La escena del videojuego independiente permite sacar adelante proyectos más personales y arriesgados, y eso es lo mismo que pensó Adrian Lazar a la hora de crear su Planet Alpha, un título de plataformas de desplazamiento lateral, cuyas originales mecánicas nos llevan de vuelta a la esencia del género.
Lazar es un creativo muy conocido por su trabajo en Hitman de IO Interactive. Aunque durante las primeras fases de desarrollo trabajó él solo en su tiempo libre, al final consiguió la colaboración del estudio inglés Team 17 —creadores de la saga Worms— y hacer realidad su visión. 4 años de desarrollo más tarde, Planet Alpha se convierte en el título número 100 de Team 17.
Un paraíso alienígena
Aunque Planet Alpha se trate de un juego de plataformas de movimiento lateral, no significa que estemos ante una clásica aventura 2D. Solo la libertad de movimiento del protagonista está acotada a las dos dimensiones, mientras que el resto de seres vivos que pueblan su mundo se moverán a su antojo. A veces, incluso nos taparán la cámara al pasar por delante.
El intrépido protagonista al que controlamos es el ser más pequeño de todo el planeta. Cualquier criatura puede convertirse en una amenaza en determinadas fases. No importa si se trata de un insecto asesino, que nos perseguirá hasta darnos muerte, o de un herbívoro gigantón, el cual ni siquiera se percata de nuestra insignificante presencia. El resultado puede ser mortal si no se avanza con cuidado.
El planeta es un personaje más de esta historia. Bueno, en realidad podría decirse que es el protagonista principal de una historia no exenta de emociones y acción. El planeta Alpha es hogar de una gran multitud de especies y posee una gran variedad de ecosistemas, porque, al fin y al cabo, en la recreación de un planeta es importante ofrecer diversidad. Gracias a estos detalles se consigue la sensación de estar explorando un nuevo mundo.
Al tratarse de un videojuego independiente, utiliza unos canales narrativos poco convencionales para contarnos todos los acontecimientos de los que seremos testigos durante nuestra estancia en el planeta.
Un enemigo venido de las estrellas
Cuando hablamos de la trama de un juego, siempre hay un apartado reservado para hablar sobre la localización del mismo. Si viene con audio y textos en castellano, o si solo han llegado a nuestras PS4 en inglés. En este caso, hay que decir que sí, que el título llega con textos en español. Por otro lado, las voces no están disponibles en ningún idioma, simplemente porque no hay.
Planet Alpha cuenta su historia sin palabras, sin diálogos y sin ningún tipo de texto. La localización al castellano se limita a las pocas palabras de su menú de inicio, opciones y ajustes. En este sentido, es tan minimalista que ni siquiera aparece un texto para guiarnos en sus tutoriales. Estos solo se limitarán a mostrar el botón correspondiente en pantalla y la acción será obvia.
Escapar de las máquinas invasoras será esencial para sobrevivir
«Una imagen vale más que mil palabras». Bien podría ser el lema de esta aventura alienígena, cuyos primeros minutos de desconcierto van dando paso al fin del mundo. El protagonista es un ser humanoide, cuya vestimenta similar a la de un astronauta, nos indica que se trata de un explorador de otro mundo. Comienza la aventura malherido y vagando por diversas tierras hasta caer exhausto. Tras recuperarse, comienza a explorar un nuevo mundo y conocer su civilización a partir de los restos que va encontrando.
La tarea se complicará cuando unos invasores mecánicos lleguen al planeta y comiencen a terraformarlo a su antojo, acabando con toda la fauna y flora en el proceso.
El día y la noche
En esencia estamos ante un videojuego de plataformas de corte clásico. Tenemos el botón X para saltar y trepar, y el cuadrado para agacharnos y agarrar objetos. No hay botón de ataque ni armas láser. Solo contamos con nuestra habilidad para calcular saltos e ingenio para sortear los variados peligros y desafíos. Aquí entran con especial fuerza los puzles basados en la habilidad del jugador. No nos encontraremos con puzles donde simplemente tengamos que dar con una combinación y podamos dedicarle el tiempo que queramos.
Toda situación requiere de una solución, ya sea utilizando elementos del escenario para pasar en sigilo, o atrayendo a un animal más grande para acabar con los enemigos. La cuestión está en dar con la solución adecuada y el momento adecuado.
Las fisuras en el espacio-tiempo conducen a nuevos desafíos
Determinadas situaciones requerirán del uso del sigilo y esconderse, mientras que otras son 100% acción con escenarios derrumbándose bajo nuestros pies y Jefes intentando devorarnos o desintegrarnos. Momentos en los que un fallo resulta letal.
Para sobrevivir no solo dependeremos de saltos y escondites. El protagonista descubrirá que en el planeta podrá acceder a un poder que le permite alternar entre día y noche. Básicamente puede acelerar o retrasar el movimiento del planeta para cambiar el momento del día. Día y noche causan un impacto distinto en la flora y fauna del planeta, y deberemos utilizarlo para obtener ventaja contra los invasores.
La historia de Planet Alpha se desarrolla durante 10 capítulos y tiene una duración de 5-6 horas. Al tener dos finales, algunos de sus capítulos pueden ser rejugados para conseguir los 4 artefactos necesarios y ver su final bueno. El camino suele ser lineal, pero a veces este se bifurca llevando a unas grietas en el espacio-tiempo del planeta. En su interior, alcanzaremos un nuevo plano donde las ley de la gravedad se altera y debemos usar inercias y saltos calculados para llegar hasta el artefacto correspondiente. Una vez obtenidos todos, toca volver a jugar el emocionante capítulo final para ver los cambios.
Un mundo al detalle
El título saca muy buen partido del Unreal Engine y crea un mundo hasta el más mínimo detalle. Muchas veces estaremos más pendiente de lo que sucede en el horizonte que de nuestros propios pasos.
Antes mencionaba que el planeta era el auténtico protagonista del videojuego, y esa afirmación queda clara cuando vemos la diferencia gráfica con el explorador. La cámara suele permanecer lejos de este, y su nivel de detalles es el justo y necesario. Su forma y texturas son muy básicas en comparación con todo el despliegue técnico que encontramos en su mundo.
Un planeta habitado por toda clase de criaturas
Además cada parte del planeta tiene su propia personalidad. Selvas frondosas, prados verdes, desiertos áridos, zonas volcánicas y hasta un nido de aliens. Lugares en los que el explorador es del tamaño de una simple piedra, porque lo importante es el escenario.
El apartado sonoro cobra mucha importancia en este juego. Al carecer de diálogos y narración escrita, las imágenes se apoyan en una variada banda sonora para marcar el ánimo de la acción. Melodías más rápidas, más lentas, alegres y tétricas se van turnando para emocionar al jugador a cada paso del camino.