Análisis Project Cars

Antonio López · 29 diciembre, 2018
Velocidad y simulación se dan la mano en el esperado proyecto de Slightly Mad Studios

Parecía que el día no iba a llegar nunca, pero finalmente Project Cars está vivito y coleando. El proyecto de simulación y velocidad de Slightly Mad Studios llega a consolas y compatibles para demostrar que el género de la conducción cuenta con una importante base de seguidores especialmente interesados en las virtudes de la simulación jugable. Y nada mejor para contentarlos que tener en cuenta sus opiniones y sugerencias a la hora de desarrollar la propuesta.

En Project Cars se nota el amor por los coches, por la velocidad, por sus incondicionales y por los míticos parajes que acogen competiciones deportivas de motor de toda índole. Los numerosos retrasos que ha sufrido la producción han terminado por ser necesarios para que sus responsables puedan ofrecer un título que agradará, bastante, a los amantes del género. Antes de continuar debemos destacar que para realizar este análisis hemos utilizado uno de los volantes compatibles con PS4, el Thrustmaster T300RS (cedido por la propia compañía), por lo que todas las argumentaciones jugables sobre la propuesta se han basado en su uso.

Lo primero que llama poderosamente la atención de Project Cars es que todos sus contenidos están disponibles desde el principio, por lo que si lo deseamos podemos iniciarnos en el juego conduciendo el bólido más rápido del garaje o uno de los simpáticos karts también presentes en el juego. De esta manera, el título de Slightly Mad Studios presenta una sugerente selección de modos de juego, siendo el más destacado a primera vista su Historia. En esta modalidad elegiremos una de las muchas categorías disponibles (hasta ocho «niveles») para comenzar una carrera profesional en el mundo del motor que nos llevará hasta lo más alto si somos capaces de vencer a nuestros rivales y conseguir ganar el número suficiente de carreras. Antes de comenzar a jugar, dicho sea de paso, podremos elegir el nivel de dificultad de la propuesta, por lo que más nos conviene ser sinceros y elegir un nivel bajo si no tenemos mucho dominio del género.

Otras opciones van desde las prácticas libres, ideales para disfrutar del paisaje o ganar experiencia a los mandos del juego, hasta el fin de semana de carreras rápidas, modalidad en la que tendremos a nuestro alcance terminar los diferentes circuitos del juego a la mayor velocidad posible. También tenemos a nuestra disposición la opción contrarreloj y, como no podía ser de otra forma, las modalidades de juego en línea. En este aspecto, Project Cars apuesta por crear una comunidad donde se van a realizar eventos periódicos y en la que podremos descubrir de manera constante retos y desafíos que harán las delicias de los usuarios. Las partidas multijugador estándar soportan hasta 16 usuarios en pista, por lo que la diversión está garantizada. La vertiente online del título promete ser la que más horas de juego aporte a la propuesta a largo plazo, por lo que resultará de lo más interesante seguirle la pista durante los próximos meses y ver cómo responden los jugadores a la misma.

Como veis, Project Cars no anda manco en cuestión de modos de juego, asunto complementado con una interesante selección de vehículos. Aunque no estamos ante el título más completo en este sentido, si podemos descubrir algunos coches de renombre y la presencia de marcas tan destacadas como Ford, Renault o BMW hacen el resto. El garaje del juego, no obstante, se nos antoja algo corto, cuestión que irá solucionando Slightly Mad Studios añadiendo más vehículos a la colección, tanto de pago como gratuitos. La selección de coches puede parecer algo corta al principio si comparamos la propuesta con otras recientes del mismo género, pero lo cierto es que todos los vehículos están tan bien reflejados (podemos examinarlos a conciencia y realizar cambios en su aspecto, tanto exterior como interior) que resulta un verdadero placer pararse un instante a contemplar el trabajo de representación realizado por el estudio.

En lo que respecta al número de circuitos, Project Cars sorprende por su tremenda selección de escenarios, algunos tan míticos como el Autódromo de Dubái, Monza, Silverstone o Nürburgring. Resulta una verdadera delicia conducir por las autopistas de California o por la Costa Azul de Francia, siendo en ocasiones imposible despegar la vista del paisaje. El trabajo que realizado Slightly Mad Studios a la hora de representar estos entornos reales resulta encomiable, por lo que no podemos más que aplaudir la presencia de 30 localizaciones únicas que, gracias a sus variables, ofrecen 110 circuitos.

A nivel técnico, Project Cars presenta diferentes puntos a favor, aunque también algunos en contra. El título se muestra a una resolución de 1080p aunque en lo referente a los fotogramas por segundo descubrimos demasiado pronto que no siempre es estable a 60 FPS. En momentos determinados baja la tasa de refresco de imágenes, por lo que se pierde de algún modo el nivel de espectacularidad del conjunto. No obstante, podéis respirar tranquilos: durante nuestras sesiones de juego para completar este análisis no hemos tenido ningún problema que afectase realmente a la experiencia por esta cuestión. En lo positivo, Project Cars destaca a nivel visual por sus efectos climáticos, que funcionan en tiempo real y que influyen directamente en la jugabilidad.

Si comienza a llover de forma copiosa tendremos problemas con la dirección y si hay un banco de niebla sobre el circuito veremos poco más allá de lo que nos permitan nuestros faros. Mención especial en este sentido para las diferentes posiciones de cámara que ha habilitado Slightly Mad Studios, todas ellas efectivas, destacando la vista en primera persona o la exterior que nos permite tener una visión general del vehículo. Las colisiones e impactos también juegan un papel fundamental, tanto en lo estético como en lo jugable. La destrucción de vehículos ha sido muy cuidada y, en líneas generales, se aprecia el esfuerzo llevado a cabo por los responsables del título. Conviene destacar que Project Cars nos permite modificar diversos aspectos gráficos en consolas, como la presencia de gotas de lluvia, el nivel de luminosidad, los destellos solares o la suciedad de la pantalla, por lo que cada usuario podrá valorar sus preferencias en este sentido.

Project Cars se luce aún más en PC, pero la versión para PS4 a la que hemos tenido acceso resulta de lo más llamativa y gustará a los jugadores más exigentes. No termina de convencernos el público y la vegetación, aunque esto es algo que tampoco notamos mucho cuando vamos a 160 km/h. También en el apartado sonoro se ha llevado a cabo un buen trabajo, con una biblioteca de sonidos tan realista como efectiva que nos transporta directamente al interior del vehículo o nos hace sentir la potencia de cada caballo del motor. Echamos en falta una mejor selección musical y la posibilidad de conducir con las canciones del juego de fondo, aunque también es cierto que para algunos usuarios esta cuestión puede restar concentración al volante. El título llega con voces en inglés, subtituladas en el menú, con todos los textos en español, cuestión que puede generar algunos conflictos en las carreras puesto que nos darán avisos sobre el estado del vehículo, la presencia de rivales o la inminente llegada de la lluvia. Despistarnos puede resultar fatal para nuestros intereses.

A nivel jugable, como ya hemos adelantado, Project Cars está repleto de opciones. Como en la mayoría de títulos que apuestan por la simulación, el uso de un mando tradicional resulta poco estimulante, con un control que no es lo preciso que debería ser y que en ningún caso responde a las necesidades del jugador más experimentado. Por este motivo, como destacamos al inicio del análisis, Thrustmaster nos ha facilitado un volante T300RS (con marchas mediante levas y pedales de freno y aceleración, compatible con PS4 incluso en los menús) que nos permite disfrutar del título en las mejores condiciones. El periférico nos aporta un control inmejorable y nos sumerge de lleno en la simulación que propone Slightly Mad Studios, por lo que recomendamos el uso de alguno de los volantes compatibles con Project Cars para vivir realmente la experiencia de juego. Sabemos que existe cierta polémica por el limitado número de periféricos compatibles con PS4 y que la inversión necesaria es alta, pero los usuarios expertos conseguirán la mejor experiencia mediante un volante.

En otro orden de cosas, y atendiendo a las virtudes de las que quiere alardear el juego, Project Cars nos permite realizar un buen número de cambios tanto en el control como en las especificaciones mecánicas de los vehículos para que los más expertos en estas lides puedan conducir a su manera. De esta forma, podemos regular la presión de los neumáticos, la presión y equilibrado de los frenos, activar la asistencia en la frenada, seleccionar cambio manual o automático, elegir si deseamos tener control de estabilidad y de tracción e, incluso, elaborar nuestra propia estrategia para la entrada en boxes.

Esta última opción nos permitirá adaptarnos a las condiciones de la carrera, pudiendo seleccionar el cambio de neumáticos y su tipo o la cantidad de combustible que deseamos reponer, lo que consumirá más o menos tiempo dependiendo de nuestra elección. Todos estos parámetros ajustables tienen su reflejo en la jugabilidad, siendo una experiencia completamente diferente conducir un Renault Clio Cup o un Ginetta G55 GT4. También afecta, como hemos destacado anteriormente, el tiempo que haga durante la carrera, por lo que no será lo mismo conducir durante una mañana despejada a hacerlo en una tarde fría y lluviosa. Los rayos del sol pueden dejarnos completamente vendidos, así como la conducción nocturna durante una tormenta se antoja apta sólo para expertos.

La cantidad de opciones y de ajustes que presenta Project Cars (nos resulta imposible destacarlas todas en un texto sin escribir algo interminable) harán las delicias de los aficionados y, aunque habrá jugadores que aún quieran un mayor grado de realismo, lo cierto es que la propuesta bien merece una oportunidad para los amantes de la simulación. Uno de los peros en este aspecto son las colisiones e impactos a gran velocidad. Aunque se ha implementado un sistema de físicas y daños muy llamativo, algunos choques frontales o laterales carecen del realismo necesario como para representar un impacto a casi 200 km/h. No obstante, cada vehículo cuenta con su propio sistema de daños, algo lógico si atendemos a las diferentes estructuras y materiales de los coches. Slightly Mad Studios ha cuidado cada detalle y se nota.

La IA de los vehículos rivales, por su parte, resulta convincente, aunque algo caótica cuando se juntan más coches de la cuenta en pantalla, con pilotos demasiado agresivos que incluso impactarán contra nosotros. En este sentido, y volviendo a la vertiente en línea, conviene destacar que iremos ganando reputación en la comunidad, por lo que nuestro estilo de juego será determinante a la hora de formar parte de la misma. También podremos ubicar el HUD o interfaz del juego donde nos apetezca, dejando claro que se han tenido en cuenta casi todas las variables posibles a la hora de adaptar la jugabilidad de la obra a los gustos de los jugadores.

Project Cars, en definitiva, es una notable propuesta que reafirma la importancia de la simulación dentro del género de la conducción. Como ya hemos destacados, el desarrollo del juego se ha realizado mediante una estrecha colaboración entre Slightly Mad Studios y un grupo de usuarios que han querido aportar su granito de arena para intentar conseguir un juego que satisfaciese sus exigencias y necesidades. Conviene destacar, no obstante y como podréis imaginar, que Project Cars no es un juego para todos los públicos ni para todo tipo de usuarios. Su control y realismo, así como las múltiples opciones de configuración, pueden alejar a los jugadores más acostumbrados a los títulos de conducción arcade. Aquellos que nunca han probado un simulador se verán superados por las posibilidades del título.

Dicho todo lo anterior, en Slightly Mad Studios son plenamente conscientes del público objetivo al que va dirigida su propuesta, por lo que han actuado en consecuencia y han desarrollado el título que querían, aunque hayan necesitado más tiempo del inicialmente previsto. Repetimos que la versión con más posibilidades gráficas es la de PC, pero la de consolas (con mención especial para la de PS4) no le anda a la zaga. Los pequeños fallos que presenta el título no impiden disfrutar de una grata experiencia y aunque el nivel de simulación no sea tan extremo como el de Assetto Corsa, por poner un ejemplo, Project Cars marca el camino a seguir en lo que a conducción se refiere para la actual generación.

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