Análisis The Walking Dead: Michonne
Telltale Games adquirió fama y prestigio internacional gracias a su visión de la franquicia The Walking Dead, ideada por el escritor Robert Kirkman y dibujada en sus inicios por Tony Moore, posteriormente reemplazado por el artista Charlie Adlard. El estudio con sede en San Rafael, EEUU, apostó por narrar una historia alejada de los personajes conocidos a través del cómic, creando dos emblemas para los aficionados como Lee y Clementine. A pesar de que algunos cameos enlazaban su The Walking Dead con los cómics, no ha sido hasta dos temporadas y un DLC conocido como 400 Days después que Telltale se ha atrevido con un personaje como Michonne, la protagonista indiscutible del spin-off que tratamos en este texto.
Esta luchadora incombustible, carismática y con un profundo drama personal casi siempre oculto en la sombra se convierte en el gran acierto de The Walking Dead: Michonne, una miniserie de tres capítulos que sigue a rajatabla las características jugables y narrativas de Telltale, sin ofrecer nada de originalidad por el camino, basando todo su atractivo en uno de los personajes más poderosos que se recuerdan en las viñetas de los últimos años. Aunque la serie televisiva de AMC le ha puesto el rostro de Danai Gurira, que se ha amoldado al personaje de una forma excepcional, aquí únicamente encontramos a la Michonne de los cómics, lo que sin duda satisfará a los fans más exigentes.
The Walking Dead: Michonne narra los hechos vividos por el personaje durante el periodo de tiempo que se aleja de Rick Grimes y su grupo. La superviviente se arriesga en solitario en busca de respuestas personales, alejada de su popular katana, en lo que parece un último intento por lidiar con los fantasmas de su pasado. Telltale Games, como de costumbre, basa toda la experiencia de juego en la narración y el guión, que se siente menos profundo que en otras ocasiones, además de más lineal y previsible. Como es habitual, en LaPS4 intentamos evitar los destripes argumentales a toda costa, aunque puede que a lo largo del texto encontréis ligeros spoilers sobre el título, por lo que conviene avisar de ello antes de que sigáis leyendo.
El estudio californiano intenta explorar los traumas personales de Michonne a través de la figura de sus hijas desaparecidas mediante una serie de flashbacks y apariciones fantasmales que buscan explicar su drama personal, aunque Telltale no termina de encontrar el punto exacto dentro del contexto general del juego y el recurso narrativo se antoja insuficiente para intentar profundizar en la mente de Michonne. Por suerte, el personaje es tan poderoso que su simple presencia basta para mantener nuestra atención en todo momento, por lo que los tres capítulos se suceden con rapidez y las 4 ó 5 horas de la propuesta, en su conjunto, terminan por resultar notables.
Michonne se ha convertido en todo un referente para los aficionados de los cómics y de la serie de televisión y Telltale Games aprovecha esa popularidad para basar su spin-off en un personaje que, más allá de su sexo o de su raza, es puro carisma. Lamentablemente, el grupo de secundarios que acompañan a Michonne durante la trama es bastante plano y, quizás con la excepción de Sam, su destino nos importa un bledo. Uno de los aspectos fundamentales de las dos temporadas previas de The Walking Dead reside en los inciertos finales de Lee y Clementine, mientras que en esta miniserie sabemos desde el primer momento que Michonne saldrá con vida de cualquier situación.
Telltale Games no arriesga y mantiene intactos todos los elementos narrativos y jugables que han presidido sus juegos episódicos, con el gran atractivo de tener a Michonne como protagonista.
Telltale ya bordeó el desinterés de la trama en la segunda temporada de The Walking Dead, por lo que esta miniserie de Michonne se antoja como una oportunidad casi perdida por explorar nuevas situaciones. Al final tenemos lo de siempre: un grupo de villanos muy malos y sanguinarios enfrentados a un grupo de buenos con terribles traumas. A pesar de todo, las secuencias de acción están resueltas de manera notable y descubrimos algún punto álgido en la propuesta, como muertes inesperadas y unos desenlaces que dejan en alto la trama hasta el siguiente capítulo.
Como es habitual en los juegos del estudio norteamericano, las consecuencias de nuestros actos están relacionadas directamente con las decisiones que tomamos a lo largo de la trama, aunque parece que la conclusión a todo el entuerto en el que se ve inmersa Michonne resulta inevitable. Al final, desde un punto de vista puramente narrativo y argumental, este spin-off de The Walking Dead se queda a medio gas, sin llegar a explorar lo suficiente la personalidad de Michonne y sin ofrecer una respuesta final a su trauma personal, en lo que parece una losa demasiado pesada para Telltale, que debería apostar por un mayor riesgo en sus tramas y por ofrecer algo diferente.
Y es que el planteamiento jugable del título es el mismo que el estudio lleva ofreciendo desde hace varios años. The Walking Dead: Michonne nos lleva a elegir una serie de opciones durante los diálogos y a explorar muy brevemente algunos entornos en busca de objetos que necesitamos para poder solucionar algún entuerto. Más allá de esta interacción, la obra se basa en una sucesión de escenas que gustarán a los aficionados del estudio, pero que sus detractores encontrarán insuficientes a todas luces. La marca Telltale es ya reconocible en todos sus aspectos, por lo que conviene tener claro el tipo de juego al que nos enfrentamos como jugadores.
En lo sonoro, The Walking Dead: Michonne demuestra una vez más que Telltale Games tiene un gusto excelente a la hora de elegir a sus equipos de doblaje. La actriz Samira Wiley, conocida gracias a series como Orange is the New Black, es la encargada de prestar su voz a Michonne, labor que realice con una naturalidad de lo más convincente. El resto de intérpretes también destacan por su buen hacer, con unos correctos subtítulos en español que el estudio parece haber decidido asentar en sus juegos tras varios años ignorándolos en su lanzamiento. Desde el estreno del primer episodio de Minecraft: Story Mode ha cambiado esta dinámica y esperamos que la compañía decida mantenerla en todos sus próximos proyectos.
Junto con un doblaje sobresaliente destaca un apartado gráfico movido a través del habitual Telltale Tool, por lo que se mantiene la estética de cómic de todos los juegos recientes de la compañía. Las pantallas de carga, tan pesadas en ocasiones previas, parecen mejor medidas en esta ocasión y, por suerte, los clásicos tirones y ralentizaciones derivados de las mismas quedan en un segundo y anecdótico plano, lo que sin duda ayuda a la hora de hacer más fluida la experiencia de juego. The Walking Dead: Michonne no pretende ser ningún despliegue técnico, por lo que cumple su labor en este sentido, destacando el buen trabajo realizado en los rostros y expresiones emocionales de los personajes.
Sea como fuere, Telltale Games debe apostar por innovar en sus próximas series. Nadie espera que las cosas cambien de la noche a la mañana, pero ya son muchos juegos con el mismo planteamiento y el mismo motor gráfico, por lo que su versión de Batman tiene la obligación de suponer un paso adelante para el estudio. The Walking Dead: Michonne no tenía ninguna obligación de ofrecer algo novedoso, aunque esperábamos algo más de un spin-off protagonizado por uno de los personajes más populares e interesantes de la saga. Como suele suceder en estos casos, los fans disfrutarán el título de una manera especial, mientras que el resto de jugadores pueden quedar algo decepcionados. Algunas secuencias intensas y la resolución de los cliffhangers que presiden el final de los episodios animan a llegar hasta el final, pero uno siempre espera algo más de Telltale en términos narrativos.