Análisis – God of War
Desde el mismísimo momento en el que se anunció que un nuevo título de la saga God of War venía en camino, Sony logró encender las expectativas de sus aficionados a niveles superlativos, por lo que la creación de esta nueva entrega suponía uno de los más grandes retos para sus desarrolladores, quienes tenían la responsabilidad de crear un título que le hiciera justicia al impresionante éxito de una de las más importantes franquicias de PlayStation.
Por otro lado, esta enorme producción ha cargado también sobre sus hombros la tarea de demostrar que la PS4 sí tiene en su catálogo títulos exclusivos de gran calidad, que fácilmente pueden lograr que muchos usuarios adquieran la consola con el fin de disfrutar de un juego en específico.
Dicho esto, adentrémonos en el análisis de un título que ha logrado a sorprender gratamente a propios y extraños por las innovaciones y cambios que ha recibido la franquicia y su personaje principal, Kratos.
En esta ocasión, la apuesta consistió en el cuidado máximo de los detalles que componen la clásica fórmula de trama y acción. Y los ajustes se articulan de tal forma que, indiscutiblemente, se ha elevado la calidad del juego en múltiples aspectos.
Lo anterior viene a traducirse en lo siguiente: se optimizaron todos aquellos elementos que podrían conducir al jugador por la senda de la previsibilidad. Y en este sentido es muy importante señalar que, las novedades que se introdujeron, se hicieron a conciencia para conseguir que el ajuste definitivo despertase y mantuviese el interés del jugador.
La fórmula que resulta sencillamente genial en este juego es la mezcla entre historia y acción. Y a pesar de que esto suene muy simple, lograrlo es otra cuestión.
El sistema de combate
Otro de los cambios sustanciales realizados en esta nueva entrega de God of War es el de su sistema de combate, que ha dejado de lado la mecánica tradicional de machacar botones y degollar enemigos a diestra y siniestra. En esta oportunidad, Kratos se verá inmerso en batallas que ponderan el sentido estratégico para idear un sistema de combate mucho más orgánico en el que los jugadores estarán obligados a pensar antes de realizar algún movimiento, puesto que algún paso en falso te haría ver en serias complicaciones, sobre todo contra los enemigos más fuertes.
Para poder adaptar correctamente un sistema de combate menos frenético y salvaje, se ha cambiado la posición de la cámara y la han situado a espaldas de Kratos, lo cual ofrece una nueva perspectiva mucho más cercana en la que se puede detallar de mejor forma el comportamiento de los enemigos y la efectividad de cada movimiento o golpe que sea realizado.
Por supuesto que gran parte de la responsabilidad de este muy depurado sistema de combate cae sobre el arma que empuña Kratos en la aventura, el Hacha Leviatán. Esta particular arma actúa como una especie de bumerán que regresa luego de ser lanzada, muy similar a la acción que realiza el mítico martillo de Thor.
La utilización de esta arma amplía enormemente el espectro de posibilidades al momento de combatir, permitiéndote asestar potentes golpes directos a tus enemigos, pero también teniendo la capacidad de ser lanzada a distancia, proporcionando también una buena cantidad de daño a sus adversarios y dejándolos sin movilidad por un corto período de tiempo.
El arma que empuña Kratos en la aventura: el Hacha Leviatán
Del mismo modo, se debe destacar la importancia de esta arma no solo para cada combate que se presenta en el juego, la mecánica de lanzar y traer del Hacha Leviatán actuará como base fundamental para la resolución de una gran cantidad de puzzles que irán apareciendo a lo largo de la aventura.
Una buena muestra de todo lo que puede ofrecer este apartado se expone en las batallas contra los troles, unos gigantes enemigos que aparecerán en distintos momentos con ganas de acabar con la vida de los protagonistas y que para derrotarlos se deberán llevar a cabo combates inteligentes, aprovechando al máximo las capacidades del Hacha Leviatán.
Por otra parte, uno de los aspectos negativos de este sistema de combate es lo repetitiva que puede resultar la animación final con la que puedes matar a algunos enemigos, puesto que si decides acabarlos de esta efectiva manera, verás una y otra vez la misma secuencia de movimientos hasta que acabes por completo con toda la horda.
Sin embargo, otra decisión acertada ha sido la inclusión de nuevos elementos de rol que te permitirán mejorar y personalizar las habilidades de Kratos según te convenga, permitiéndote potenciar el combate directo si prefieres adoptar una postura agresiva ante tus contrincantes o mejorar las capacidades defensivas del fantasma de Esparta si quieres sacarle el máximo provecho a un inesperado contraataque.
Como lo establecieron los desarrolladores antes del lanzamiento del título, el jugador tendrá a su disposición una gran cantidad de herramientas que le permitirán diseñar a un Kratos único, desde sus poderes y habilidades hasta su apariencia, por lo que ningún Kratos de un jugador será igual al Kratos de otro.
En general, la jugabilidad es uno de los puntos fuertes de este God of War. El esquema de control es mucho más sencillo que entregas anteriores. Y los giros de la cámara, sin duda hacen el conjunto más accesible.
Atreus, como elemento revolucionario de la saga
La personalidad de Atreus será capaz de conectar con los jugadores desde el primer momento que se inicie la aventura
Cuando se realiza un análisis de un título tan completo como este es difícil elegir uno solo que pueda ser considerado como el mejor acierto. Sin embargo, quizá el punto más alto de todas las innovaciones realizadas en este nuevo título de la saga es la inclusión de Atreus a la aventura. El simple hecho de ver a Kratos controlar su tan vehemente y característica forma de ser para enseñarle alguna lección a su hijo nos transmite emociones completamente inéditas que le dan un salto de calidad al ámbito emocional de este título en comparación a sus predecesores.
El equipo de Cory Barlog logró ingeniárselas para introducir este magnífico personaje y hacer que esta particular relación padre-hijo se convirtiera en el eje central de la trama, presentándonos una conexión familiar que se va profundizando paso a paso a medida que se va avanzando en la historia.
Sin duda, una apuesta bastante arriesgada por parte de las desarrolladores la de apartar un poco esa impetuosa agresividad que tanta popularidad hizo que ganara este personaje a nivel mundial. Sin embargo, ha quedado de manifiesto que tal decisión ha sido de las más acertadas y es lo que le ha permitido a este nuevo God of War proporcionar una experiencia de juego única, capaz de cautivar desde los más acérrimos aficionados a la saga hasta los nuevos jugadores que han controlado por primera vez a Kratos a través de este juego.
Atreus en ningún momento termina estorbando o volviéndose molesto
Asimismo, Atreus no es un personaje que carezca de luz propia, por el contrario, su personalidad será capaz de conectar con los jugadores desde el primer momento que se inicie la aventura, sobre todo por el contraste que existe entre el carácter de este pequeño y el de su padre, lo cual los someterá a distintos conflictos y situaciones que deberán subsanar a lo largo de su viaje.
Por otro lado, cuando se piensa en la inclusión de un acompañante del personaje principal de un título single-player, los desarrolladores se enfrentan a un muy difícil desafío, hacer que dicho personaje sea realmente útil para el protagonista.
En este sentido, hay que destacar el excelente trabajo hecho por el equipo de desarrollo para adaptar a Atreus en la jugabilidad del título, de la que no solo será pieza fundamental, sino que en ningún momento termina estorbando o volviéndose molesto como suele suceder en muchísimos juegos en los que el personaje principal cuenta con un compañero.
Del mismo modo, los controles ideados para utilizar al hijo de Kratos en batalla son bastante intuitivos y sencillos de utilizar, por lo que nunca terminarás ordenándole por accidente que realice una acción a destiempo ni interferirá en tu estrategia de batalla a menos que así lo decidas.
Bienvenido a Midgard
El cambio de mitología le ha dado un impacto positivo a esta entrega
Evidentemente, el gran giro de esta nueva entrega es el cambio de mitología: en lugar de la griega, esta vez la historia se centra en la mitología nórdica. ¿Quiere decir que se pierde el hilo conductor? No. Por supuesto, el juego no deja atrás las reminiscencias.
Razón por la cual se pueden apreciar varios elementos familiares. No obstante, estos han sido distribuidos de tal manera que, a pesar de que resulten familiares, se perciban como una mejora inequívoca.
Después de haber labrado su propio destino en el marco de la mitología griega, esta nueva entrega de God of War traslada la historia de Kratos hacia la nutrida mitología nórdica, característica por sus montañosos y muy fríos paisajes por los que se desplazará el fantasma de Esparta a lo largo de esta aventura.
Hecho que han utilizado los desarrolladores para, por ejemplo, fomentar el espíritu de exploración de los jugadores, que aunque debe ser utilizado de forma lineal en este mundo semiabierto, no deja de ser interesante y divertido una vez que le encuentras la respectiva utilidad a los objetos que vayas encontrando.
Por otro lado, la forma en la que es presentada esta nueva mitología ha sido elaborada minuciosamente para mantenerte entretenido en todo momento, aumentando cada vez más la expectativa tras cada descubrimiento y aprovechando toda la riqueza narrativa y de personajes que puede tener este nuevo universo incluido en la serie.
El juego garantiza una experiencia de unas 20 a 25 horas aproximadamente
A medida que el juego avanza, queda claro que esta propuesta es un bien merecido heredero del legado de la saga. Y esto le permite al jugador constatar que sí existe una continuidad, aunque no de una forma obvia ni precisamente predecible, lo que hace aún más interesante la experiencia de juego.
En cuanto a las sorpresas, hay muchas. La trama posee giros en el arco histórico que serán capaces de dejar a más de uno con la boca abierta, representados a través de cinemáticas realmente inmersivas que por momentos te harán olvidar que estás jugando a un videojuego y te harán pensar que estás viendo el más reciente filme de ficción en la primera fila de butacas de una sala de cine.
Con respecto al tiempo que toma terminar la historia principal del juego, debemos destacar que es lo suficientemente largo como para representar una historia de los quilates de este título, pero a la vez no tan extensa como para llegar a aburrir mientras se intenta completarla.
Otro acierto más de la compañía que ha equilibrado de forma perfecta las cinemáticas y el gameplay del título para confeccionar una experiencia de juego de unas 20 a 25 horas aproximadamente.
Por otro lado, también se pueden realizar misiones secundarias que resultan realmente útiles a la larga, por lo que vale la pena no dejarlas pasar con el fin de inclinar la balanza más a nuestro favor a la hora de combatir. Asimismo, completar al juego al 100% supone de otras 8 o 10 horas más de juego que sumadas a las 20 que te puedes tomar en pasar la historia, dan un total de 30 horas aproximadas para completar el título en su totalidad.
Una auténtica obra maestra artística en el plano audiovisual
El apartado técnico y visual tiene una gran importancia en las grandes producciones de videojuegos, de ellas se espera que aprovechen al máximo las capacidades de hardware de las consolas en las que se podrán jugar. En este aspecto, God of War no estuvo ni cerca de decepcionar, por el contrario, ha presentado unos entornos visualmente espectaculares con el más preciso nivel de detalle que se puede esperar de un título de tal magnitud.
Dicho resultado ha sido fruto del incesante trabajo del equipo de diseño del título, que incluso se trasladó al frío clima de Islandia para constatar de primera mano el característico aspecto de los paisajes montañosos, la vegetación, viviendas, cuevas y un sinfín de elementos más con el fin de representarlos en el juego de la forma más apegada posible a la realidad.
A nivel visual, God of War ha sabido cuidar muy bien la estética. Los primeros planos están muy bien detallados y esto también contribuye a percibir las escenas narrativas con mayor interés. Por esta razón el jugador no se pierde en el fondo, sino que mantiene su objetivo: prestar atención para avanzar exitosamente a través de la historia.
En el apartado técnico, cabe mencionar que la calidad de los gráficos es excelente, desde el color, los modelados, hasta la textura, aprovechando cabalmente todas las ventajas y nuevas posibilidades ofrecidas por la cultura nórdica.
El muy elaborado trabajo le ha permitido al equipo materializar la nitidez de los primeros planos, los cuales ayudan considerablemente a comunicar la historia al jugador que, dicho sea de paso, no posee ni una sola pantalla de carga que corte las animaciones y disminuya el carácter sumamente inmersivo del título.
Otro enorme acierto de SCE Santa Monica ha sido la encomienda del apartado musical al célebre compositor estadounidense Bear McCreary, quien se encargó de confeccionar una banda sonora simplemente majestuosa que mezcló los elementos sonoros de las anteriores entregas de God of War y los mezcló de forma sublime con la organología característica de la mitología nórdica.
Con un sonido de plantilla orquestal grabado completamente en vivo, la banda sonora le añade al título ese toque épico que tanto necesitan las aventuras de este tipo, sin dejar de lado también el excelente trabajo realizado en las melodías utilizadas en los momentos dramáticos del arco histórico.
Sin duda, las voces grabadas en lenguaje nórdico antiguo le otorgan a los jugadores una muestra de la esencia de esta rica mitología, sonido que al mismo tiempo permite que la atmósfera sonora del título vaya acorde al espléndido apartado gráfico.
Sony Santa Monica ha creado una obra de arte
Por otra parte, el doblaje a castellano de los actores ha sido muy bien cuidado, y esto es algo que se evidencia desde los primeros minutos del juego, aunque debo decir que en más de una ocasión extrañé al antiguo actor que dobló la voz de Kratos en las entregas anteriores. Sin embargo, se le agradece a Sony por brindarnos un título plenamente localizado para nuestra región.
Al final el jugador puede sentir que se ha conseguido realizar una gran hazaña. La victoria es tan suya como de Kratos. ¿Y cómo es que se obtiene tal sensación de satisfacción y logro? A través del crecimiento humano del personaje principal, Kratos, que le permite dar un salto de calidad no solo a este título, sino a toda la franquicia en general. Sin duda alguna, Sony Santa Monica ha creado una obra de arte que marcará pauta en el futuro de los títulos single-player de la industria.
No queda más que añadir salvo, como dirían los vikingos, Skål por God of War! El Valhalla espera.
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