Vanillaware vuelve a la carga con uno de sus títulos más recordados y comentados. Corría 2007 cuando el Odin Sphere original se estrenó para PS2, contando de inmediato con el beneplácito de la crítica y el favor de un puñado de usuarios, que pronto lo catapultaron al cielo de los juegos de culto. Lamentablemente, su éxito comercial no estuvo a la altura de las circunstancias, por lo que propuestas del estudio japonés como Dragon’s Crown gozan de una mayor popularidad.
Aprovechando que las remasterizaciones se han instalado en la actual generación, Vanillaware hace piña con distribuidoras como NIS America o Bandai Namco para ofrecernos una nueva versión de la obra subtitulada como Leifthrasir, que mejora casi todos los aspectos del juego original. Aunque la versión que analizamos en el siguiente texto es la de PS4, también es posible encontrarlo a la venta para PS3 y PS Vita, plataforma a la que se adapta como un guante.
Como no podía ser de otra manera, Odin Sphere: Leifthrasir nos traslada hasta un mundo de fantasía en el que sus diferentes protagonistas deben combatir para intentar salvar todo aquello que aman. La trama se mantiene intacta con respecto al juego original, cuestión lógica por otra parte, lo que se traduce en múltiples personajes disponibles y a nuestra elección, así como elementos propios del género beat ‘em up con componentes roleros que permiten disfrutar de un título único y renovado con acierto.
Vanillaware implementa una serie de mejoras en lo jugable que hacen del título un divertimento mucho más redondo, con especial atención al ritmo en la gestión de inventario o de menú, cuestiones que en la obra original requerían de paciencia y de toda nuestra atención debido a lo complejo de su planteamiento. El estudio japonés parece haber tomado nota de todo lo que se ha dicho del juego hasta el momento, tanto bueno como malo, y soluciona algunos de los problemas más acuciantes, aunque es cierto que sigue habiendo zonas de gestión algo engorrosas.
A los más nostálgicos y curiosos les alegrará saber que Vanillaware ha añadido un modo de juego que respeta la obra original, actualizando únicamente su apartado gráfico. De esta forma podemos disfrutar del juego casi como fue concebido en 2007, un detalle que se agradece en este tipo de remasterizaciones. Por lo demás, la unión de beat ‘em up con RPG funciona de maravilla, incluso mejor que hace casi una década gracias al nuevo contenido y las mejoras jugables, con un nivel de dificultad bien medido y unos jefes finales que sorprenden por sus dinámicas de ataque y su diseño. También se han eliminado las interminables pantallas de carga del juego original, ahora representadas en unos segundos muy llevaderos de espera.
Sea como fuere, los 1080p de resolución y los 60 fotogramas por segundo le confieren al título del estudio japonés un acabado de bella factura que pocos títulos pueden ofrecer en estos momentos. Aunque a nivel gráfico no estamos ante el techo tecnológico de PS4, resulta de agradecer encontrar títulos como Odin Sphere: Leifthrasir, que basa toda su potencia audiovisual en un trabajo artístico cuidado y donde se puede sentir el mimo puesto por sus responsables en cada pincelada.
Vanillaware hace de su planteamiento artístico el gran acierto de esta remasterización que enamora al jugador tras un primer y simple vistazo
Además, el juego nos llega con subtítulos en español y la posibilidad de seleccionar audio en japonés e inglés. Su banda sonora también ha sido renovada, así como su galería de sonidos, por lo que nos encontramos ante una remasterización que se gana a pulso ser considerada como una de las mejor realizadas hasta la fecha. Vanillaware ha puesto mucho empeño en que su propuesta saliera como es debida, confirmando que es posible llevar a cabo remasterizaciones capaces de sorprender y de agradar al jugador más exigente.
Así, Odin Sphere: Leifthrasir se convierte en una de las opciones más interesante de cara al presente verano. Aquellos que disfrutaron del juego original podrán volver a descubrirlo renovado y con todos sus principales problemas solucionados o casi erradicados. Los usuarios novatos atraídos por Vanillaware y su planteamiento de beat ‘em up rolero encontrarán una obra repleta de contenido y con un montón de horas de juego por delante. Si todas las remasterizaciones siguieran la senda del estudio japonés, la opinión de los usuarios sobre su existencia sería muy diferente.