Los juegos plataformeros de tercera dimensión actualmente son una apuesta arriesgada para cualquier estudio de videojuegos. En primer lugar, se trata de un género que ha decrecido en popularidad con el paso del tiempo; y por otra parte, porque es difícil entrar a este mundo y competir con franquicias consagradas en este estilo como Crash Bandicoot, The Legend of Zelda o MediEvil. Todos estos, juegos que brillaron en la época de los 90s.
Y aunque se trate de un sector de los videojuegos complicados, aún existen valientes que se atreven a pasar por este terreno y ofrecernos juegos que valen la pena. Es así como nos encontramos con el trabajo de la desarrolladora Inverge Studios, equipo que trabajó en coalición con PlayStation Talents España.
De esta manera ponemos Effie sobre la balanza de LaPS4, una aventura de plataformas en 3D que si bien no busca revolucionar nada, sí que trae consigo una agradable jugabilidad. Cuestión a la que se le suma una historia que no brilla, pero sí engancha, y otro montón de aspectos que vale la pena detallar.
Una propuesta clásica con toques modernos en el reino de Oblena
Effie no propone nada que no se haya visto antes, de hecho, parece que su principal premisa es recordar lo mejor del género de plataformas en 3D en la época de PlayStation One y Nintendo 64. De esta manera, nos sumerge en una historia cuyo argumento es sencillo: Garland, nuestro protagonista, es un joven poderoso y fornido que, luego de negarse a ayudar a una bruja disfrazada como joven, termina siendo transformado en un anciano.
De esta manera empieza nuestra aventura en busca de librarnos de este maleficio y, además, derrotar a esta bruja llamada Melira, quien amenaza con destruir el reino de Oblena, lugar en el cual se desarrolla todo el título.
Los acontecimientos de esta historia se van narrando en tercera persona a medida que avanzamos en el título. Enfoque que no aporta nada nuevo a lo que hemos visto en otros videojuegos, pero que parece acertado para sumar un poco más de interés en el argumento del juego, del cual tampoco podemos pedir mil maravillas.
La exploración clásica es parte de Effie
Pasar los primeros minutos jugando Effie nos da una verdadera aproximación a lo que propone el título completo, y es que estamos frente a un juego que no innova en jugabilidad, pero sí afina cada una de las posibilidades con las que dota a nuestro protagonista.
De esta manera, se nos brinda la posibilidad de avanzar por niveles llenos de color y vida. Una característica que sienta muy bien al juego es la esencia de exploración con la que se dotan los mapas, y es que a pesar de ser mínima y no dejar de ser lineales, recompensan a los más minuciosos con la posibilidad de conseguir cofres de tesoro y otros elementos que nos ayudan durante la aventura.
Dicho esto, debemos decir también que los controles del juego son básicos y típicos del género, pudiendo saltar, hacer el doble salto, atacar y, al más puro estilo Crash Bandicoot, saltar y caer con un poderoso ataque. Sin embargo, este repertorio se va nutriendo a medida que avanzamos en el juego y desbloqueamos nuevas habilidades para Garland quien, además, cuenta con una barra de vida que se hace más grande conforme derrotamos jefes y subimos de nivel.
Tampoco se puede olvidar el ingenioso escudo con el que se ha dotado a nuestro héroe, un arma de defensa versátil que nos servirá para surfear, volar, atacar y, por supuesto, defendernos.
Puzzles y enemigos: los desafíos del juego
En cuanto al desafío del juego, como ya es tradición en este tipo de juegos, resulta habitual toparse con algunos puzzles que no representan mayor reto y que, francamente, no aportan mayor sustancia al juego. Sin embargo, en lo que sí vale la pena enfocarse, es en la nutrida cantidad de enemigos que aparecen en el juego.
Y es que a medida que avanzamos por los mapas, nos toparemos con distintas especies de monstruos, donde algunos de ellos solo pueden ser derrotados con cierto tipo de ataques, o tienen formas concretas de hacer nos daños.
Sumado a lo anterior, el factor desafío se acrecienta conforme nos aproximamos a nuestra meta, pues podremos ver cómo nos topamos con clases “evolucionadas” de estos mismos monstruos. Y es que éstos se hacen más fuertes y demandan un mayor esfuerzo de nuestra parte para derrotarlos.
Con todo esto, no podemos decir que Effie sea la piedra angular de los plataformeros 3D, pero sí que se puede decir que es un juego sumamente divertido y apasionante. Un juego que sabe hacer bien las cosas a pesar de sus limitaciones, y que rompe con uno de los estigmas del género: la monotonía.
Recursos, arte y diseño en Effie
No existe manera posible de evitar enamorarse del apartado artístico de Effie, y es que lo más llamativo del título es disfrutar de la paleta de colores con la que se dota cada escenario del juego.
Inverge Studioso ha sabido mantener la consistencia de su trabajo de diseño a lo largo de todo el título, por lo que no importa si nos encontramos en los extensos valles de Oblena, o en alguno de los castillos del reino, siempre estaremos rodeados de cosas para admirar dentro de la pantalla.
De la misma manera, el apartado sonoro no es especialmente magnífico, pero acompaña la aventura en tonalidades que van acorde a los acontecimientos. Nada destacable, pero que cumple con la cita.
Algo que debe valorarse bastante es la total confianza del equipo de PlayStation Talents España en los desarrolladores del juego. Y es que siendo uno de los tantos estudios Indie que proliferan en la actualidad, han sabido hacer las cosas con esencia propia y apostando por un género complicado.
Nuestras impresiones de Effie
Valorar Effie como producto jugable resulta complejo. En primer lugar, es un título que merece ser laureado por su propuesta sagaz, entretenida y acertada dentro del extenso catálogo del panorama Indie que hace fila en los bazares de PlayStation.
No obstante, existen limitaciones bien marcadas dentro del título, ya que Effie puede tornarse monótono después de un par de horas para aquellos jugadores que no son amantes del género. De esta manera, nos encontramos frente a un juego que será amado por cualquier gamer nostálgico que haya disfrutado los mejores juegos de los 90s, pero que podría pasar sin pena ni gloria por las manos de otros jugadores más exigentes.