Cuando Mortal Shell fue anunciado, sus creadores/as de Cold Symmetry no escondieron en ningún momento de dónde les había llegado la inspiración: amaban y respetaban la obra de Miyazaki y su equipo y buscaban crear algo propio digno de codearse con los títulos de From Software.
Tras varios años de desarrollo y una beta con una grandísima acogida por parte de la comunidad, ha llegado el momento de comprobar si las tierras de Fallgrim son dignas de ser recorridas por un público cada vez más exigente como es el de los amantes de los souls-like.
Es Mortal Shell un nuevo referente dentro de su género? Dentro análisis.
En busca de un receptáculo
Mortal Shell pone al jugador/a en la piel de una extraña criatura, sin rostro ni expresiones, con la que simplemente se realiza un breve tutorial para familiarizarse con los controles y mecánicas del juego.
Tras este, somos transportados a Fallgrim, una funesta tierra y hostil. Nada más avanzar es presentado el que será el pilar fundamental del juego: la capacidad del personaje de parasitar y habitar cadáveres, llamados Receptáculos.
A partir de aquí es cuando cualquier fan de la Saga Dark Souls va a encontrase «como en casa». Me he llegado a sentir como cuando llegué por primera vez al Santuario de Enlace de Fuego, con una sensación de desorientación e indefensión que me ha atrapado desde el primer momento.
Siguiendo la intuición y la experiencia se consigue llegar a una torre central donde conocemos a La Hermana Genessa, quien guía a nuestro personaje, y un curioso NPC del cual no hablaré mucho más, que nos insta a conseguir las Glándulas de las Inmaculadas.
La historia sobre la que asienta Mortal Shell está semioculta, siendo nosotros los encargados de ir hilando los pequeños retazos de narrativa que se nos van ofreciendo a través de una mecánica muy interesante llamada familiaridad. Esta mecánica consiste en obtener nuevos datos acerca de los objetos y equipamiento que vamos consiguiendo a medida que los usamos, obteniendo a su vez distintas mejoras como extras de curación en caso de objetos curativos o nuevas canciones si tocar el laúd es lo que nos divierte.
De esta manera, se ve potenciado el riesgo-recompensa que tanto aporta a este género. ¿Es buena idea usar este objeto que quizás sirva para algo en concreto y pierda la oportunidad de usarlo más adelante? ¿Y si al usarlo pierdo vida o parte del progreso conseguido hasta ahora?
Fallgrim es la zona central del juego, y la «base de operaciones» desde la que pivotaremos para acceder a las distintas localizaciones. En cuanto a extensión no es muy grande, pero está completamente llena de caminos secundarios, atajos y recovecos que explorar, por lo que es conveniente invertir el tiempo en recorrer cada rincón si queremos ir bien equipados/as.
El poder de los recuerdos
Si algo importa en este tipo de juegos es el sistema de progresión del personaje, y en esta ocasión se ha variado la fórmula habitual para aportar un punto distintivo a su gameplay.
Durante toda la aventura podemos poseer a un total de cuatro Receptáculos, los cuales en un principio tan solo se diferencian por la longitud de su barra de vida, estamina o determinación.
Gracias a la Hermana Genessa podremos gastar Tar (la moneda principal del juego) para desvelar el nombre del Receptáculo y así conocer su identidad. De esta manera tenemos acceso a los recuerdos que una vez tuvo en vida e ir desbloqueándolos gracias a los Vestigios, para desentrañar qué motivos movieron al alma dueña del cuerpo que ahora habitamos a la vez que obtenemos nuevos poderes y habilidades con el mismo.
Así pues, cada uno de los Receptáculos está basado en un estilo de juego diferente, en función de si preferimos la gran barra de vida de Eredrim o la rapidez a la hora de esquivar de Tariel a costa de sacrificar otras virtudes.
A esto debemos sumar las cuatro diferentes armas que cada Receptáculo portaba antes de morir. Cada una de ellas ofrece un variado conjunto de combos alternando los botones de ataque al igual que dos habilidades de arma, las cuales podemos desbloquear si encontramos los artefactos necesarios.
Desde el comienzo del título podemos localizar tanto a los receptáculos como a sus armas gracias a los vestigios de visión, los cuales nos dan una pista sobre su paradero a la vez que nos guían hacia las diferentes zonas del juego.
Esto quiere decir que podemos elegir cualquier camino desde el principio, ya que la dificultad de los mismos está bastante bien equilibrada, de manera que no importa a por qué Glándula vayamos en primer lugar.
Los territorios donde se esconden nuestros objetivos son algo más lineales, con varios atajos para conectar sus caminos y con una variedad de enemigos bastante asequible.
El sistema de combate es similar a lo visto en títulos del género, pero con dos añadidos importantes que aportan una clara distinción.
El primero es la capacidad de endurecer nuestro cuerpo por unos instantes, evitando cualquier daño enemigo e incluso desviando sus ataques dejándolos expuestos a los nuestros. Esta habilidad requiere de algunos segundos para volver a ser utilizada, por lo que la combinación de esquivas y endurecimientos es crucial para sobrevivir en combate.
En segundo lugar la determinación, compuesta por barras amarillas con las que realizar diferentes acciones, tales como usar las habilidades de arma o realizar contraataques con El Sello.
Combinando el uso de las pasivas de los diferentes objetos con estas dos mecánicas se pueden conseguir variaciones realmente espectaculares, que ofrecen un gameplay muy entretenido a la vez que exigente, de manera que cada jugador pueda adaptar su estilo de juego utilizando todas las combinaciones a su disposición.
La principal pega que tiene Mortal Shell es su escasa duración, ya que completar el título puede llevar entre 8 y 10 horas en función de la habilidad de cada jugador/a, con posibilidad de empezar una nueva partida en una dificultad más elevada (NG +) o seguir explorando Fallgrim con libertad.
También se echa en falta algo más de contenido en cuanto a armas y Receptáculos se refiere, ya que aunque es cierto que para la duración del juego son suficientes, las últimas en ser adquiridas son mucho menos disfrutadas en la primera partida, ya que apenas quedan enemigos que derrotar.
La variedad de bosses y semibosses es adecuada aunque se ha pecado de reciclaje en varios puntos, cosa que no es entendible debido a la ya de por sí escasa duración del título.
Épica de nueva generación
Como he comentado, Mortal Shell deja con ganas de más en cuanto a contenido se refiere, y esto todavía sienta peor al alma oscura que los y las amantes de este género llevan dentro debido a su excelente apartado audiovisual.
Gráficamente el juego luce de maravilla, superando con creces a títulos similares tanto en modelados como en el uso de los reflejos. Mantiene una tasa de frames estables en todo momento y las animaciones de combate están logradas, sintiendo gratamente cómo nuestros golpes dan en el blanco, algo importante en este género.
Aunque la variedad de escenarios es escasa, su diseño ha sido cuidado a conciencia, de manera que podamos esperarnos una sorpresa o una trampa a la vuelta de cada esquina pero siempre mantieniendo el equilibrio entre el riesgo y la recompensa.
Algo que me ha sorprendido con creces es su apartado sonoro. Recomiendo encarecidamente jugar a Mortal Shell con auriculares ya que el uso del sonido ambiente es delicioso, manteniendo una tensión constante a la vez que nos ayuda a identificar a nuestros enemigos, aumentando la sensación de inmersión.
En definitiva, Mortal Shell se convierte en uno de los títulos de referencia en el género de los Souls-like, dejando con ganas de más debido a sus mecánicas, su historia y su apartado técnico. Esperemos que una segunda entrega consiga elevar todo lo visto a su máximo exponente.
Este análisis ha sido realizado en una PlayStation 4 Pro gracias a una copia de prensa otorgada por Meridiem Games.