unos cuantos años.

Si bien esto fue lo que generó una enorme polémica en su momento, los desarrolladores no han querido meter la mano para dejar a todos contentos en esta remasterización. Si jugaste el juego original, entenderás por qué este es un mal sistema que debería haber sido cambiado en esta versión, pero lamentablemente no fue así.

Otro de los grandes problemas presente en FF VIII Remastered es que las invocaciones son muy “baratas”, es decir, no hay ningún tipo de gasto. Concentrarse para llamar a un espíritu lleva tan solo unos segundos, y cuanto más se utilizan más se reduce la espera. De esta manera el combate termina siendo algo “simple”, pues el poder de estos espíritus es devastador y, vale la pena aclarar, esto es algo que, tanto en su momento como así también ahora, daba la sensación de romper el combate.

De igual manera no todas son malas noticias, pues esta remasterización trae una serie de novedades que le hacen bien al juego. Las principales novedades de las que hablamos son estas:

A simple vista, y luego de haber jugado por más de 15 horas este título, se puede decir en muy pocas palabras que el añadido “Remasterización” le queda un poco grande. Los cambios son pocos, la esencia del juego está intacta y la falta de mejoras en el apartado jugable hace que uno dude un poco si se está frente a un “port” liso y llano, o bien ante el juego original con un cambio de compatibilidad de plataforma.

¿Recomendable? Sí, en cierto modo

Final Fantasy VIII Remastered es un juego que se ama o se odia, tan simple como eso. En nuestro caso, lo hemos adorado incluso con la gran cantidad de imperfecciones que tiene. La fantasía que combina ciencia ficción y magia, trama romántica, rivalidades, excelente banda sonora y minijuegos muy adictivos, hace que este título se gane el respeto que merece.

Hayas o no jugado Final Fantasy VIII, deberías darle una oportunidad a esta remasterización. No esperes gráficos actuales, texturas de calidad o mejoras en el sistema de combate. Todo ha sido retocado al mínimo para que la esencia original del juego no se pierda.

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