Sorpresa muy grata, esa es la frase que nos ha quedado en la cabeza al momento de jugar Etherborn por primera vez. Y es que desde el día que se mostró el primer trailer sobre la jugabilidad de este título, teníamos grandes dudas. Pero todo terminó siendo una gran sorpresa –para bien, claro está–.
¿De qué trata Etherborn?
En este juego debes ayudar a un ente que tiene que recorrer distintos tipos de niveles para tratar de encontrar la paz o, en otras palabras, encontrarse a sí mismo. Puede que al principio el tema del juego te sea extraño y poco entendible, pero te aseguro que a medida que pasen las horas lograrás entender un poco más sobre lo que plantea el juego.
A falta de enemigos, la tranquilidad en su jugabilidad se presenta como un punto fuerte, pues dentro del título se nos pide recorrer distintas plataformas para encontrar diversas piezas que deben ser transportadas de un lado al otro. Dichas piezas son claves, ya que permiten abrir nuevos cambios para poder superar los distintos niveles que se presentan dentro del juego.
Jugabilidad simple, pero divertida
La premisa, bien explotada e interesante, centra la jugabilidad de Etherborn en la gravedad. Es posible recorrer todas las plataformas, pero para ello es necesario que la gravedad pase del suelo a la pared. Puede llegar a ser difícil de entender, sobre todo cuando se explica en palabras, pero no te preocupes, el juego ejecuta a la perfección este sistema.
Con algo tan simple como eso, que ya se ha visto en otros juegos (parcialmente), Etherborn se las ingenia para tenerte pegado a la pantalla por un largo rato, sobre todo si te gustan los puzles en donde no solo se requiere de habilidad, sino también de inteligencia y razonamiento.
La perspectiva juega un papel fundamental
A pesar de que la premisa de este título es simple, la forma de hacer más complejos los desafíos es colocando una cámara estática que siempre sigue al personaje. Este tipo de cámara hace que el jugador no pueda pivotar para intentar entender hacia dónde se dirige, y es ahí en donde esta pequeña “trampa” desempeña un rol fundamental en la dificultad que presentan los distintos puzzles en Etherborn.
El juego tiene como objetivo despistarte, distraerte, hacer que pierdas la concentración y, a decir verdad, lo logra y con creces. Si bien hay algunos niveles que de ser divertidos pasan a ser frustrantes, ninguno es fácil y eso es lo que logra destacarse al final en este videojuego de puzzles.