Unas pocas notas bien seleccionadas de la banda sonora de John Williams, un paisaje nevado de fondo y un logotipo inconfundible fue suficiente para que el éxtasis se propagara en el anuncio de Star Wars Battlefront allá por el 2013, justo antes del E3 de ese año. Entre ellos me encontraba yo, claro, levantándome de la silla como solo un fan de la saga concebida por George Lucas puede hacer. Olvidando por un leve instante mi papel como prensa para sentir, en lo más hondo, la emoción que todo aficionado a la franquicia y a los videojuegos podría experimentar.
Y eso es buena señal siempre. Entre tanto ajetreo y una retahíla constante de juegos que analizar, que la pasión se apodere de uno es algo que celebrar; aunque luego la frialdad y la visión crítica vuelva a su sitio. En esas condiciones recibí Star Wars Battlefront, tomando la decisión además de realizar el análisis única y exclusivamente en base a la experiencia en PlayStation 4, siendo así éste, seguramente, de los pocos textos ahora mismo publicados que detallen la experiencia en la consola de Sony y no en base al juego completo (o al EA Access) en Xbox One.
Pero no voy a andarme por las ramas para concluir ya mismo algo que Electronic Arts ya ha conseguido. Star Wars Battlefront es uno de los mejores juegos que se hayan hecho nunca para esta saga de películas de ciencia ficción. Así, sin más. Dejando de lado aspectos interactivos, DICE le hace un auténtico homenaje a la ahora franquicia de Disney. La pasión por el detalle es tal, la obsesión por hacer sentir al fan de Star Wars como en casa es tan elevada, que desde el primer momento el fan de toda la vida notará que está entrando en terreno conocido, en un lugar en el que quiere permanecer durante muchas horas de juego.
Está claro que la banda sonora a la que al principio del texto aludía tiene un papel fundamental en todo eso. ¿A quién no se le erizan los pelos de todo su cuerpo al escuchar la Marcha Imperial? Star Wars Battlefront está repleto de esos pequeños momentos que se transforman en sensaciones satisfactorias que incluso palían de alguna manera carencias y defectos que el juego pueda plantear a nivel jugable. Tal vez, lo primero que se deba hacer a la hora de desarrollar un juego de estas características es justo lo que el estudio sueco ha hecho, y no es otra cosa que crear la mejor ambientación posible a todos los niveles.
Y con eso en el horizonte, también se concluye que Star Wars Battlefront es el shooter multijugador con el mejor apartado gráfico que hay ahora mismo en la actual generación de consolas, siendo además la versión de PS4 bastante superior a la de Xbox One. Aquí no solo hablo de detalles artísticos heredados de todo el folclore de la saga, sino de texturas, de iluminación y de fluidez; de músculo al fin y al cabo. Localizaciones tan emblemáticas como Endor y sus entrañables Ewoks tirando piedras a los soldados imperiales; Hooth, con sus cuevas propiedad de terribles monstruos de la nieve, o Tatooine, con su árida tierra y característica fauna generan, entre todos, esa poderosa y enaltecedora emoción basada en la nostalgia gracias al tremendo esfuerzo técnico. Incluso Sullust, que cierra el compendio de lugares donde combatir, derrocha carisma en cada río de lava que llena sus arterias; a pesar de no haber sido visto nunca en ninguna de las seis películas que, de momento, comprenden la franquicia.
Es raro comenzar un análisis por estas cuestiones es cierto. Pero, ¿qué es cada juego de Star Wars sino la intención de crear el mejor producto fanservice que exista? Nadie que entre en Star Wars Battlefront debería hacerlo por su potencial como shooter, sino principalmente por su valor como videojuego dentro de la poderosa saga creada por George Lucas. Una afirmación ésta la que os hago que, sin embargo, no debe servir para ocultar la pobreza de contenido que el juego evidencia al compararlo con cualquier otro título de disparos del mercado.
La primera carencia de todas es obvia: la campaña. Como usuario habitual de todo lo que DICE cocina desde sus heladas tierras escandinavas, llevo reclamando desde hace años que Battlefield debería desistir de una vez por todas de su modo historia y centrarse únicamente en el apartado online. Lamentablemente, esto ha llegado justo con el único título en el que una campaña era prácticamente indispensable. Sí, todos conocemos la historia de que Visceral Games se está encargando de eso en estos momentos, que traman un Star Wars muy al estilo Uncharted. Pero yo quería esa campaña ahora, en el reinicio de Battlefront, con todo ese contexto de auténtico lujo que relataba unas pocas líneas más arriba.
Para compensar esta situación, DICE acierta algo en ofrecer esos Entrenamientos tan ansiadamente esperados para la saga Battlefield con los que familiarizar al jugador con todos los aspectos generales del juego, y evitar así el exceso de pollos sin cabeza por cada mapa; pero también con una opción en solitario y cooperativo (online y a pantalla partida) que satisface necesidades cuando el clamor de batallas multitudinarias no nos llame tanto la intención. Aspectos anecdóticos que no sirven ni como parche a la demanda de la campaña, pero que desde luego tampoco restan a la experiencia final.
Pero la segunda y más importante carencia que voy a señalar viene de la mano del contenido. Han corrido ríos de tinta digitales durante varias semanas acerca del pase de temporada de Star Wars Battlefront, de que supone en total 133% más contenido que el que viene de forma inicial en el juego base. Y desde luego, las críticas y las voces en contra de este hecho han sido acertadas. DICE y Electronic Arts podrían haber gestionado este asunto de otra manera. No considero de recibo que dos modos de juego tan espectaculares y que tantas emociones despertarán como Supremacía y, sobre todo, Asalto AT-AT (fantásticas opciones junto a la lucha entre naves que ofrece Escuadrón De cazas), con sus 40 jugadores disparándose rayos láser como si no hubiera un mañana, solo se puedan jugar en cuatro escenarios; por muy brillantemente diseñados que éstos estén. Luego, en los modos más ordinarios como Estallido, Zona de Impacto, Captura de Droides y Cargamento (todos entretenidos, sí, pero sucedáneos de otros modos vistos en, por ejemplo, Call of Duty) o los curiosos Caza al Héroe y Héroes y Villanos (con Luke, Han Solo, Leia, Darth Vader, Boba Fett y Darth Sidious al frente) se amplía esta rotación a nueve como máximo; pero es que justo aquí no está el reclamo principal que cualquier jugador podrá hacer en cuanto a cantidad de contenido.
Y hasta aquí la crítica principal a Battlefront como juego de disparos en primera persona, porque es que además, al igual que me ha pasado a mí, todo usuario y usuaria va a querer más porque se lo va a pasar en grande con esta entrega. En el resto de aspectos el juego logra hacerse un hueco entre una competencia extremadamente saturada de propuestas muy parecidas entre sí. DICE acierta en haber visto la ventaja que tiene un shooter sobre Star Wars frente a otros juegos similares, y no es otra que la mano tendida que la franquicia simplemente per se ofrece a la inmensa mayoría de usuarios. Star War Battlefront es sencillo, accesible y divertido a más no poder. Cualquier jugador o jugadora, por muy poco experimentado que sea en este género, lo gozará sí o sí. No existe una progresión complicada, la personalización de equipo con las cartas estelares es intuitiva y fácil de llevar a cabo, la configuración de armas láser es básica por su carencia de modificación (¿cuándo se ha visto un arma láser en Star Wars con lanzagranadas acoplado, por ejemplo?), al igual que su cantidad (atípicamente escasa), y los vehículos, héroes y demás ventajas se consiguen de forma aleatoria sobre el escenario.
Punto por punto estas características son cuestionables desde una perspectiva first person shooter, claro. En concreto y en mi caso, prefiero, por ejemplo, poder elegir los AT-AT, AT-ST, TIE FIGHTER o Y-WING, por ejemplo, en la base como con Battlefield y no por insignias dispersas en el mapa; pero toda esta serie de opciones responden al objetivo de hacer el juego apto para todo tipo de público, de acabar con frustraciones habituales que se producen en títulos como Call of Duty. Star Wars Battlefront tal vez tampoco sea el juego de estrategia al que nos tiene acostumbrados DICE pero, pese a todo, se consigue hacer hueco en un género sobresaturado y extremadamente competitivo como el que estamos hablando. Y esa es, sin duda, su mayor virtud en el plano interactivo.
De hecho, mientras juegos como Destiny, Call of Duty o Titanfall apuestan por la verticalidad, Star Wars: Battlefront va contracorriente y se vuelve clásico al optar por un desarrollo horizontal. Es cierto que tenemos una habilidad que permite usar el jetpack, pero para nada al mismo nivel ni frecuencia de los juegos mentados. En contraposición, el gunplay, la forma de disparar, es atípica a más no poder dada la carencia de retroceso (a excepción de algunas armas); al igual que la perspectiva, con posibilidad de jugar en primera o en tercera persona. Battlefront se siente así diferente, cambiando la forma de jugar en ciertos aspectos, pero negándose a una evolución que ya impera en la industria actual.
Podríamos decir que Star Wars Battlefront es como una Wii U. Al igual que la consola funciona mejor como complemento, y es que es insuficiente como para llenar las ansiedad por los juegos disparos en primera persona durante todo un año entero por su contenido limitado; pero tiene un encanto especial, único, y principalmente todo lo necesario para ser el compañero ideal de cualquier otro título que sí posea esa virtud.
Y lo más importante de todo: es divertido, extremadamente divertido. Si te gusta Star Wars, lo vas a querer; y si te gusta Star Wars y, además, los juegos de disparos, lo vas a amar. No se me ocurre forma mejor que esperar Star Wars VII: El Despertar de la Fuerza que pasando un rato cada día jugando al Battlefront de DICE. El juego da lo que promete, lo que se espera de él como producto fanservice, y eso es una excelente noticia.