La historia nos plantea el presente de Kat y Syd, después de que una tormenta de gravedad al final de la primera parte los dejara a la deriva y llegaran a un pueblo minero. Han pasado tres años, Kat no tiene a Dusty con ella y por tanto tampoco tiene sus poderes, así que se dedica a lo mismo que el resto del pueblo: a recoger mena, que entregan a cambio de cobijo y algo de comida. Pronto, por supuesto, recuperaremos nuestros poderes. Fin. Podríamos hacer algo más de sinopsis de la historia pero no tiene sentido.
Los tres episodios en los que se divide la historia, que es entretenida de jugar pero no pasa de ahí, se caracterizan por ser extremadamente predecibles. En especial, esos que hacen que al primer vistazo a cualquier personaje «de los buenos» sepas inmediatamente que se va a convertir en villano y viceversa. En serio, sabes lo que va a pasar horas antes de que suceda. Como hemos dicho, una historia entretenida de jugar, pero predecible, muy predecible.
Vamos a quitar de en medio lo malo para poder centrarnos en lo bueno. Poneos cómodos, porque esto va para largo. Si queréis pasar directamente a lo bueno, omitid esta parte y quedaos con esto: el juego necesita, sí o sí, un parche de lanzamiento. Obligatorio. Nuestra experiencia ha sido muy poco positiva por bugs y errores a nivel técnico que consideramos obligatorio desgranar antes de nada. Durante la primera hora del juego, en la que no cuentas con poderes, casi cada vez que hemos caído al vacío nos hemos encontrado con una congelación y la consiguiente pérdida de tiempo en tiempos de carga y tutoriales. Eso sí, después, no hemos visto ni uno, así que achacamos esto a la simple mala suerte, en principio.
El juego se presenta en formato cel-shading, lo que permite esa estética de cómic/anime que tan bien sienta. El problema es que prácticamente todo está reciclado de la primera entrega. Pocas, muy pocas animaciones nuevas para Kat. Eso sin mencionar que en tierra los defectos son más que palpables. ¿Subes una rampa? Kat se mueve en horizontal, «pero hacia arriba» de esa forma tan característica… de hace diez años. Saltar por debajo de algún tejadillo produce un magnífico efecto de clipping en el que nuestra protagonista atraviesa la textura y literalmente podemos atravesar obstáculos bajos como si no estuvieran ahí. Por suerte, en tierra, como hemos dicho, estaremos poco. Visualmente, en resumen, es un juego de la pasada generación, o que podría ser aceptable en PS Vita, pero no como exclusivo de sobremesa. A nivel técnico, en errores, poco más podemos decir. Son cosas puntuales, pero demasiado llamativas. Por desgracia, los problemas no terminan a nivel técnico, sino que también son jugables.
En general, estos dos nuevos poderes pasan completamente desapercibidos y en nuestro caso sólo hemos recurrido a ellos cuando el juego nos obliga, quitándonos la opción de cambiar de Estilo, ya que, como hemos dicho, son bastante inservibles. Todas las habilidades y poderes quedan en un segundo plano en el momento en que te das cuenta de que con simplemente lanzar objetos puedes eliminar a cualquier enemigo. Están bien, están ahí, son una opción, pero los poderes estándar de Kat son lo bastante interesantes para bastarse por sí mismos y dar una jugabilidad interesante y son de lejos lo que salva el juego.
Existe otro problema a la hora de jugar, que es más palpable en determinados momentos, en especial en el final del Episodio 2 y es un grave error en el diseño de los escenarios que hace que Kat pueda colarse por muchas pequeñas rendijas de forma accidental. La cámara se colocará de forma que no veremos absolutamente nada y hay tres posibilidades: que los enemigos acaben con nosotros, que tengamos que cerrar el juego y repetir desde el último punto de control, o que tengamos un poco de paciencia, mantengamos la calma y consigamos salir.
Mención especial a otro problema del juego, bastante más grave. El autoguardado no está operativo durante la exploración del mapeado, mientras recogemos coleccionables y gemas para mejorar a nuestro personaje. Teniendo en cuenta esto, vamos a hablar de las funciones online del juego. No hemos podido probarlas todas ya que no somos tantos los que hemos tenido acceso al juego, pero lo que hemos podido ver son misiones en las que un jugador habrá sacado una foto con un cofre, que nos tiene que servir de referencia para localizarlo. El problema viene cuando nos damos cuenta de que llevamos veinte minutos dando vueltas, no damos con el cofre y queremos cancelar la misión para seguir a otra cosa… y no podemos. No hemos visto ninguna opción de abandonar la misión y no hay manera de librarse de ella, lo que implica que o bien completas la misión, o cierras el juego, perdiendo todo eso que habías estado recogiendo por el mapa. Creednos, perder tres horas de partida por no poder cancelar una misión es frustrante y aunque parezca raro nos gustaría estar equivocados y que simplemente no hayamos visto la opción de cancelar una misión, pese a haberla buscado durante un buen rato.
En lo que respecta a las secundarias, quedará a juicio de cada uno si realmente es dviertido o aburrido, en nuestro caso no hemos quedado precisamente satisfechos. Una especie de minijuegos forzados y que no resultan especialmente gratificantes, sino repetitivos y pesados. Ni siquiera son fetch quests, simplemente minijuegos en los que si tienes suerte, el escenario estará planteado de forma que la cámara no moleste. No es que la cámara esté mal diseñada, sino que el juego en sí mismo, dadas sus mecánicas, hace muchas veces imposible que la cámara no estorbe.
Ahora bien. No sabemos cómo habrá sido la experiencia de otros compañeros a la hora de analizar el juego y si nosotros simplemente hemos tenido mala suerte, pero esperamos que algunos de los errores mencionados se solucionen con un necesario parche de lanzamiento. Se le puede perdonar que estéticamente sea igual que el primero gracias a la fluidez de movimientos de Kat, eso sí, pero desde luego estamos seguros que algunos no serán tan comprensivos.