Análisis – Demon Pit
Demon Pit ha sido un juego desarrollado por la modesta desarrolladora Psychic Software, quienes lanzaron originalmente el título para Nintendo Switch y PC, pero que ahora tenemos la oportunidad de disfrutarlo en PlayStation 4 y Xbox One. Así, con una propuesta sencilla y un ambiente que hace honor al clásico DOOM de los 90. Este shooter que recuerda a los típicos videojuegos arcade de las recreativas se postula como un juego más que interesante. ¿Realmente vale la pena probarlo? Descúbrelo en nuestro análisis de Demon Pit para PS4.
Un cazademonios de la vieja escuela
Demon Pit es uno de esos títulos que no necesita envolvernos en un argumento llamativo para entretener, de hecho, este título no tiene argumento alguno más que lo evidente: estamos en un mundo macabro y oscuro bastante similar al DOOM original de los años 90, donde hordas de demonios querrán acabar con nosotros a cualquier costo. Mientras tanto, estaremos encerrados en una especie de arena o patio cerrado en el que deberemos enfrentarnos a ellos y aniquilar el mayor número de monstruos posibles.
No hay ninguna historia que respalda al juego, pero lo cierto es que el juego, al ser un FPS de estilo arcade, centra el entretenimiento en buscar sobrevivir el mayor tiempo posible, acabar con el mayor número de hordas demoniacas que se pueda y, además, alcanzar una buena puntuación que nos permita mantenernos en lo más alto de la tabla de puntuaciones.
El concepto de Demon Pit no va más allá, por lo que simplemente tendremos que ir moviéndonos a lo largo y ancho del mapa, sorteando entre diferentes tipos de armamentos para acabar con los demonios que nos asechen en hordas de 20.
¡Acaba con ellos!
Cualquier jugador de la vieja escuela sabrá cómo funcionan las mecánicas de un FPS de los años 90: barra de vida agotable, municiones limitadas y un rango de dificultad creciente. De esta manera, para poder sobrevivir a cada horda será necesario reconocer cada tipo de enemigo, ya que en el juego existen varios tipos de demonios con habilidades, comportamientos y patrones de conducta distintos. Esto nos ayudará a saber cómo acabar con ellos y cuidar en la medida de lo posible nuestra preciada barra de salud.
En cuanto a la salud y los recursos en general, tras cada oleada, el escenario en el cual nos encontramos sufrirá algunos cambios que dan variedad al juego. Además, nos brindan la oportunidad de obtener algunos botiquines de salud esparcidos por el mapa. Respecto a la escasez de los mismos, será fundamental gestionarlos de manera eficiente para sobrevivir la mayor cantidad de tiempo posible. Lo propio ocurre con las municiones, las cuales resultan un poco escasas considerando el tipo de juego frente al cual nos encontramos.
En Demon Pit tendremos acceso a un compendio limitado, pero justo de armas. Desde la típica pistola, pasando por una escopeta y un lanzallamas, hasta el letal lanzacohetes. Cada una de estas armas posee cualidades distintas que nos ayudará en situaciones diferentes y resultarán más o menos útiles para acabar con cada tipo de enemigos.
Retro-art
Demon Pit es un título con una estética retro que no hace reparos en mostrar su evidente fuente de inspiración: DOOM. Dicho esto, basta con ver el diseño pixelado que se le ha dado a la textura de las armas y el entorno en el cual nos encontramos. Por eso, la esencia del título tiene un carácter propio, pero inspirador que nos ha agradado y probablemente disfruten de manera especial aquellos jugadores más longevos.
En cuanto al apartado sonoro, puede que no sea de lo más espectacular, pero sí que sabe acompañar la acción desenfrenada que merece el juego, logrando así acertar completamente al aura que busca el juego.
Conclusiones
Es cierto, Demon Pit no es un juego profundo ni complejo ni deslumbrante, es más bien una oda a uno de los géneros mejor recordados y más populares de los años 90. Por eso, todo en el juego nos lleva en una sola dirección: divertirnos con dosis de acción sin más ni menos. A pesar de sus evidentes limitaciones, el equipo desarrollador ha sabido tener el carácter suficiente para mantener el equilibrio entre un juego con jugabilidad y movilidad fresca, y el estilo y características de un clásico FPS.