Desde que Far Cry 3 aterrizó en 2012 en nuestras consolas con su consiguiente éxito de ventas y su increíble mundo abierto centralizado en un carismático villano, Ubisoft ha apostado fuertemente por mantener este modelo para todas las futuras entregas de la saga, así Far Cry 4 y Far Cry 5 (con sus “mundos alternativos” en Primal y New Dawn) han repetido esta fórmula hasta la saciedad, ofreciendo una cantidad ingente de contenido en cada una de las aventuras sin apenas cambios en su desarrollo.
Desde sus primeros tráilers, Far Cry 6 parece prometer “más Far Cry” sin mojarse demasiado en buscar nuevas ideas para la saga más allá de aumentar la escala de todos sus componentes y hacer gala de la potencia de la nueva generación de consolas.
¿Es Far Cry 6 el culmen de la saga o en cambio se empieza a notar la falta de gasolina en el depósito? Dentro análisis.
La dictadura de Yara
Si hay un pilar fundamental en la “fórmula Far Cry” es sin duda el villano. Este personaje siempre se ha caracterizado por estar bien construido, con unos ideales y un modus operandi que pongan en jaque al jugador/a tanto a nivel jugable como sentimental, y Antón Castillo no se queda atrás respecto a los antagonistas de anteriores entregas.
Este dictador ha sometido a la isla de Yara bajo su control gracias a la fuerza militar del país, utilizando a sus ciudadanos para nutrir sus ejércitos o trabajar en plantaciones clave para producir una medicina con la que hacer crecer al país a nivel internacional.
Nosotros/as nos ponemos en la piel de Dani (chico o chica según nuestra elección), quien por circunstancias de la vida acaba convirtiéndose en una guerrillera de Libertad, un grupo de rebeldes que luchan contra la dictadura de Castillo. Junto a ellos debemos liberar las cuatro grandes regiones en las que Yara se encuentra dividida mientras buscamos aliados y derrotamos a los lugartenientes de Castillo para finalmente poder poner en jaque a la capital del país.
Como podéis leer, el argumento de Far Cry 6 es muy similar a las anteriores entregas principales, así como su ejecución, ya que para conseguir nuestros objetivos deberemos cumplir una serie de misiones principales basadas en disminuir la influencia del enemigo en los distintos territorios, ya sea conquistando campamentos, destruyendo antenas de comunicación o infiltrándonos en bases hostiles para conseguir información.
Pese a que visto así pueda parecer todo aburrido y continuista, la isla de Yara es un auténtico paraíso, tanto a nivel de flora y fauna como a nivel de exploración por nuestra parte. Gracias al aumento de la escala del mapeado, disponemos de cientos de kilómetros repletos de secretos que descubrir y eventos menores que realizar, como emboscadas a grupos enemigos o misiones para los ciudadanos del lugar.
Esta exploración se ve acentuada gracias a la gran cantidad de vehículos que podemos utilizar, desde coches a quads, helicópteros, barcos e incluso tanques con los que causar el caos a nuestro paso. Además, gracias a la introducción de la pesca y de la vuelta de la caza para conseguir materiales la “diversión cinegética” está garantizada.
Guerra de guerrillas
Como guerrillera, Dani debe hacer uso de todo cuanto esté a su disposición para sobrevivir a cada intento de mermar las fuerzas de Antón Castillo. Para ello, en Far Cry 6 se ha implementado un sistema de mejora de las armas acorde a la situación, pudiendo añadir diferentes accesorios al armamento que adquiramos conforme subamos de nivel y reunamos diferentes materiales como chatarra, plásticos o vidrio. De esta manera es posible crear diferentes versiones de un arma en función del objetivo a abordar aumentando la versatilidad de nuestro equipo.
El otro gran añadido en este apartado es el uso de los Supremos, una suerte de mochila a la que podemos añadir diferentes armas dependientes de uranio con las que devastar al enemigo, tales como misiles dirigidos, explosiones ígneas o bombas de veneno. Su uso conlleva un tiempo de carga considerable, por lo que es esencial saber cuándo utilizarlo y tornar la situación a nuestro favor.
Al igual que en otros Far Cry, en Yara disfrutaremos de la compañía de animales adiestrados para facilitarnos las cosas en el campo de batalla. Así pues, gracias al apoyo de Chorizo o a las distracciones de Chicharrón dispondremos de algo de ventaja en los enfrentamientos.
El punto negativo que se repite con asiduidad en todas las entregas de la saga y que se ve acentuado en esta es sin duda la IA, tanto de los NPCs aliados como de los enemigos. Ubisoft no ha conseguido mejorar este apartado en los últimos años y esto se ve achacado en situaciones realmente absurdas, como hostiles suicidas que cargan contra nosotros sin utilizar coberturas, aliados que dejan de disparar con enemigos delante u objetivos que estropean una misión porque quedan “enganchados” en paredes, puertas o grupos de personas, lo que en ocasiones llega a disminuir mucho de la sensación de inmersión que quiere ofrecer el juego.
También hay varios fallos en el control, como a la hora de encaramarse a tejados o lugares elevados, que fallan de manera inexplicable y llegan a frustrar en más de una ocasión, limitando la movilidad de Dani por Yara, lo que choca contra la libertad que el juego quiere transmitir. Esto se ve «paliado» con mecánicas jugables como el deslizamiento por laderas o el uso del paracaídas o el traje aéreo, lo que convierte la aventura en un juego de luces y sombras en lo que a movimiento se refiere.
La belleza del paraíso caribeño
Como ya he comentado antes, la isla de Yara y sus diferentes regiones son una auténtica delicia tanto para la vista como para el oído artísticamente hablando. Como viene a ser habitual en los juegos de Ubisoft, pese a la hostil situación que vive la isla, sus ciudades desprenden una vitalidad que, si bien en la mayoría de las ocasiones no nos permite interactuar y ser parte de ella, hace un esfuerzo por hacernos sentir en casa y reforzar nuestras ganas de luchar por ella. Los NPCs principales que conocemos durante la aventura están bastante bien construidos y nos sacarán más de una sonrisa a pesar de las circunstancias.
El juego se mueve en PlayStation 5 a 60 frames por segundo muy sólidos, lo que añade una gran sensación de fluidez a los paisajes tropicales de Yara y consigue crear unos combates más realistas, con un gunplay más que decente pese a que el feedback del DualSense no está tan explotado como en otros títulos similares.
Estas sensaciones se ven reforzadas por el apartado sonoro, en especial por sus efectos durante los tiroteos o el excelente doblaje al español latino, además de contar con un buen repertorio de canciones para amenizar nuestros viajes por la isla.
Como principal funcionalidad online tenemos las Operaciones Especiales, en las que debemos realizar una serie de objetivos junto a uno o varios compañeros, como encontrar y transportar una bomba o salvar a diferentes rehenes sin ser localizados a cambio de diferentes recompensas.
En definitiva, Far Cry 6 es «más Far Cry», lo que no significa que sea mejor, ya que la fórmula es prácticamente idéntica a la de las anteriores entregas. Por ello, este título es ideal si buscáis una aventura similar a las previas, pero quizás os decepcione en caso de querer un salto hacia delante por parte de la saga.
Este análisis ha sido realizado en una PlayStation 5 gracias a una copia de prensa facilitada por Ubisoft España.