Estamos frente a uno de los primeros videojuegos modernos desarrollados en la industria china, la cual poco a poco continúa creciendo y cruzando la frontera asiática. Por esto, no podía ser cuanto menos interesante observar la propuesta de JFI Games, JERA y WANIN Games: Dusk Diver, un juego que combina la acción de los combates del género Beat’em up y la esencia RPG que podemos ver en franquicias como PERSONA. ¿Resultará del todo bien esta mezcla? Ahora mismo lo detallamos en este análisis de Dusk Diver.
Descubriendo el barrio comercial de Ximeding
Dusk Diver es el producto de tomar muchas fuentes de inspiración bien marcadas y puestas a disposición de un solo videojuego. Así, el título nos sumerge en el típico conflicto entre el bien y el mal a través de una narrativa sencilla. Todo esto mientras nuestra protagonista, Yang Yumo, debe recorrer las calles del barrio comercial de Ximeding para descubrir el origen de una serie de portales interdimensionales que dan acceso a todo tipo de monstruos al mundo real.
Para esta aventura el juego nos sumerge en un escenario que recrea la típica ciudad moderna de los países asiáticos y nos da libertad para interactuar con otras personas, buscar coleccionables y cumplir una serie de misiones, toda esta premisa nos hace sentir lo que nos ofrecería un Action JRPG. Por otro lado, esto solo compone una cara de la moneda, pues tan pronto nos encontramos en situaciones en las que debemos enfrentarnos a una gran cantidad de enemigos el título se transforma en un Beat’em up.
Entre dos dimensiones
De todo este coctel surge la esencia propia de Dusk Diver, y es que a pesar de tener tantas referencias bien marcadas, logra su propia autonomía al diferenciarse de cada uno de ellos. No obstante, al tener bien fundamentados los distintos aspectos que componen el juego, surge el problema de la simpleza. Desde una historia que no termina de enganchar, pasando por el escueto sistema de combates que no emociona, hasta llegar al aspecto RPG que no termina de ofrecer los niveles de personalización que encontramos en los grandes referentes del mercado.
Al enfrentarnos a las situaciones en las que debemos acabar con los monstruos que llegan de la “dimensión maligna”, tendremos que hacer uso de un sistema de combate compuesto de dos botones con los que realizar los combos. Para dar un poco de variedad al asunto, podremos aprovechar la ayuda de nuestros compañeros de equipo (Sí, al más puro estilo PERSONA) y así alternar nuestros ataques. Dicho esto, el problema que se percibe en los combates es la excesiva repetitividad, la escasa dificultad y la lentitud con la que se mueve todo mientras peleamos.
Hemos mencionado también la simpleza del componente RPG, donde a la hora de buscar profundidad tampoco la encontramos en ningún aspecto. A pesar de sentirse la esencia, todo se reduce al uso de ayuda de nuestros compañeros y la posibilidad de recolectar y utilizar los típicos ítems que permiten elevar los atributos de nuestro protagonista.
Destacando el trabajo artístico
Hay un apartado de Dusk Diver que destaca por sobre todo, se trata del trabajo visual y artístico de sus desarrolladores. Desde el diseño del barrio comercial de Ximeding hasta el arte y modelado de los personajes que hacen vida en el juego; todo refleja que se ha puesto empeño en dotar de detalles y esencia propia al universo en el que nos sumergimos. Otro plus en este aspecto es el hecho de que el estilo anime sienta de maravilla a la tónica del juego.
Puede que el título no cuente con un portento gráfico de vanguardia, pero ciertamente sus modestos desarrolladores han aprovechado muy bien los recursos para ofrecer un apartado visual atractivo y vistoso. No pasa lo mismo con la banda sonora, la cual cumple pero no enamora.
¿Dusk Diver está a la altura de lo que buscamos?
Es cierto que Dusk Diver peca en muchos sentidos de ser un título simplón, donde algunos atrevidos podrían catalogarlo de una mala imitación de las fuentes de inspiración que sentaron los cimientos del título. Sin embargo, creemos que jugar Dusk Diver no es una experiencia que busque fascinarnos, sino más bien divertirnos. De esta manera estamos frente a un juego que puede hacernos pasar un buen rato sin necesidad de enfrentar bosses increíbles, puzzles complejos, batallas imposibles, ni misiones entrañables.