Análisis The Walking Dead: A New Frontier

Antonio López · 29 diciembre, 2018
La tercera temporada de la serie se cierra de forma notable, aunque con menos carisma

Aunque The Walking Dead: A New Frontier se estrenó hace ya varios meses en PSN, fue hace unos días cuando la tercera temporada de esta serie de Telltale Games llegó a su fin con el estreno de su quinto capítulo. En LaPS4, fieles como somos a nuestras costumbres y tradiciones jugonas, analizamos el título ahora que está completo, tirando de season pass. Y no creáis que me ha resultado fácil esperar hasta ahora para saber más sobre la historia de Clementine, personaje que me tiene atrapado desde que lo descubrí en 2012, cuando se estrenó la primera temporada de esta aventura interactiva basada en la serie de cómics homónimos de Robert Kirkman.

Para esta tercera tanda de capítulos, Telltale Games apuesta por presentar a nuevos personajes y relegar a Clem a un papel secundario, aunque muy presente durante toda la aventura. Los de San Rafael se mantienen fieles a su estilo y crean una historia en la que se tratan temas de lo más variados, sin olvidarse del apocalipsis zombi que ha hecho de The Walking Dead todo un fenómeno popular. Aunque A New Frontier no arriesga en su planteamiento, ofrece una historia que atrapa, bien escrita y con momentos realmente impactantes, en los que no falta la sorpresa o la violencia más descarnada. Telltale Games en estado puro, con todo lo positivo y todo lo negativo que eso conlleva.

La jugabilidad de siempre para un nuevo comienzo

The Walking Dead: A New Frontier sirve como puerta de entrada para que los no habituales de la serie se metan de lleno en la propuesta. Para ello presenta a Javier García, el verdadero protagonista de la función, un joven latino que tras una noche terrorífica sobrevive como puede en un mundo plagado de muertos vivientes acompañado por Kate, Gabe y Mariana; la mujer e hijos de su desaparecido hermano. Y hasta aquí puedo leer, puesto que lo más importante de esta tercera temporada es su argumento y no quiero ser yo el que os evite descubrir cada giro de guión y cada momento impactante que Telltale Games ha preparado para la ocasión.

Claro está, The Walking Dead: A New Frontier también nos permite saber qué pasó con Clementine tras los acontecimientos de las dos temporadas previas, convirtiendo al personaje en una secundaria de lujo, más experimentada y preparada para la supervivencia que los propios protagonistas del título. Telltale Games dibuja así un nuevo plantel de personajes en el que no faltan referencias a los títulos previos, pero que permite a los no iniciados descubrir la serie. No obstante, aquellos que lleven viviendo esta historia desde su primera temporada pueden responder a un sencillo cuestionario al comenzar la trama que reconstruye los acontecimientos más importantes de los episodios previos a esta Nueva Frontera que ahora descubrimos.

Dicho todo esto, puede que los nuevos personajes pequen de ser poco carismáticos si los comparamos con los de temporadas previas, como esos Lee, Kenny o Christa que nos tuvieron siempre con el corazón en un puño. Aunque en esta nueva tanda de episodios hay personajes interesantes, no todos están igual de bien planteados y el dibujo de sus diferentes personalidades termina por ser algo incompleto. Aunque el propio Javi se antoja un buen actor principal, lo cierto es que no tiene el alma de Lee o el gran carisma de Clem. Con todo, los amantes de The Walking Dead de Telltale van a disfrutar de una historia bien escrita, con momentos álgidos al final de cada capítulo y una serie de elecciones que sí parecen tener consecuencias reales en el desenlace.

Y es que no son pocos los jugadores y jugadoras que han criticado que las decisiones que tomamos en los juegos de Telltale no llegan a tener consecuencias reales y parece que en esta ocasión se ha conseguido cambiar esa dinámica. Todo lo que hacemos y decimos a lo largo de los capítulos iniciales de la temporada termina en una serie de posibles desenlaces que se sienten realistas, en los que todo o casi todo parece influir para que sucedan unas cosas u otras. Por lo demás, en materia jugable, The Walking Dead: A New Frontier sigue al pie de la letra el esquema de las producciones previas del estudio, con una sucesión de secuencias en las que hacemos poco más allá de pulsar un botón concreto para seleccionar una línea de diálogo. O explorar un área de pequeñas dimensiones. O completar un quick time event para que el protagonista siga con vida. Todo tal y como Telltale Games suele hacer.

Familia, lealtad, liderazgo, amor, pérdida… son muchos los temas que tratan los cinco capítulos que forman The Walking Dead: A New Frontier, que se puede completar en unas seis o siete horas. Como digo, la escasa interacción con el entorno o la inexistente dificultad del título lo convierten en carne de cañón para los que detestan el trabajo de Telltale, por lo que todos aquellos que no estén familiarizados con los juegos del estudio norteamericano deben saber muy bien a qué se enfrentan antes de quedar decepcionados. Títulos como Life is Strange han demostrado que, al menos en lo jugable, se puede ir un paso más allá y sentir que estamos ante algo más que una experiencia narrativa, pero de momento parece que Telltale no quiere evolucionar su fórmula.

En lo técnico, a The Walking Dead le sienta de maravilla la renovada herramienta gráfica del estudio. A New Frontier hace gala de un apartado artístico muy cuidado, con buenos diseños de personajes y entornos muy detallados. Es cierto que no hay un sistema de físicas espectacular o que la iluminación del título es algo irregular, pero todo se siente más fluido que en títulos anteriores de la compañía y el estilo a medio camino entre cartoon y cómic estilizado es muy resultón. Por desgracia, no puedo dejar de mencionar dos problemas muy llamativos que experimenté durante mi sesión de juego. El primero hizo que las texturas de la camiseta de Javi se volvieran locas y saltarán de su pecho, mientras que el segundo puso a un personaje muerto hacía poco unos segundos en la pantalla. Todo muy desconcertante.

Tampoco faltan a la cita los problemas de localización. Y es que aunque The Walking Dead: A New Frontier se juega con subtítulos en español, la cantidad de fallos de traducción, concordancia de género y otros asuntos es muy llamativa. Tanto como esa línea de diálogo en alemán que también se me coló en la partida. Fallos menores todos ellos, sí, pero que siempre aparecen de una u otra forma en los juegos de Telltale y que parecen no solucionarse nunca, con la consiguiente molestia. Con todo, el doblaje en inglés es sobresaliente, con Melissa Hutchison repitiendo y pasando al resto de nuevo en su papel de Clementine. También repite Jared Emerson-Johnson en la composición de una banda sonora que recuperar temas habituales de la serie y presenta algunos inéditos a tener en cuenta.

The Walking Dead: A New Frontier, en resumidas cuentas, se disfruta como una buena tercera temporada, aunque varios de los personajes que aparecen por primera vez en la serie no gozan del mismo carisma que algunos viejos conocidos. Saber qué fue de Clementine y en qué anda metida varios años después del fin del mundo es muy interesante, al igual que las decisiones que tomamos durante los cinco capítulos tienen una mayor repercusión en los posibles desenlaces que en ocasiones anteriores. Telltale ofrece un guión bien construido, aunque el título sigue presentando algunos fallos que le restan puntos en su nota final, como la localización o los bugs inexplicables en un título que lleva varios meses disponible. Los fans de Telltale lo disfrutarán, mientras que el resto puede que no termine de verle la gracia a un juego que casi no presenta opciones jugables.

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