Análisis Hitman

César Rebolledo · 29 diciembre, 2018
47 pasa desapercibido, quizás demasiado

Square-Enix e Io-Interactive nos han traído, después de un tiempo de descanso, una nueva franquicia de la saga Hitman, que lleva por sobrenombre Enter a world of assassination. Sorprendentemente, decidieron hacerlo en formato episódico, cosa que no entendemos en un título de esta categoría. Pero bueno, el hecho es que el último capítulo ya está a la venta, así que es el momento de que compartamos con vosotros las sensaciones que nos transmite la experiencia completa. Tenemos que decir que la cosa ha mejorado con respecto a cómo vimos el título en su momento con el primer episodio, pero sigue manteniendo los mismos errores.

Hitman comienza con un Prólogo que sirve para ponernos en situación de la entrada de 47 en la ICA, con un acento inglés muy poco habitual en la saga y es que, esta vez, el juego estará completamente en inglés con subtítulos en español. Sí, un paso atrás con respecto a las anteriores entregas, pero al menos, en lo que respecta al argumento, deja atrás los clichés de Absolution que trataban de convertir a nuestro protagonista en una especie de Bryan Mills de los videojuegos. Esta vez tenemos contratos de verdad, como ha sucedido siempre en la saga y no misiones en las que si hubieran quitado a 47 y puesto cualquier otro personaje, no se habría notado.

Uno de los puntos fuerte de las demás entregas de Hitman se ve potenciado aquí bajo la forma de los desafíos, que nos invitan a buscar todas las posibilidades que hay a la hora de llevar a cabo una misión. Hay desafíos genéricos que se aplican a todas las misiones, pero otros son específicos de cada capítulo: tener una reunión con el objetivo al confundirnos este con un cliente, envenenar su bebida favorita, hacer que le caiga una lámpara encima, esa clase de cosas. Se trata sin dudarlo de un punto muy a favor de esta entrega, porque nos permite llevar un pequeño registro de si realmente hemos visto todo lo que cada una de las misiones puede ofrecernos. No obstante, tenemos que decir que el hecho de que los tiempos de carga sean inusualmente largos resulta un tanto molesto, la verdad.

Tenemos que decir que resulta llamativo que, en un juego de consola, te den la opción visual de jugar a 30 imágenes por segundo estables (lo que te indican como modo «Bloqueado») y jugar a 60 imágenes por segundo fluctuantes (modo «Desbloqueado»). Tenemos que decir que casi toda nuestra experiencia ha sido en el modo de 60fps y no hemos visto grandes problemas con la fluidez, claro que es que técnicamente el juego no es que sea una maravilla precisamente.

Hay bastantes texturas desfasadas (como esos setos que parecen poco más que sacados del laberinto de Syphon Filter) y aunque entendemos que con tantos NPC por pantalla como se pueden acumular hay que limitar un tanto las cosas, en ocasiones parecen grandes museos de cera. Personajes totalmente inexpresivos y anodinos que no mejorarán vuestra experiencia. Por supuesto esto es una constante en la saga, pero precisamente porque había limitaciones técnicas en las plataformas en las que se jugaba. A estas alturas esto ya tendría que haber mejorado.

[RELACIONADO=El otro asesino]
En un par de días, llegará a las tiendas la secuela de Dishonored, en el que Corvo demostraba que estaría a la par de los mejores asesinos del mundo de los videojuegos. Sigue un estilo muy diferente al de Hitman, eso desde luego, ya que ni siquiera estaría ambientado en un universo parecido, pero desde luego, llamativo si tienes interés en ser una «mano ejecutora» que imparta justicia.[/RELACIONADO]Mención especial al horror del fuego y explosiones, como de cartón, sin exagerar ni un ápice. Es imperdonable que en un título que debería ser de primera línea veamos efectos que parecen sacados de una película de serie B. Por algún extraño motivo (se ha alegado que es para poder llevar un registro para los «contenidos en vivo» que dado el poco interés que parecen estar generando son más bien «contenidos enterrados»), si estás jugando online y pierdes la conexión, se acabó la partida. No podrás jugar hasta que vuelvas a estar conectado, porque el juego separa tus partidas online de tus partidas offline.

Podríamos decir que podemos jugar siempre offline y nos quitamos de en medio problemas, pero esto nos deja fuera de los desafíos y las recompensas post-misión que se reciben al completar los contratos. Esto es el colmo del absurdo teniendo en cuenta que nuestras partidas no afectarán en lo más mínimo a las partidas de otros jugadores, por lo que hacer esto en aras de recolectar datos de nuestras partidas sencillamente no tiene el menor sentido.

Hitman es una mezcla de lo mejor y lo peor que se puede hacer con esta franquicia. Por un lado, el gigantesco error de hacer que una saga de alta relevancia y de planteamiento prácticamente único se convierta en un juego episódico. Sin tener datos de ventas delante, estamos bastante convencidos de que la mayoría de interesados seguiréis esperando esa edición completa en formato físico. El asunto de los archivos de guardado también nos ronda la cabeza y no precisamente como un buen recuerdo. Para más inri, está algo desfasado visualmente y es bastante complicado que vaya a sorprender a ninguno de esos jugadores que buscan un título superior en este sentido, aunque por suerte (o por desgracia) los efectos en los que esta limitación son más notables son los menos habituales, tales como llamas, explosiones, etc. pero no por ello menos hirientes.

En la parte positiva, deja muy atrás al extraño Absolution, que seguramente muchos vean más como spin-off que como una entrega más de la saga, dado lo mucho que se alejaba del planteamiento habitual, dejando aparte que en dicho título 47 no era un asesino a sueldo, sino un asesino a secas. La relación de todas las misiones con el argumento troncal era obvia y literal, mientras que esta vez volvemos a los clásicos y hasta que no avancemos lo suficiente, no descubriremos si hay algo más detrás de nuestros contratos.

En conclusión, esta primera temporada de Hitman nos deja un sabor amargo con respecto a ciertas decisiones que se han tomado, al mismo tiempo que una buena sensación de que quizás la segunda temporada se acerque aún más a Blood Money, el mejor juego que ha salido de esta franquicia. Queremos terminar con una conclusión algo más literal y más comprensible dentro de toda esta mezcla agridulce de aciertos y errores. Hitman es tan divertido como las entregas clásicas de la franquicia y no decepcionará a los fans que saben perfectamente lo que van a encontrarse, por mucho que tengamos que criticarlo de forma negativa a nivel técnico.

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