Cuando un estudio nuevo como Hangar 13, formado por algunos de los veteranos más ilustres de la industria del videojuego, se hizo con la complicada misión de desarrollar Mafia III para 2K Games, fuimos muchos los que comenzamos a ilusionarnos con la nueva entrega de una franquicia que, si bien no es tan mediática como otras del mismo género, goza de una aceptación especial entre los jugadores y jugadoras. Con toda la maquinaria de promoción funcionando a pleno rendimiento crecieron las expectativas como la espuma para, como suele suceder, llevarnos una decepción con el resultado final. No estamos ante el gran rechinar de dientes que algunos medios están vendiendo, pero Mafia III ha terminado pagando el tremendo hype que había generado de un tiempo a esta parte y acaba destapándose como un juego con muy buenas intenciones, algunas cuestiones sobresalientes y problemas técnicos que le impiden estar a la altura de las circunstancias.
Mafia III podría haber sido uno de los mejores y más importantes lanzamientos de 2016, pero al final nos encontramos con un título que nos ofrece una de cal y otra de arena, con misiones u objetivos que se repiten hasta la saciedad o que se asemejan demasiado entre sí y errores gráficos que no tienen cabida en un producto de gran presupuesto, cuestiones que se compensan en cierto modo con una ambientación sobresaliente y una historia de lo más interesante, repleta de referencias al contexto histórico en el que se ambienta la acción. Mafia III también presenta la que, para un servidor, es la mejor selección musical de la historia del género sandbox, una delicia repleta de temas imprescindibles que los amantes del rock en todas sus variantes sabrán apreciar como es debido. El título de Hangar 13 y 2K Games no es capaz de cumplir con las expectativas que había en torno a él, pero tiene algunos ingredientes que lo pueden convertir en un título interesante para determinados jugadores o jugadoras, como intentaremos explicar a continuación.
Mafia III nos lleva hasta la ciudad de New Bordeaux, en 1968. Lincoln Clay, nuestro protagonista, regresa de la Guerra de Vietnam con la sana intención de recuperar el tiempo perdido con su familia de adopción, encabezada por su padre adoptivo Sammy Robinson, que tiene algunas deudas pendientes con el mafioso Sal Marcano. Sin entrar en excesivos detalles sobre los aspectos principales de la historia, Lincoln es traicionado por Sal y su hijo tras asestar un importante golpe. Dado por muerto, Lincoln decide llevar a cabo su particular venganza contra la familia Marcano, uniendo fuerzas con el agente de la CIA John Donovan y forjando alianzas con otros gangster locales.
Como ya hemos destacado, uno de los puntos fuertes de Mafia III lo encontramos en su historia principal. Hangar 13 ha sabido trazar un argumento interesante y adulto, en el que no faltan escenas terriblemente violentas, que gustará especialmente a los amantes del cine de mafiosos. Aprovechando un contexto histórico tan rico y agitado como el de los EEUU en plena Guerra de Vietnam, el título se mueve cómodamente entre el entretenimiento puro y la crítica social, con referencias directas a Martin Luther King o a Lyndon B. Johnson. Aunque la trama no sea especialmente novedosa, Hangar 13 sabe aprovechar hasta el último aspecto del momento histórico en el que tiene lugar la particular odisea vengativa de Lincoln y nos regala uno de los mejores entornos que hemos visto en un juego de mundo abierto. Cansados como estamos la mayoría de ver urbes más populares como protagonistas del paisaje, la elección de esta versión ficticia de Nueva Orleans como entorno de la trama se antoja acertadísima y uno de los aspectos más positivos de la propuesta que tiene en la narrativa uno de sus puntos fuertes, con unas escenas cinemáticas muy bien llevadas y planificadas.
La excepcional ambientación de Mafia III nos traslada de maravilla hasta el momento histórico en el que transcurre la acción, por mucho que los errores gráficos se empeñen en evidenciar las prisas por cerrar un desarrollo que debería haber durado más tiempo.
Hangar 13 cae en el error que más molesta a los jugadores y jugadoras del género sandbox, que no es otro más que el de la sensación de repetición. Es cierto que las misiones en las que nos enfrentamos a los jefes de distrito resultan espectaculares y muy gratificantes, pero hasta llegar a ellas nos vemos obligados a hacer una y otra vez los mismos trabajos. Sea como fuere, una vez eliminado el jefe del distrito nos vemos obligados a asignar el mismo a uno de nuestros aliados, pudiendo elegir entre Cassandra, Burke o Vito, un viejo conocido para los amantes de la saga. Esto nos reporta una serie de favores y beneficios que van desde la posibilidad de comprar armas en cualquier punto de la ciudad hasta recibir un vehículo determinado en el lugar en el que nos encontramos, así como entregar nuestro dinero a una mensajera para que lo guarde o llamar a unos matones para que nos ayuden a acabar con nuestros enemigos. Una distribución poco equitativa de los distritos puede dar como resultado la traición de uno de nuestros aliados, por lo que conviene ser justo a la hora de distribuir New Bordeaux si queremos acabar con Marcano bien acompañados.
En Mafia III podemos afrontar las diferentes misiones de forma directa y sin contemplaciones o, por el contrario, optar por la infiltración y la eliminación silenciosa de los enemigos, siendo aquí muy útil el uso de la visión inteligente, que nos permite ver personajes y elementos importantes destacados en el entorno. En base a tres niveles de dificultad es mas o menos desafiante llevar a cabo nuestro cometido, aunque conviene tener en cuenta que la IA de los enemigos, así como la de la propia policía y de los viandantes, se queda algo corta. No es especialmente grave, pero nos hemos quedado con las ganas de vivir persecuciones policiales más espectaculares. Eso sí, con un cuerpo de policía compuesto únicamente por oficiales blancos, cometer un delito a la vista de las fuerzas del orden puede ser una mala idea. Lo de disparar primero y preguntar después parece ser la ley que impera entre las autoridades de New Bordeaux.
En lo técnico, Mafia III hace gala de unos buenos modelados y animaciones de personajes, con diseños que ofrecen su máximo potencial en las secuencias cinemáticas. También destaca la buena recreación que se hace de la ciudad de Nueva Orleans, aunque el título presenta problemas gráficos importantes. Su sistema de iluminación es un ocasional desastre en exteriores, el efecto de lluvia resulta tan exagerado que llega a molestar y el odioso popping nos acompaña durante toda la historia. Elementos que aparecen de repente en pantalla, calles poco transitadas, carga de texturas tardía, el mal logrado efecto de reflejo en la carrocería de los coches… da la sensación de que Mafia III necesitaba más tiempo de desarrollo y es lógico que aquellos que busquen en un videojuego un espectáculo gráfico terminen decepcionados. Durante la promoción del título habíamos visto que el juego de Hangar 13 hacía gala de un apartado técnico notable, posiblemente no el más destacado del momento, pero sí uno que hacía honores a la actual generación de consolas. Al final encontramos un título que parece poco testeado por sus responsables y que esperamos mejore con la obligada revisión del juego mediante parches y actualizaciones.
Mafia III es un título con personalidad, aunque las altas expectativas terminan por jugar en su contra. Los puntos negativos, como los problemas gráficos o la sensación de repetición en las misiones, se cruzan constantemente con los puntos positivos, como su excepcional ambientación, lo interesante que resulta New Bordeaux, la gran selección musical o la propia historia de venganza de Lincoln Clay. Hangar 13 apuntaba demasiado alto con este Mafia III que debería haber estado entre los títulos del año y que, finalmente, parece más un intento de subirse al carro de los sandbox de la presente generación que de crear una nueva y memorable entrega de una marca no tan mediática como lo pueda ser Grand Theft Auto, pero con una legión de fans incondicionales que la hacen grande. Mafia III es otro ejemplo más de lo que sucede cuando las expectativas se elevan sin control y la maquinaria de promoción nos quiere vender la nueva revolución del género. Con todo, sus puntos positivos pueden convertirlo en un título a tener en cuenta por los aficionados a los mundos abiertos y, si Hangar 13 soluciona sus problemas técnicos en el futuro, puede que con el paso del tiempo se vea con otros ojos.