Se aproxima un más que interesante final de año en lo que al mundo de los videojuegos se refiere. Tenemos Final Fantasy XV y The Last Guardian a punto de celebrar su lanzamiento, después de una década de desarrollo. Es difícil competir con este tipo de juegos, no ya sólo en presupuesto, si no también en expectación. Para llenar ese más que posible hueco veraniego hasta que empiecen a salir estos juegos nos llegan propuestas interesantes al mercado, tales como la remasterización de Odin Sphere o Grand Kingdom, nuestro protagonista de hoy. La propuesta presente un RPG táctico de los de antaño, con una jugabilidad y apartado gráfico que harán las delicias de los que añoran los tiempos de PlayStation 2.
La historia nos traslada a un continente que lleva en guerra ya muchos años, donde cuatro reinos luchan por gobernarlo y después de tanto tiempo el negocio del mercenario está en auge. Nosotros lideraremos a una escuadra de mercenarios dispuestos a todo por el honor, la gloria y, claro está, por la suma de dinero adecuada. Como todo buen rol táctico que se precie las opciones que tendremos a nuestro alcance son enormes, tal vez demasiado extensas como para plasmarlas de manera correcta y sencilla en un simple análisis por lo que nos centraremos en las más importantes y que mayor peso ofrecen.
Lo primero que tendremos que hacer como líder de nuestro propio bando es tener nuestros soldados Hay una cantidad enorme de clases para elegir, que van desde las clásicas como arquero o guerrero hasta otras como magos, médicos, picaros… cada una con sus puntos fuertes y débiles ante los demás tipos de tropa. Que seamos capaces de componer un grupo fuerte y compensado en cuanto a debilidades y ventajas respecto a diferentes unidades enemigas es fundamental, lo mejor es que vayáis probando vosotros mismos entre varias para hacer vuestro grupo perfecto.
Cuando estemos seleccionando nuestras unidades nos daremos cuenta de otro detalle del título, el abanico de personalización del personaje. Cuando estamos en la base es donde vemos parte del potencial del juego, ya que aquí es donde gestionamos nuestro grupo. En él podemos elegir qué misiones hacer para ganar dinero y reconocimiento, reclutar nuevos soldados, firmar contratos de guerra para cada uno de los cuatro bandos, comprar, entrenar a nuestras tropas… Es sin duda donde más tiempo pasamos en el juego para planificar nuestro próximo movimiento, siendo importante hacerlo bien, puesto que Grand Kingdom no es una propuesta fácil.
Las batallas se desarrollan por turnos en un escenario 2D con corte lineal. Dependiendo del tipo de unidad convendrán más unos ataques u otros pero como viene siendo habitual podemos agruparlos en ataques de cerca y lejos. Grand Kingdom no es fácil ni de dominar ni en sus combates en muchas ocasiones, las opciones que tiene son en muchos casos geniales y es un título que requiere una cantidad enorme de horas no solo en hacer las misiones, también en preparar y entrenar a nuestro grupo para poder seguir avanzando. Si quieres embarcarte en él más vale que lo hagas con la mentalidad de que no va a ser un viaje sencillo y que vas a tener que dedicarle en principio más horas de las que tenías planeadas. Si quieres un título que agrupe elementos tácticos, de gestión con una curva de dificultad bastante alta en ocasiones y que te vaya a durar horas, sin duda Grand Kingdom es tu juego; si por el contrario prefieres un RPG que sea como un paseo por el campo tendrás que explorar otras opciones.
El modelado de los personajes es en 2D y pocos juegos veremos en la consola de sobremesa de este tipo. Es el tipo de modelado que nos recuerda a algunos títulos de PlayStation 2, como pueden ser Odin Sphere, y dan un toque mágico y de antaño en pleno año 2016. Las animaciones más que decentes y una tasa de frames por segundo que no baja en el combate, suman un punto más en alza a Grand Kingdom. Por el apartado sonoro tenemos unas melodías interesantes para la calidad del título, sin llegar a ser épicas teniendo en cuenta que estamos en un juego que se desarrolla en una guerra, aunque cumplen. La propuesta llega con las opciones de audio en inglés y japonés, sin subtítulos en español, lo que puede suponer un problema para los no conocedores de los idiomas anteriores.