El género del JRPG es algo tremendamente prolífico. Los hay de todo tipo, aunque por suerte o por desgracia una amplia mayoría no sale de las tierras niponas. Una saga que cuenta con cierta, aunque no demasiada, presencia en occidente es Star Ocean, que ya nos ha traído cuatro entregas de mayor o menor éxito. Tri-Ace nos trae su nuevo intento de sorprendernos, Star Ocean 5: Integrity and Faithlessness, un título rimbombante que no consigue ocultar bastantes problemas.
Cronológicamente hablando, el juego se sitúa antes de Till the end of time (que también vemos como un error, ya que hace que los que terminaran aquel sin duda pasen mucho tiempo pensando en lo raro que es saber que todo lo que ves no es real) y nos presenta a Fidel, un joven espadachín cuya primera misión es buscar ayuda para defender su pueblo.
Realmente nos gustaría poder hablar más sobre el argumento del juego como siempre hacemos, pero vamos a ser sinceros: nuestro interés en el mismo ha sido total y absolutamente inexistente. Resulta todo tan estereotípico, monótono y aburrido que más de una vez os sorprenderéis pensando «¿qué acaba de pasar?». Para colmo de males, el hecho de que en bastantes ocasiones no tengamos las habituales secuencias, sino que simplemente los personajes que nos rodean hablan sin más, no ayuda a dar algo de dinamismo a una historia que pocos recordarán.
A nivel visual el juego simplemente cumple. Los personajes principales están bastante bien diseñados, lógicamente con una marcada estética anime, pero todo lo que los rodea es bastante genérico, por no decir directamente mediocre. Los escenarios son sosos, aburridos, en muchos casos excesivamente grandes para la poca fauna que los habita y es imposible no ver esos acabados poligonales en las formaciones rocosas. Tampoco resulta satisfactorio ver cómo la distancia de dibujado es bastante corta: vemos todo el entorno básico, pero por ejemplo, la hierba sólo la vemos hasta una pequeña distancia y vemos cómo va «creciendo» a medida que nos acercamos mientras que la que quede más lejos a nuestra espalda desaparece.
Finalmente, y quizás sea una simple casualidad, pero no podemos dejar pasar este hecho, el juego se congela con demasiada frecuencia. En las aproximadamente veinte horas que hemos dedicado al título, nos hemos encontrado con el problema unas tres o cuatro veces. Ya sabemos que el infame CE-34878-0 es impredecible, pero si juntáis eso con que el juego es de los que no cuenta con guardado automático, sino que se debe hacer de forma manual y los puntos de guardado no son muy abundantes, vuestra experiencia de juego puede ser bastante frustrante al tener que repetir alguna zona especialmente larga.
Tenemos bastantes personajes a manejar a la vez en los combates y podemos escoger tanto por manejar a cada uno de forma manual (nada recomendable) o dejarlos hacer en modo automático. Su comportamiento general estará regido por los roles. Cada personaje cuenta con un rol inicial, aunque podemos «adquirir» más usando puntos de habilidad y mejorar los que ya tengamos. Esto daría cierta ventaja si realmente aportase un componente táctico esencial, aunque en realidad está claro que hay determinados roles hechos para determinados personajes (el típico healer, el buffer, etc) y en los momentos críticos la IA no hace lo que debería, sino que más bien va a su aire y nos hemos encontrado más de una vez al personaje asignado a atacar alejándose del enemigo y al sanador luchando cuerpo a cuerpo.
En general son combates vistosos, si bien al principio, debido a las escasas habilidades que tenemos, parecerá muy pobre. A más personajes, más ataques en pantalla, dando lugar a algún que otro momento que parece un espectáculo de fuegos artificales. Pero realmente no pasa de vistoso y como decimos, rápidamente se vuelve monótono.
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Teniendo en cuenta los tiempos que corren, lanzar al mercado un juego tan cerrado y poco llamativo para ampliar el mercado nos da pocas expectativas de que las futuras entregas vayan a llegar traducidas o incluso en formato físico, ya que no le auguramos mucho éxito fuera del mercado asiático. Sinceramente, esperábamos mucho más de los creadores de Resonance of Fate.