Análisis – Citadel: Forged with Fire
Citadel: Forged with Fire es un RPG masivo en línea ubicado en un mundo abierto y con tintes de supervivencia. Dentro del juego aparecen combates, exploración, magia, crafteo y el conflicto entre diferentes reinos que da lugar a la poca historia que hay. Por momentos recuerda a juegos como Rust o Ark, pero combinado con fantasía medieval y más cercana al rol como Skyrim.
Los desarrolladores de Blue Isle han conseguido crear un juego algo distinto a lo que los jugadores acostumbran en el género. La supervivencia juega un papel fundamental y es lo que lo aleja radicalmente de las mecánicas de rol clásicas.
Además, los gráficos están sumamente cuidados y ejecutados en el motor Unreal 4, lo que ofrece una visión de entornos ultra fluida y muy estética. Esta inmersión visual, sumada a las diferentes jugabilidades que ofrece el juego y a las actualizaciones de armas y contenido que ya han sido anunciadas, ofrecen una experiencia bastante desconocida, pero gratificante para los aficionados a este tipo de juegos.
¿De qué va este juego?
Como sucede en todos los juegos masivos en línea, el usuario debe moverse por un entorno poblado de otros jugadores y enemigos de la IA. Su objetivo es ir avanzado de nivel, aprendiendo nuevas habilidades y creando mejores herramientas para poder hacer frente a unos entornos complicados.
Citadel: Forged with Fire añade la posibilidad de domesticar numerosas criaturas, hacer creaciones colectivas de edificios o unirse a otros aventureros para explorar el mundo, conquistarlo y no perecer en el intento.
A diferencia de los RPG, este juego no se molesta en dar al jugador una historia, ni una línea pricipal que sirva de guía para avanzar por los entornos. Más cercano a la pura supervivencia, la libertad de elegir lo que hacer con el personaje y cómo implementar todas sus habilidades queda totalmente abierta.
Eso no significa que se vuelva aburrido o vacío, la diferencia de ecosistemas, criaturas, acciones, luchas, conquistas, construcciones y mecánicas dinámicas mantienen el interés vivo en todo momento. Eso sí, si se supera el tutorial plagado de textos y obligaciones, porque es la parte más tediosa e innecesaria del juego.
Otro de los puntos que puede volverse repetitivo es la poca variedad de construcciones que hay hasta el momento en el plano estético, pero desde Blue Isle están comprometidos en seguir ampliando la experiencia en los diferentes planos que componen el juego. A pesar de ello, el esfuerzo de trazar un castillo e invertir los materiales necesarios implica que finalmente se sienta como un hogar y el sitio ideal para relajarse.
¿Cómo son los gráficos de Citadel: Forged with Fire?
Quizás este sea el punto más impresionante del videojuego: los personajes, los elementos del entorno, los detalles más minuciosos, las texturas, la iluminación o efectos de partículas están pensados para construir un mundo irreal, pero cargado de realismo.
La magia impregna cada fotograma y ofrece al jugador la experiencia de volverse un encantador, con su varita y sus opciones para surcar el cielo. El sueño de los que no recibieron la carta a Hogwarts a los 11 años puede reactivarse paseando por este universo.
Para ello deberá recorrer paisajes de lo más variopintos que se extienden a través de cumbres, llanuras, bosques espesos, pantanos poco saludables y otros congelados. En varios puntos el entorno recuerda a Skyrim, con las altas montañas nevadas de fondo, pero con una tonalidad mucho más saturada que puede no resultar tan fascinante como en el juego de 2011.
En criaturas no se queda atrás y el jugador se topará con águilas gigantes, lobos hambrientos, dragones y diferentes personajes con los que podrá combatir. No hay muchos «peros» que poner en esta parte, a excepción de la necesidad futura de ampliación para que la experiencia no se vuelva demasiado repetitiva para un entorno tan amplio y repleto de posibilidades.
¿Cómo es la jugabilidad?
Los elementos del RPG, como las barras de salud y de maná, se combinan con las habilidades de supervivencia, pero en este caso no existen barras de hambre, sed o cansancio –que son frecuentes en el género–. A esta mezcla de jugabilidades se suma el crafteo, la construcción y los combates.
Es una experiencia totalmente novedosa la supervivencia sin necesidad de ocuparse de buscar comida o fabricar alimentos que impidan la pérdida de salud, en cambio, Citadel: Forged with Fire está más orientado a la exploración y la resistencia ante diferentes peligros dentro del mundo.
Es llamativa también la capacidad de prescindir del descanso y poder centrarse en ampliar las capacidades bélicas por un lado, para poder combatir con solvencia los enemigos, y la consecución de buenas armas que puedan apoyar este ascenso.
Algo positivo es la capacidad de construir en cualquier parte del mapa, sin apenas restricciones: tanto en la cima de una montaña como en una desprotegida pradera. Esta mecánica le da bastante dinamismo al juego y pueden lograrse resultados bastante decentes.
A pesar de ello, los desarrolladores no han negado en ningún momento que puedan añadir en futuras actualizaciones una barra para el hambre, la resistencia o el cansancio. Al ser un mundo abierto y con tantas posibilidades, cualquier cambio podría ser integrado dentro de la dinámica del juego.
¿Qué más hay que destacar de este juego?
Sin duda la libertad. Blue Isle ha conseguido crear un mundo de fantasía completamente novedoso y original que no está sujeto a ninguna norma estandarizada. Desde el comienzo el jugador siente que tiene todo un mundo que explorar por delante, con pocas limitaciones y generando de esta manera una sensación estupenda.
Además, no existe la necesidad de comerciar o tener que intercambiar objetos con otros jugadores para poder avanzar, en este caso es el propio personaje el que se encarga de su crecimiento y depende de él desarrollar nuevas técnicas y armas que lo mejoren.
Aunque la posibilidad de trueque con otro jugador existe, no es un requisito fundamental. En muchas ocasiones se pueden adquirir objetos que todavía no se puedan desbloquear debido a la necesidad de alcanzar un nivel concreto, por lo que es mejor ir paso a paso.
Otra capacidad fascinante es la de utilizar destreza mágica para volar por los cielos y viajar fácilmente por todo el mundo. Esto sí que recuerda a la magia y a la manera de gestionarla en las historias clásicas, por lo que le da un toque divertido y diferente.
Finalmente, se puede diseñar al personaje con un estilo propio. Hay una gran variedad de opciones de ropa y armas, como varitas mágicas y bastones, hachas mágicamente imbuidas, espadas, mazas, martillos y guanteletes encantados.
¿Cuáles son las conclusiones?
Citadel: Forged with Fire es un juego realmente original y entretenido. No solo es capaz de combinar dos géneros bastante diferentes entre sí, también han cuidado los detalles, el apartado gráfico y la identidad del mundo en el proceso.
Uno de los problemas más grandes que se presentan es la tendencia a caer en la repetición y en la falta de variedad, así como en deambular sin rumbo por falta de historia o de otros jugadores con los que compartir la experiencia. Aunque las actualizaciones existen y la idea de expansión está sobre la mesa, en este momento es quizás el punto donde más flojo está el título.
Independientemente de esto, los jugadores que sepan sacarle partido a todas las mecánicas, combinar bien todos los materiales y explotar su creatividad con las construcciones, pueden tener horas y horas de diversión que pocos juegos pueden proporcionar de este modo.
Subir de nivel, desbloquear nuevas recetas de crafteo, adquirir mejores habilidades, domesticar nuevas criaturas y hacerse fuerte para conquistar el mundo son motivaciones de sobra para que Citadel: Forged with Fire se haga un hueco entre las preferencias de los jugadores y que sirva de precedente para la creación de nuevos géneros mixtos.