Análisis – Fist of the North Star: Lost Paradise

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Analizamos la nueva adaptación del manganime del maestro Tetsuo Hara al mundo de los videojuegos.
Por Sergio Alarcón 12 octubre, 2018

SEGA ha decidido adaptar la obra de Tetsuo Hara, Hokuto no Ken (Fist of the North Star en Occidente) otorgándole la base de la jugabilidad de la saga Yakuza, que tan bien le ha funcionado, para crear algo más que un simple Hack and Slash que hará las delicias de los fans más acérrimos de la franquicia.

En busca de nuestra amada

Fist of the North Star: Lost Paradise presenta una trama básica y directamente enfocada a la acción: Nuestro protagonista, Tenshiro, un maestro del antiguo arte marcial Hokuto Shinken (con el que es capaz de alterar los puntos de presión de sus enemigos para destrozar su cuerpo) va en busca de su prometida, Yuria, quien le fue arrebatada tras perder un combate con otro maestro de artes marciales.

La historia está ambientada en un mundo postapocalíptico que, tras una guerra nuclear, ha quedado reducido a un yermo desierto en el que impera la ley del más fuerte, y los bandidos y maleantes se dedican a extorsionar y asesinar a los más desfavorecidos. Tras escuchar que su amada puede estar en una ciudad-refugio llamada Edén, Tenshiro pone rumbo hacia allí impartiendo justicia a su paso.

Tanto en Edén como en el resto del Yermo (llamamos así al mundo en el que se desarrolla la historia) interactuaremos con distintos personajes, algunos de ellos de lo más raros y extravagantes, que o bien nos ayudarán en nuestra odisea o bien no cesarán en su empeño de interponerse en nuestro camino.

Puñetazos, patadas y… ¿cócteles?

Siguiendo la estela de la saga Yakuza, SEGA ha querido implementar la mezcla de géneros que caracteriza a la historia de Kiryu con la ambientación de Fist of the North Star, de manera que el juego se divide en varias situaciones.

Por un lado, y siendo la parte más importante, están los combates. Tenshiro es un maestro del Hokuto Shinken, y eso se ve reflejado en la manera de combatir contra nuestros enemigos.

Tenemos la posibilidad de golpear a nuestros rivales con dos botones distintos mientras que esquivamos o bloqueamos los ataques rivales, vigilando siempre nuestra barra de salud. Tras finalizar cada combate obtendremos una puntuación, desde la D hasta la S+, basada en nuestra maestría a la hora de combatir.

A pesar de todas estas posibilidades, a veces los controles son un poco inexactos y no permiten esquivar o bloquear ataques en el momento exacto, de manera que hay que medir los tiempos con quizás excesiva precisión.

Así pues, debemos encadenar combos de golpes para noquear, cegar y desestabilizar a los rivales para poder asestarles el golpe final con una técnica definitiva de este mortal estilo de combate. Estas técnicas son muy espectaculares y dependiendo de la posición en la que ejecutemos el comando de acción, Tenshiro utilizará distintas de estas ejecuciones.

Las técnicas son tan espectaculares como extravagantes

Además, al utilizar varias de estas técnicas llenaremos el medidor de las 7 Estrellas de la Muerte, obteniendo la posibilidad de entrar en una suerte de Rage Mode en el que Tenshiro se vuelve mucho más poderoso y sus técnicas finales cambian, ganando un pico de poder que puede ser crucial en los combates contra los enemigos más duros.

Siguiendo un estilo RPG, Tenshiro irá subiendo de nivel conforme completemos misiones o derrotemos a enemigos. Al subir de nivel o completar diferentes objetivos obtendremos Orbes, distribuidos en cuatro ramas, con las que mejorar las habilidades del maestro del Hokuto Shinken, pudiendo obtener nuevas técnicas de este arte marcial, mejoras de ataque y salud o modificaciones del Rage Mode.

Además de distintas vestimentas con las que modificar los atributos de Tenshiro, podemos crear Talismanes del Destino, unos objetos que desbloquearemos a medida que nos relacionemos con los demás personajes y que podremos utilizar tanto en los combates como fuera de ellos para mejorar ciertas estadísticas, como el ratio de objetos que encontramos en el Yermo o el daño que infligimos con nuestros ataques en un periodo de tiempo.

Lamentablemente tras varios combates notaremos que tanto los combos de golpes como las técnicas finales se vuelven repetitivas y en pocas horas veremos todo el repertorio de “finishers” que Tenshiro tiene que ofrecernos.

Por otro lado, mientras no estemos entablando un combate, podemos movernos libremente por el mapeado a modo de “sandbox”, teniendo la posibilidad de interactuar con el resto de los pobladores del entorno, quienes a su vez nos darán algún que otro recado para poder obtener dinero.

Estos favores pueden ir desde acompañar a alguien al mercado hasta abatir a un grupo de malhechores en nombre de la policía para cobrar una recompensa. Habiendo algo de variedad, muchas de estas misiones son insulsas y tan solo sirven para obtener dinero u objetos, siendo totalmente opcionales.

Además, algunos NPCs nos ofrecerán trabajos de lo más variopintos en forma de divertidos minijuegos, como utilizar nuestras habilidades marciales para preparar todo tipo de cócteles e incluso batear enemigos motorizados con una viga en un gran campo de béisbol postapocalíptico. Juegos made in Japan que buscan dar un guiño gracioso y rellenar el entorno en el que nos movemos.

Y por último, a las pocas horas de comenzar la aventura de Tenshiro, tendremos acceso a un coche con el que podemos salir al exterior del Edén y recorrer el territorio del Yermo a “placer”, y pongo las comillas porque siempre dependeremos del combustible que tengamos en el depósito.

Al movernos por el Yermo podemos ir recogiendo distintos componentes que luego podemos utilizar para comprar nuevo equipamiento para el vehículo, ropajes para Tenshiro o comida para restablecer nuestra salud en los combates.

Por supuesto, no estamos solos en esta tierra, y los bandidos podrán emboscarnos en la carretera forzándonos a abandonar el vehículo y a luchar contra ellos.

Repartidas por el Yermo hay distintas gasolineras en las que podremos recargar el combustible, guardar, o realizar un viaje rápido entre ellas, ya que este entorno está muy poco aprovechado y resulta bastante tedioso viajar de localización en localización de manera “tradicional”.

Además, si durante un viaje por el Yermo a un lugar en concreto completamos una submisión, seremos transportados de nuevo a Edén, de manera que tocara volver a recorrer el camino en coche hacia nuestro destino.

Un estilo peculiar pero algo anticuado

Fist of the North Star: Lost Paradise utiliza el estilo visual del cell shading para adaptar el manganime al mundo de los videojuegos, de manera que Tenshiro y compañía han sido recreados de manera fiel a lo que podemos ver en otros formatos de la franquicia.

Este título utiliza el motor gráfico de los antiguos Yakuza, de manera que no consigue adaptarse del todo a los juegos de última generación, y aunque no busque ser un referente en cuanto a fotorrealismo se refiere, grandes entornos como el Yermo o las propias texturas de la ciudad achacan esta “antigüedad” tecnológica.

Por otro lado, el diseño de los enemigos, exceptuando los bosses finales o personajes emblemáticos de la saga es muy poco variado, de manera que tan solo tenemos dos o tres modelos distintos de enemigos normales, y algún que otro enemigo gigante o especial.

Lo mismo ocurre con los NPC´s que pueblan las ciudades y los campamentos, repitiendo modelos con simples cambios en el color de la ropa. Son detalles que aunque no restan a la trama o a la jugabilidad, aportan negativamente al título, ya que en otros juegos del mismo género podemos ver una variedad mayor en este aspecto.

Los enemigos son idénticos estemos donde estemos y entre ellos apenas varían en diseño

En los combates es donde más brilla este título, ya que las técnicas especiales tanto de Tenshiro como de los personajes a los que nos enfrentemos son cuanto menos espectaculares, desarrollándose con varios QTE a modo de interacción en las cinemáticas.

Un punto muy logrado de Fist of the North Star: Lost Paradise es su apartado sonoro, con un buen doblaje al inglés pero un excelente doblaje al japones (os recomiendo mucho jugar con las voces en este idioma), aunque por desgracia no podemos subtitularlo en castellano.

Además de la música rock de los combates o la música ambiente de la ciudad y sus locales, el título ofrece un pequeño guiño a los amantes de las franquicias de SEGA en la radio del coche, en la que podemos elegir alguna de las canciones de la banda sonora de Super Monkey Ball o Binary Domain.

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Jugabilidad: 8
Gráficos: 7.5
Sonido: 8
Satisfacción: 7.5

Análisis

Fist of the North Star: Lost Paradise busca contentar a los fans de la franquicia a la vez que presenta un Hack and Slash combinado con otros géneros, consiguiendo un título diferente que, lejos de convertirse en un referente, ofrece varias horas de diversión desenfadada mientras los jugadores descubren el desenlace de la historia de Tenshiro.