Análisis Trackmania Turbo

Javi Andrés · 29 diciembre, 2018
El más rápido, vertiginoso, completo y disparatado arcade que moverá tu PS4

No valía cualquier cosa. El estudio Nadeo ha hecho juegos Trackmania como churros, hasta para Nintendo DS, y el extraño lanzamiento tripartito de Trackmania 2 con Canyon, Stadium y Valley también contribuyó a ese sentir general de que la marca, sin llegar nunca a Xbox ni PlayStation, necesita bajar la ventanilla, que le entre bien el aire y pisar a fondo en su reboot en la nueva generación. Y no, Trackmania Turbo no es el soplo de viento nuevo y fresco que despeine al personal. De hecho, probablemente sea el más previsible de todos los capítulos porque, y ahora sí, es un juegazo hecho a base de reunir todas las ideas de la serie en estos 12 años y hacerlas funcionar perfectamente sobre PS4, Xbox One y, cómo no, ordenador. Cuesta pensar en cuál será el siguiente capítulo de esta saga, pues este Turbo está bien pisado y lleva todo lo conocido a su límite gracias a moverse cómodo en la actual tecnología, desde el editor de pistas -fundamental- hasta el multijugador, los desbloqueos, los gráficos, los modos y, ahora más que nunca, la sensación de vértigo.

Si en PlayStation 4 echabas de menos nombres como Wipeout, Mario Kart 8 o MotorStorm, prepara 40 euros porque este viaje es obligatorio. Resultará algo caro a muchos, carne de PlayStation Plus que dicen otros, pero lo cierto es que se trata de un producto tan redondo y completo que no creo que caiga en los juegos regalados con el Plus, y menos con lo bien que se está portando Sony últimamente con los obsequios a los que estamos suscritos… Además, hay una bastante consistente demo en la Store. Trackmania Turbo tiene un precio justificado, es un videojuego para meterle horas y horas, tanto creando el circuito más enmarañado que se nos pase por la cabeza, como para recorrer lo que incorpora de serie más todo ese universo de creaciones chifladas que esperan en sus cuatro disciplinas, ya bien conocidas: Canyon Grand Drift y su asfixiante estilo NASCAR en el desierto más arenoso, International Stadium para la máxima velocidad en asfalto a lo Formula 1, Valley Down and Dirty con half pipes, buggies esféricos y acrobacias imposibles, y la nueva opción, Lagoon Rollercoaster, un entramado de loopings, tirabuzones, puntos de ingravidez y trenzas que llena de vías de montaña rusa los exóticos parajes de la laguna.

Estos cuatro formatos de competición son la columna vertebral de un robusto y muy fluido conjunto de carreras cortas, en circuitos cerrados con varias vueltas y el llamado y más popular Sprint de A a B. A partir de aquí, el jugador que prefiere optar por asumir un arcade clásico por desbloqueos y autosuperación lo tiene delante, el amante del multijugador de vanguardia con editor de niveles y pruebas online lo tiene delante, el fiestero que llena la casa de amigos y adora dividir la pantalla en cuatro para jugar en local lo tiene delante. Trackmania Turbo no inventa sobre sus predecesores, pero aúna todo como nunca antes y lo mueve con mucha mayor soltura y posibilidades, siendo probablemente de lo más divertido y salvaje que podemos encontrar en PS4 dentro del mundo de la conducción, aquí absolutamente irreal y disparatada.

Sigue siendo arcade a más no poder, como aquellas recreativas de los 90 donde el freno se usa poco y el derrape es la acción clave, donde las ruedas llevas adherente para colocar los vehículos boca abajo o en vertical, donde los daños prácticamente no importan siempre que el salto haya expuesto cuatro o cinco buenas volteretas y donde la música maquinera acompaña perfectamente a la experiencia. Acrobacias, inercias, pesos livianos y control sencillo con respuesta exagerada hacen que, a menudo, llegar a la meta sea más bien una prueba de habilidad entre obstáculos que una carrera de un juego de coches. Este manejo es muy directo y simple en apariencia, pero esconde una profundidad y diversión como solo los arcades del género saben guardarse hasta que llega el momento de complicar las cosas. La curva de aprendizaje es fenomenal, viene marcada por los circuitos y pruebas, así como por los tiempos, pues en Trackmania Turbo, como siempre en la serie y que puede disgustar a algunos, no se corre por llegar a meta por delante de otros, sino por hacer mejor tiempo.

Este manejo es muy directo y simple en apariencia, pero esconde una profundidad y diversión a medio plazo como solo los mejores arcades del género saben guardarse

200 pruebas en la modalidad campaña, de apenas 40 o 50 segundos cada una, dan la mano al nuevo jugador para llevarlo por el Canyon, el Stadium, el Valley y la Lagoon. Cada disciplina con sus particularidades, pero las cuatro igual de divertidas y chifladas, con botón de reinicio rápido para en cualquier momento resetear la prueba o el último checkpoint, y con mucha exigencia de control y reflejos, todo ocurre a muchísima velocidad y la sensación en pantalla, a intocables 60 frames por segundo en sus tres versiones, es vertiginosa. Todo funciona con contrincantes fantasma, coches incorpóreos que no nos quitan espacio en pista y sirven de referencia para buscar siempre las medallas de oro y mejores tiempos. Esto es igual en el multijugador, siempre ha sido así y disgustará a muchos. Aunque en su favor diré que unos circuitos tan estrechos y retorcidos como los de Trackmania no dejarían lugar a competición con colisiones con otros, tirándonos de pista, etc. Quizá, no obstante, no hubiera estado de más incluir esa modalidad en pistas especiales a su variopinta gama de modos, para que nadie se queje.

En este Trackmania hay pruebas muy locas, como una centrada en trucos y turbos por las acrobacias, otra basada en aguantar cerca del coche inicial sin salir de su alcance, u otra -general para todos los modos- donde dos jugadores deben coordinarse para manejar, cada uno desde su DualShock 4, un mismo vehículo. Es un título ideal para partidas de cuatro en un mismo televisor, como en aquellos tiempos de Crash Team Racing y Multitap. Online, obviamente, todo esto se mantiene y se suma al editor de pistas, increíblemente practicable en consola. Está claro que Nadeo ha querido que tanto la comunidad de ordenador como la de PS4 y Xbox saquen partido a las posibilidades de creación, bien explicadas y repartidas en tres categorías según complejidad de nuestra obra, pudiendo tocar hasta los decorados, cruces, peraltes, superficies, etc. Muy completo, muy ágil y muy amigable al mismo tiempo, invita a crear pistas y compartirlas, o a buscar en su red de circuitos las creaciones más bizarras de los demás. Siempre he sido perezoso con esto de crear y compartir, aquí, de verdad, me he pasado un puñado de horas construyendo.

[RELACIONADO=Compatible con PlayStation VR]Trackmania Turbo tiene mucho de montaña rusa y experiencia de adrenalina. Por eso sus creadores ya tienen todo preparado para que sea practicable con realidad virtual, al menos con los cascos Oculus Rift en ordenadores y PlayStation VR en PS4. El título incluso adapta sus cámaras y ángulos de visión en los momentos de ingravidez, como los loopings y los tirabuzones o saltos, para que el jugador pueda vivir en primera persona de forma automática, desde perspectiva interior, lo que vería el envalentonado piloto del bólido. Con PSVR promete grandes sensaciones y compatibilidad temprana.[/RELACIONADO]

Y no solo se crean los circuitos, también se debe dar forma a las normas de esa pista y sala, lo que hace original el planteamiento de Trackmania Turbo. Hasta 100 corredores compartirán prueba intentando alcanzar su mejor tiempo, todos con coche espectral para no molestar a los demás. El cronómetro aquí es lo único que importa, esa marca, esa cifra. Y esto es probable que llegue a quedarse a medio gas entradas las semanas. Este producto es un arcade, como lo eran los primeros Ridge Racer, F-Zero o Crazy Taxi, y eso trae consigo diversión automática a cambio de ciertos sacrificios en el largo plazo que al final asumes que están ahí y no suelen importar, pero que existen frente a propuestas más profundas y complejas.

Lo bueno de Turbo respecto a sus predecesores es que es el Trackmania más cuidado técnicamente y que sabe sacar partido en su fórmula a las posibilidades de hoy. Los editores están mejor que nunca y los escenarios llegan a tener detalles llamativos. Aunque, eso sí, al ir todo tan rápido y totalmente fluido, algunas pruebas -al menos en versión PS4- dejan ver algo de poping o leve tearing. Esto no es molesto, destacable ni entorpece la experiencia de juego, ni mucho menos, pero a los ojos más clínicos les llamará en seguida la atención. Por lo demás, el mimo puesto en la destrucción y despiece de cada automóvil, las posibilidades de personalización visible, la sensación de velocidad en las bajadas y máximos acelerones o lo rápido que trabaja el editor de circuitos sin cargas molestas son asuntos que demuestran que Trackmania ha llegado a la nueva generación. El sonido, sin embargo, no es nada del otro mundo ni pretende serlo.

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