Tras unas cuantas entregas que (aunque aceptables en sí) no han dado la talla de lo que se esperaba de una saga tan querida por la comunidad como la de Spyro, por distintas plataformas, Toys For Bob se ha lanzado a la piscina de la mano de Activision para tratar de ayudar a este dragón a remontar el vuelo, recuperando a la trilogía que le lanzó al estrellato y remasterizándola para que tanto los viejos fans como los que están por llegar vuelvan a recordar por qué el nombre de Spyro despierta tantos sentimientos cuando es nombrado. La pregunta es:¿Han conseguido su objetivo? Os lo contamos en nuestro análisis.
Rememorando el pasado
La valoración general está dirigida a la trilogía en sí, pero cabe destacar las virtudes de cada uno de los títulos que la conforman para recordar el trayecto que ha seguido el dragón morado más querido del mundo en su paso por la PlayStation que lo comenzó todo.
Spyro The Dragon fue el culpable de que Spyro se volviese uno de los personajes más icónicos de la consola nipona, ya que fue el primer título del mismo. En él, Gnasty Gnorc ha cristalizado al resto de los dragones y Spyro debe rescatarlos a todos a lo largo de las seis Tierras Hogar de la Tierra de los Dragones.
Este título es el más “simple” de toda la trilogía, como suele ocurrir con los primeros títulos de una saga. Por ello, nuestro objetivo es ir rescatando dragones a base de recorrer los distintos niveles embistiendo y quemando a nuestros enemigos, mientras que tenemos el objetivo secundario de completar los niveles al 100% recogiendo todas las gemas dispersas por los mundos.
Es por esto que es el título más corto de todos y el que menos alicientes tiene para ser rejugado, y como el trabajo realizado en él ha sido meramente gráfico, este apartado no ha cambiado en absoluto.
Pero precisamente este cambio gráfico es el que ha logrado que merezca la pena volver a jugarlo, ya que el mimo y el cuidado con el que se ha remasterizado la Tierra de los Dragones y el carisma y la personalidad que se les ha otorgado al resto de los dragones que liberamos durante nuestra aventura es una auténtica maravilla.
Tras esta primera toma de contacto llegó Spyro 2: En busca de los Talismanes, ofreciéndonos el regreso de Spyro, pero esta vez en las tierras de Avalar, en las que Ripto, un dinosaurio hechizero, está causando un auténtico destrozo, y es nuestro deber remediarlo.
En este título se nota el progreso que se ha realizado respecto a la primera entrega, ya que Spyro es capaz de adquirir nuevas habilidades con las que superar distintos obstáculos si nos esforzamos por cumplir objetivos secundarios dentro de cada mundo (por lo que ya no son un mero coleccionable), y se presentan personajes entrañables de la saga, tales como Cazador o el codicioso Ricachón.
El apartado visual es idéntico a Spyro The Dragon, y la reimaginación de personajes resulta espectacular, ya que la nueva paleta de colores y el cambio gráfico a la actual generación ha permitido a Toys For Bob recrear al resto de protagonistas de una manera ligeramente distinta al título original.
Por último, Spyro: El Año del Dragón recoge todo lo que ha aprendido con las dos entregas anteriores y lo mejora, de manera que la saga alcanza un nuevo exponente en cuanto a calidad se refiere.
La malvada Hechicera ha robado todos los huevos de dragón, de manera que Spyro tendrá que viajar a distintos reinos que en su día habitaron los dragones para acabar con todos los Rynhocs y recuperar a las crías de dragón que han sido repartidas por los distintos niveles.
Más personajes, más niveles, más habilidades y más variedad en un título que, si bien sigue la estela de los otros dos, intenta perfeccionar a la vez que amplia horizontes, como por ejemplo dejándonos manejar a otros personajes principales (quién no le tiene cariño al carismático Sargento Bird) u ofreciendo distintos minijuegos intercalados entre los mundos, como los niveles de vuelo o los objetivos secundarios como la exhibición de monopatín en Villa Soleada.
En los tres títulos tenemos fases “alternativas” en las que se nos permite volar tanto manejando a Spyro como a otros personajes para conseguir determinados objetivos mientras luchamos contra el reloj, tratando de batir nuestros propios records o retos cada vez más complicados.
Así pues, los tres títulos han sido remasterizados con cuidado y dedicación, incidiendo en el apartado gráfico mayormente para que Spyro pueda presumir de que, aunque hayan pasado muchos años desde que nació, sigue a la altura de muchas de las leyendas del mundo de los videojuegos.
Un clásico reimaginado
Este apartado es el pilar fundamental de esta nueva trilogía. La palabra “remasterización” le viene como anillo al dedo ya que lo que principalmente se ha realizado con estos tres títulos es un lavado de cara al completo para adaptarlos a las nuevas generaciones de consolas, pero siempre manteniendo tanto la jugabilidad como los niveles a una escala 1:1, es decir, tal y como los pudimos disfrutar en nuestra querida PlayStation original.
Y la verdad es que el trabajo realizado en este sentido no ha podido salir mejor. Toys For Bob ha conseguido traer de vuelta a Spyro de manera que gráficamente supera nuestras expectativas con creces. Tanto las texturas de los escenarios como las de los enemigos y personajes principales se han recreado de manera preciosa, con todo lujo de detalles y con una nueva paleta de colores que conforman entornos realmente bonitos, siendo una maravilla recorrerlos de nuevo en compañía de Sparx y compañía.
Algunos personajes han sido “reimaginados”, de manera que podemos notar ligeras diferencias a cómo quizás nuestra mente habría recreado a estas versiones remasterizadas partiendo de las formas poligonales que conocimos en los títulos originales. Un claro ejemplo es nuestro querido Cazador, quien me ha sorprendido gratamente con cómo ha sido modelado, con detalles visuales de los cuales no me di cuenta de que estaban en los títulos originales.
Lo mismo ocurre con los dragones rescatados e incluso con los enemigos, que aunque no nos valoren muy positivamente, todos ellos, tanto los más asustadizos como los bosses finales de cada región, tienen un carisma especial que les dan un toque especial que ataca directamente a nuestros sentimientos más nostálgicos.
Los efectos visuales también han sido realizados con mucho mimo, de manera que se mimeticen con el resto de elementos del apartado visual general. Así pues, las llamaradas de Spyro, los ataques mágicos de los enemigos, los destellos de los dragones al ser liberados o las animaciones de los pequeños dragones al nacer de sus huevos son algunos de los ejemplos que no hacen otra cosa que sumar a esta maravilla gráfica que es Spyro Reignited Trilogy.
Al haberse remasterizado los tres títulos a la vez no se notan diferencias gráficas entre ellos más allá de las meramente particulares de cada uno de ellos, de manera que no se nota la diferencia de años que les separa.
En cuanto a su apartado sonoro, las aventuras de Spyro siguen sonando con la misma epicidad con la que las recordamos, ya que la banda sonora sigue siendo la misma, realizada por Stewart Copeland y aunque los años han pasado, ésta no ha perdido ni un punto de calidad.
Las cosas buenas no cambian
Como ya hemos comentado, esta trilogía es una remasterización, lo que quiere decir que el título original no se ha alterado más allá del apartado gráfico, siendo en esencia cada título de este conjunto exactamente el mismo que disfrutamos en el pasado.
En resumen: Tanto su jugabilidad como sus niveles y dificultad siguen siendo las mismas que pudimos comprobar hace ya unos cuantos años.
Esto, por supuesto, tiene sus pros y sus contras. Para todos aquellos y aquellas que disfrutasen en su día de estos tres grandes títulos sin haberse matado la cabeza por su manejo o su jugabilidad, volverán a su infancia totalmente maravillados y sin notar ningún cambio en los recuerdos que tengan del pequeño Spyro, mientras que los que no quedasen satisfechos y esperaban una renovación de estos apartados, quizás se lleven una ligera decepción.
Sentimentalismos aparte, la fórmula que los títulos de Spyro propusieron en su día ha envejecido de manera sublime, siendo totalmente disfrutable para todos aquellos y aquellas que jamás hayan tenido uno de estos títulos entre las manos, de manera que no noten el lastre de la edad teniendo un título antiguo en comparación con los de esta generación, tal y como la remasterización de la trilogía de Crash Bandicoot también consiguió superar.
Así pues, los controles con los que manejamos al pequeño dragón morado no han cambiado en absoluto, y tanto el manejo de las embestidas a toda velocidad como los vuelos y planeos al límite o las habilidades que se fueron introduciendo a partir de la segunda entrega siguen siendo los mismos que antaño, y hay que decir que siguen funcionando de la misma manera.
Personalmente la trilogía original de Spyro es un conjunto de juegos que ya en la PlayStation original me pareció que se adaptaban muy bien al mando y no daban la sensación de “movimientos ortopédicos” o artificialidad que sí que daban algunos de los títulos lanzados para la misma plataforma, y precisamente por eso, su adaptación a los tiempos de PlayStation 4 ha sido muy natural, de manera que si estos títulos no los conociéramos de antes, no nos daría la sensación de que “algo raro pasa con estos controles” en cuanto a su manejo se refiere.
Por supuesto no todo son rosas y flores, y la cámara sigue haciendo muchos de los desvaríos que ya sufríamos en las entregas originales, sobre todo cuando Spyro avanza a toda velocidad buceando o embistiendo, ya que se centra automáticamente en lo que Spyro tiene justo enfrente y eso lleva a algunas situaciones un tanto desconcertantes.
En definitiva, Spyro se adelantó a su tiempo y a sus coetáneos y logró crear una trilogía que hoy en día con un cambio gráfico sigue siendo totalmente disfrutable, incluso para las nuevas generaciones de jugadores y jugadoras que estén acostumbradas a la tecnología actual. Los años han pasado pero Spyro no ha envejecido ni una pizca, y el trabajo que Toys for Bob ha realizado es impecable.