Hace un año el grupo CroTeam (conocidos por su alocada serie Serious Sam) sorprendió al mundo con una rompedora propuesta de presupuesto y riesgo indies pero que se atrevía a mirar al pasado clásico junto al futuro más robótico, al mismo tiempo que conjugaba los puzles rompecabezas tradicionales con una jugabilidad desde vista en primera persona muy exigente y desafiante. The Talos Principle recordaba a videojuegos de lógica de muchísimo renombre y trascendencia como Portal, Quantum Conundrum o Tetris, e incluso mejoraba o actualizaba ambos en determinados puntos. Ahora ha llegado el momento de disfrutar de su propuesta en PlayStation 4 y con mando. Y, lo cierto, es que se juega de maravilla.
Bienvenido a la Era Clásica, ciberpensador
Ha tardado más de la cuenta, pero ya está en PS4 el impresionante despliegue de columnas jónicas, templos egipcios, anfiteatros y acueductos romanos, castillos medievales y majestuosos cánticos corales para visitar desde los ojos de un androide cibernético. Ésa es la ambientación y gran gancho de The Talos Principle, y sobrecoge como cabe pedirle, con un manto ruinoso que abraza todo el conjunto arquitectónico aunque sin dejar demasiado deteriorados los monumentos. Hablamos de un juego laberíntico y donde hay incluso bastante exploración libre por las diferentes islas o áreas de diversas civilizaciones antiguas que se superponen cargadas de puertas numeradas hasta el sorprendente acto final. Y todo mientras se nos bombardea de pistas y mensajes reflexivos que recuerdan a la filosofía de Sócrates, Platón y Aristóteles, al mismo tiempo que se introduce -con muy buen gusto y atino, la verdad- la epopeya de Talos y su conocida pugna divina, cuento con moraleja como no podía ser de otra forma viniendo de la mitología helena.
Nada es lo que parece y todo tiene alguna solución que no estamos sabiendo ver. Con este par de ideas y lecciones se genera una vasta torre de niveles que van aumentando muy paulatinamente y con acierto las exigencias de cada desafío tras cada puerta violeta, en busca de esas piezas de Tetris aquí llamadas «Sigilos» que nos abran el camino a seguir. No hay tiempos de carga entre estancias, no hay cinemáticas, no hay limitaciones a la hora de volver atrás. El juego, una vez que arranca, no impone descanso. Y muy espabilado y hábil al mando tiene que ser el jugador de turno para acabarlo en menos de 12 o 15 horas. Otras tantas si se quiere completar al 100% y sacarle el laborioso Platino. Bastante extenso, aunque la segunda vuelta solo es para los coleccionistas.
Las indicaciones de la voz en off de ese Dios –Elohim– que parece tener todas las respuestas y que hace de guía para semejante mundo extraño donde conviven en armonía ruinas milenarias y sofisticados aparatos electrónicos son de forma perfecta la invitación a seguir y descubrir en qué acaba todo esto, que empieza pareciendo un experimento de laboratorio como lo fue Portal pero que esconde en sus circuitos un mensaje muchísimo más profundo y trascendental. The Talos Principle es un videojuego que hace pensar, mucho, y no solo para encontrar la salida a las cientos de estancias hasta arriba de trampas e interruptores y barreras… Compuertas eléctricas, explosivos móviles, torretas de protección zonal, palancas, impulsores, terminales, espejos, plataformas…
Las cosas se complican a medida que pasamos horas con este legendario juego, llegando al final a ser un reto considerable para cualquier intelecto, lo que hace muy satisfactorio el hecho de ir resolviendo cada nueva prueba y bastante divertida la ejecución o puesta en práctica de las ideas que tengamos para probar suerte. Con DualShock 4 es totalmente satisfactorio, no hay reto que se perciba «mejor con teclado y ratón» y toda la odisea de trampas y niveles se agarra bien a unos controles bien adaptados a mando y sin titubeos en respuesta.
Una de las carencias u oportunidades perdidas del original y que, lógicamente, aquí también está es esa desconexión total entre los puzles meramente jugables y el diálogo filosófico que mantiene el juego con el espectador. Podremos estar reflexionando sobre el mundo terrenal y el mundo de las ideas platónico mientras intentamos mover una mina de sitio para que se abra un portal que deja pasar un rayo láser. Un despliegue estético como éste, con música que pone la piel de gallina, vozarrón para Elohim sonando desde la eternidad, y escenarios a cada cual más precioso y sugerente, acaba centrando su gameplay en una especie de Portal avanzado donde las físicas, la IA y otros patrones construyen las mecánicas y soluciones ya que funcionan a la perfección, eso sí.
Manejo sencillo: salto, carrera e interacción. Tres botones más los sticks para desplazamiento y cámara y tenemos todo el juego planteado. Su diseño de rompecabezas es tan brillante que hace el resto de la magia y es una constante invitación al avance pese a los atascos, que a buen seguro se producirán. Y para quien quiera todavía más reto, esta edición de PS4 contiene también la expansión Road to Gehena, accesible desde el menú principal y que podemos probar simultáneamente, o una vez terminada la historia central. Sube dificultad, extiende los desafíos con nuevos retos y coleccionables pero no añade elementos memorables como los que sí consigue el viaje principal, la verdad.
Mismo mito en PS4, aunque menos espectacular
Vamos con lo audiovisual, algo a tener muy en cuenta tras casi un año de trabajo en este port. The Talos Principle basa uno de sus atractivos fundamentales en su apariencia estética, en cómo se gestiona la luz en entornos muy bien recreados y que juegan con las formas para conseguir una ambientación onírica y ancestral fantástica. Que parpadeen las texturas y las sombras como ocurre en la versión PS4 o incluso que encontremos algunas caídas graves de framerate en los momentos de máxima carga poligonal no le sienta demasiado bien a la fórmula, aunque tampoco es que haga desastroso el port, ni mucho menos. En la consola de Sony todo se mueve, por lo general, de forma sólida y consiguiendo las mismas sensaciones que podria conseguir un ordenador de gama media con el título original, ya exigente en requisitos en su momento para lo que es.
CroTeam ha hecho un buen trabajo, pero podrían haber buscado una optimización un poco más elevada para conseguir moverlo algo mejor en PS4. El audio, que era uno de los temores en su versión de consola por si sufría recortes o sacrificaba idiomas, etc., se mantiene intacto, con doblaje al castellano para las voces y traducción en absolutamente todos los textos. Este videojuego es especialmente intachable en músicas y efectos, como hemos dicho, que nos harán viajar por los principios de la Historia de la Humanidad y cada una de las civilizaciones y sus desafíos al intelecto. Mágico.