Call of Duty, un nombre que a la gran mayoría de las personas que hayan tenido contacto con los videojuegos le despierta algún que otro sentimiento.
Activision e Infinity War vuelven un año más a intentar arrasar el mercado con una nueva entrega de una de las sagas más míticas de la industria, la cual ha tenido diversos altibajos a lo largo de los años.
Tras lanzarse a la piscina del mundo de los Battle Royale con Call of Duty: Black Ops 4, esta vez la saga busca reencontrarse con sus orígenes más puros para que los nostálgicos, los fans actuales y los nuevos jugadores vuelvan a unir filas a la hora de enfrentarse a la guerra.
¿Cómo le ha sentado este regreso al pasado a Call of Duty? Dentro análisis.
La absoluta crudeza de la guerra
Uno de los grandes cambios respecto a su pasado que la saga Call of Duty realizó el año pasado fue el hecho de prescindir de su Modo Campaña para dedicar más recursos a los modos multijugador, incluyendo Blackout, su modo Battle Royale.
Este hecho creó un gran debate dentro de su comunidad, dividiendo a sus jugadores. Por suerte, en esta nueva entrega, Activision ha decidido volver a apostar por contar una nueva historia para un solo jugador, y hay que decir que lo ha hecho a lo grande.
Este modo historia se sitúa en un espacio temporal que bien podríamos situarlo en la más pura actualidad. Al Qatala, una facción terrorista oriental, busca sembrar el terror en occidente, mientras el Ejército Ruso planea algo similar mediante la utilización de un gas letal capaz de matar a miles de personas.
Para poder contrarrestar estos horrores, nos pondremos en la piel de nuevos agentes y viejas leyendas de la saga, como el Capitán Price, de manera que la variedad dentro de sus misiones está asegurada.
Esto también está influido por la multitud de situaciones que deberemos manejar: persecuciones en medio de una ciudad, niveles de puntería para los francotiradores más puritanos, infiltraciones en total oscuridad…
Sin embargo, lo que más sorprende de esta campaña es, sin duda, su crudo realismo. Las situaciones que vivimos en ella perfectamente podrían estar ocurriendo mientras leéis estas líneas en cualquier lugar del mundo, y constantemente nos está dando una lección de realidad, dejando a un lado gran parte de las escenas hollywoodenses a las que las sagas nos tiene acostumbrado para hacernos reflexionar y mostrarnos la cara oculta de los conflictos internacionales.
No merece la pena entrar en más detalles sobre este modo para no tentar al spóiler, pero el giro que ha tomado Infinity War en este Modo Campaña lo hace altamente recomendable y difícilmente olvidable.
El plato principal del Rey
El principal atractivo actual de la saga Call of Duty es, sin duda, el Modo Multijugador que vuelve por todo lo alto.
En primer lugar hay que destacar que, en esta ocasión, sus creadores han apostado por realizar diversos cambios respecto a anteriores entregas para otorgarle algo de frescura a la fórmula que venían utilizando con anterioridad.
Aunque los modos más clásicos de Call of Duty, como Dominio o Duelo por Equipos, siguen vigente en esta entrega, ahora podemos disfrutar de novedades como los Tiroteos, un modo de juego en el que debemos ganar una serie de rondas con armas predeterminadas en un minúsculo mapa 2 vs 2, con partidas rápidas y frenéticas, en las que la velocidad, los reflejos y la comunicación son fundamentales.
Algunos modos de antaño, como Baja Confirmada, no están disponibles, al menos por el momento, por lo que es previsible que sean añadidos en el futuro o a modo de rotación.
También se ha añadido el modo Guerra Terrestre, un modo con un amplio mapa (que podremos recorrer en vehículos) y diversos objetivos que capturar, buscando la similitud con Battlefield, su saga rival por excelencia, ofreciendo partidas más duraderas y tácticas de lo habitual en Call of Duty.
Otra gran novedad es la eliminación de los Prestigios. Como ya sabéis, en anteriores entregas al alcanzar el nivel máximo podíamos «resetear» nuestras estadísticas a cambio de alcanzar un nuevo nivel de prestigio y desbloquear así nuevas armas y aspectos.
En esta ocasión, al alcanzar el nivel 55 dentro de un marco de contenido temporal, iremos desbloqueando medallas especiales con las que obtener aspectos y cosméticos para nuestro equipo, llegando a conseguir un plano de arma especial si obtenemos un número determinado de ellas.
Una vez termine esa «temporada», nuestro rango será reseteado para volver a comenzar desde el principio. De esta manera, las cajas de botín son eliminadas para dar pie a que los jugadores obtengan estos elementos jugando en vez de pasar por caja.
Vuelven grandes conocidas como la AK47, la MKA1 o el Dragunov para ofrecer una gran variedad de armamento disponible, a la cual se suman la inmensa variedad de elementos que podemos acoplar a las armas, desde culatas, bocachas o silenciadores a mejoras y aspectos.
El gran añadido en este sentido es la capacidad de cambiar nuestro equipo en partida, es decir, cambiar nuestra arma principal, o parte de sus componentes, así como las mejoras de campo en tan solo unos segundos, permitiéndonos adaptarnos al transcurso de la partida en todo momento, de manera que podamos cambiar las tornas del juego si somos hábiles en este sentido.
La controversia en esta entrega quizás venga de la mano de los mapas disponibles, ya que han roto un poco con el canon que venía sucediendo en las entregas más anteriores.
Esto se nota en la distribución en sí del terreno, en la que se deja atrás el frenetismo de mapas como Nuketown para ofrecer escenarios más tácticos, llenos de casas con multitud de puertas y ventanas, callejones, escaleras y escondites con los que ampliar la variedad de posibilidades a la hora de afrontar las partidas, esta vez ofreciendo más confort para los jugadores más «camperos», pero sin dejar de lado a los jugadores más agresivos.
Mapas como Picadilly son el claro ejemplo híbrido del que hablamos, con posibilidad de usar distintos estilos de juego para obtener la victoria. Otros mapas como Euphrates Bridge están más orientados al combate a larga distancia, cosa que quizás no contente a los jugadores más puros, pero como se suele decir, en la variedad está el gusto…
Otra forma de afrontar estos enfrentamientos es el uso de las Rachas de Bajas, las cuales vuelven a recuperar la esencia de la saga a la vez que ofrecen algo de variedad, con nuevos añadidos como el Radar Personal o la Torreta desplegable, y viejos conocidos como el UAV.
Las Mejoras de campo son una serie de habilidades que se nos recargan conforme pasa la partida y nos permiten obtener ciertas ventajas temporales, como sacar un dron de reconocimiento o ser más silenciosos al andar, de manera que utilizarlas con cabeza puede ser clave para triunfar.
La belleza de una bala
Call of Duty: Modern Warfare no ha pretendido ofrecer un gran salto técnico en cuanto al apartado gráfico se refiere, siguiendo en la línea de las anteriores entregas, en las que ya se echaba en falta algo de renovación en este sentido.
Así pues, tanto los efectos visuales como la carga de las texturas siguen necesitando un empujoncito respecto a otros juegos de la generación, pero tanto la fluidez como los fotogramas por segundo se mantienen estables en casi todo momento.
Mención especial a la campaña, que ofrece escenarios realmente memorables por muy crudos y duros que sean.
Algo a destacar es el apartado sonoro, que se ha visto reforzado con nuevos y mejores efectos in-game, tales como los ruidos de las explosiones o lo que es más importante, los pasos de los enemigos, ofreciendo un punto extra de realismo al gameplay. Además, la banda sonora sigue cumpliendo con su cometido, realzando los momentos más importantes.
La sensación de realismo también se ve reflejada en este punto, con efectos que afectan directamente a la jugabilidad, tales como los reflejos de las miras de francotiradores, las transiciones entre cambios de arma o recarga o el tiempo extra que necesitamos para plantar una bomba o un equipamiento, haciendo que nos maten en el proceso en más de una ocasión si no tenemos el suficiente cuidado.
En definitiva, Call of Duty: Modern Warfare ha dejado a un lado las ganas de innovar para centrarse en fortalecer su fórmula original, cogiendo lo mejor de las anteriores entregas para reforzar sus modos estrella, ofreciendo además un nuevo modo historia tan crudo como intenso.
Este título ha sido analizado en una PlayStation 4 Pro gracias a una copia de prensa facilitada por Activision España.