Cinco años han pasado desde que BioWare cerró la trilogía original de Mass Effect. Una franquicia imprescindible para entender la situación actual del estudio canadiense y para comprender el auge de los RPG de mundo abierto en la actual generación, en la que cada semana parece aterrizar un nuevo exponente del género en las tiendas. Tras contarnos la épica historia de Shepard, BioWare vuelve a la saga que conquistó a un buen número de jugadores en todo el mundo, incluso tras el polémico final de Mass Effect 3. Los canadienses se mantienen fieles a buena parte de sus principios y apuestan sobre seguro con un Mass Effect Andromeda que no arriesga en demasía, aunque compensa esa falta de valentía con una enorme cantidad de rincones por descubrir y de lugares por explorar.
Si BioWare daba el salto a la presente generación de consolas con un estupendo Dragon Age: Inquisition, ahora nos embarcamos en un viaje intergaláctico que ofrece horas incontestables de juego. Mass Effect Andromeda es una producción imperfecta, pero eso no implica que estemos ante un título muy atractivo para los seguidores de la marca o para aquellos jugadores interesados en los RPG de acción con elementos propios del género shooter en tercera persona. No es fácil crear un título tan masivo como Andromeda, pero BioWare pone todo su empeño y cariño en el proceso, ofreciendo un título con algunos defectos que destacaré más adelante. No todo los días se tiene la oportunidad de visitar una nueva galaxia, así que más vale dejarse de preámbulos y comenzar a hablar sobre la creación de BioWare tras dedicarle una considerable cantidad de horas.
Un ARPG masivo marca de la casa
Mass Effect Andromeda deja a un lado los hechos narrados en la trilogía original para contarnos una historia que transcurre 600 años después de que un grupo de especies de La Ciudadela se unan a la Iniciativa Andrómeda para buscar un nuevo hogar en la galaxia homónima. Humanos, asaris, turianos y salarianos, junto con diversos clanes krogan, despiertan de su obligada criogenia tras encontrarse de bruces con algunos problemas, obligando a nuestra protagonista a asumir su rol de Pionera. Como en todos los títulos de BioWare podemos seleccionar el sexo de nuestro personaje principal y, teniendo en cuenta que me decanté por el modelo femenino, todo el texto está dedicado a ella, a la encargada de buscar un lugar habitable para los 20.000 humanos de la Iniciativa Andrómeda.
La primera toma de contacto con Mass Effect Andromeda no podía ser más espectacular: un prólogo que nos enseña los conceptos básicos de la jugabilidad y que nos transporta a una primera misión de exploración que marca todo el camino posterior: diferentes objetivos a completar, combates en los que pelear e interacciones con otros personajes. Todo marca de la casa, siguiendo los patrones clásicos de BioWare, que como ya he destacado en párrafos anteriores apuesta poco por el riesgo y sigue más la senda del camino conocido. Sea como fuere, y dejando de lado estos aspectos, además de poder elegir a uno de los dos protagonistas predeterminados de la aventura, es posible crear a nuestra Pionera a través de un editor de personajes bastante amplio en opciones aunque, teniendo en cuenta mi escasa habilidad creativa y el más que probable horripilante resultado final, decantarse por la Sara de BioWare parecía la decisión más sensata.
Puede que los amantes de la trilogía original se estén preguntando si los Pioneros Ryder están a la altura de los Comandantes Shepard y mi respuesta, además de ambigua, seguro que resulta insatisfactoria: sí y no. Todos son personajes resolutivos, capaces de afrontar las más difíciles decisiones con nuestra inestimable ayuda, pero puede que el diseño predeterminado de Scott sea poco carismático. La trama de Andromeda, en líneas generales, me ha parecido algo menos interesante que la de los Mass Effect originales, aunque sigue habiendo momentos épicos y situaciones que dejan con la boca abierta. Con todo, si algo resulta básico en cualquier producción de BioWare son sus personajes secundarios y aquí hay algunos que están a la altura de las circunstancias, mientras que otros resultan poco interesantes.
En todo este proceso, los canadienses se dejan llevar por el clásico enemigo genérico de este tipo de producciones, con una especie como los Kett representando la mayor amenaza para nuestra protagonista. Andromeda también introduce en la galaxia Mass Effect a los angara y, aunque me hubiera encantado descubrir a tantas especies como en el primer juego, el balance es positivo. Algo que sí me parece una oportunidad perdida es la de explorar con más detenimiento lo que supone el contacto con una nueva especie inteligente. Puede que por falta de madurez o, simplemente, por tratarse de cuestiones que un videojuego AAA no es capaz de asumir, Mass Effect Andromeda pasa muy por encima sobre las cuestiones científicas, morales e incluso filosóficas que supone explorar una nueva galaxia, pisar por primera vez un planeta desconocido o comunicarse con un ser vivo extraño. Aquí prima el espectáculo, algo tan loable como lógico, pero estos temas se tratan con premura y sin mucha reflexión. Llamadme raro, pero adentrarse en ese camino habría sido tan arriesgado como interesante.
Jugabilidad conocida: charlas, tiroteos y romance
Además de mejorar las habilidades de nuestros seis compañeros de pelotón, una cifra que queda lejos de la vista en otros títulos de la franquicia y que parece justificada por el poco riesgo que asume BioWare con esta nueva producción, es posible investigar y desarrollar armas, armaduras y modificaciones de todo tipo, incluso para el vehículo Nomad del que hablaré más adelante. Esta gestión de habilidades y de inventario no sería nada sin los clásicos diálogos y charletas de los juegos del estudio canadiense. La cantidad de líneas de conversación que han escrito los de Edmonton resulta abrumadora, con un sistema de diálogos que recurre a la clásica rueda de opciones, aunque se olvida de la división entre Rebeldía y Virtud. A pesar de la ausencia de esta opción, las respuestas que damos, así como las decisiones que tomamos, marcan la personalidad de nuestra Pionera. De nuevo, simplificando opciones para dejar vía libre a la exploración, el principal elemento jugable del título.
Andromeda lo apuesta todo por la exploración y, a pesar de sus problemas técnicos, ofrece un título de larga duración que repite los aciertos y errores habituales de BioWare.
Y es que «masivo» es el adjetivo adecuado para describir con una palabra la nueva entrega de la franquicia, en la que también hacen acto de presencia otros elementos clave de la marca, como los combates shooter en tercera persona, las posibilidades de romance o las misiones de lealtad. Sobre la primera cuestión, BioWare agiliza los tiroteos mediante los propulsores del protagonista, haciendo que el trabajo en equipo sea importante y que en dificultades superiores perdamos la cabeza. El funcionamiento de la IA, aliada y enemiga, está bien trabajado y aunque no faltan algunos comportamiento extraños puntuales, funciona bien en líneas generales. Por lo demás, el combate sigue las pautas de la franquicia, posibilitando la combinación de poderes y dando prioridad a unos tiroteos en ocasiones desafiantes, con un sistema de coberturas que funciona de manera automática y que, en su conjunto, eleva la espectacularidad de la propuesta. En Andromeda también hay escarceos amorosos y misiones de lealtad, aunque no seré yo el que os desvele nada al respecto, para mantener la sorpresa intacta.
Y sí, BioWare vuelve a optar por añadir opciones multijugador a la propuesta, con un cooperativo para hasta cuatro usuarios que nos invita a completar una serie de objetivos a la vez que nos enfrentamos a diversas oleadas de enemigos. Desbloquear todo el contenido, incluyendo personajes, armas y otros elementos, requiere de un buen grupo de amigos o conocidos para disfrutar de esta vertiente cooperativa online como se merece, por lo que es mejor contar con un buen equipo que adentrarse en el multijugador a lo loco. Sea como fuere, BioWare entiende que este modo de juego es un complemento de la campaña, una opción extra que no resta importancia a la trama central en solitario y a la que se puede acceder de varias formas, incluso a través del propio juego a través de la opción Misiones de los equipos de asalto.
El apartado gráfico y sus peros técnicos
Y es que BioWare realiza una labor sobresaliente en la creación de entornos, criaturas, vehículos, naves y otros elementos del paisaje, pero este gran trabajo queda algo eclipsado por culpa de esos defectos técnicos que están presentes y que sería absurdo no mencionar. Llegados a este punto, y aquí me vais a tachar de conformista, recuerdo que todas las producciones de BioWare presentan algunas animaciones surrealistas, una particular marca de la casa que acompaña a los productos del estudio desde hace mucho tiempo. Sea como fuere, los canadienses vuelven a hacer uso del motor Frostbite tras Inquisition, ofreciendo paisajes de bella factura, que brillan con luz propia en PS4 Pro, con su 4K reescalado y el HDR presentando colores de una nitidez que enamora, como los de cierta aurora boreal que os dejará boquiabiertos cuando os crucéis en su camino. El título se mueve a 30 FPS en la nueva versión de la consola de Sony, así como en la estándar, que muestra algunos problemas a la hora de mantenerse estable en su tasa de imágenes por segundo, con ralentizaciones muy llamativas.
Los subtítulos pecan de ser algo pequeños, aunque la localización al español es notable y el trabajo de doblaje en su versión original en inglés mantiene el nivel de las producciones de BioWare. Mención especial para los trabajos de Fryda Wolff como Sara Ryder y de Natalie Dormer como la asari Lexi T’Perro. Su papel es pequeño, pero su voz resulta tan sensual como su simple presencia en pantalla. Que esto último os dará igual, pero aquí cada uno tiene sus movidas y la mía con las voces femeninas es digna de estudio médico.