Análisis Far Cry 4 (PS4)

Manuel Gimeno · 29 diciembre, 2018
La cuarta entrega de la saga aterriza para convertirse en uno de los mejores juegos del tramo final del presente año

Pese a que muchas de las miradas de los aficionados a los videojuegos estaban fijas en Assassin’s Creed Unity, Ubisoft no iba a dejar solo a su producto estrella para asaltar las navidades de este año. Y no estamos hablando de Assassin’s Creed Rogue, ni tan siquiera de The Crew, no. Hablamos de una franquicia que se puso a primera línea de fuego en esto del ocio digital con su tercera entrega a finales del año 2012, y que ahora llega de nuevo con toda la fuerza de sus mejores activos y con la seguridad de sumar más elementos a toda una base férrea y totalmente estable. Hablamos, como no puede ser de otra manera, de Far Cry 4.

Y no solemos empezar nuestros análisis con un mensaje tan positivo a no ser que tengamos un motivo realmente bueno para hacerlo, pero es que Far Cry 4 se ha destapado como uno de los mejores juegos de este último tramo final de este año, y es algo que notamos apenas pusimos nuestras manos sobre el juego. Ya en París hace escasas semanas nos hicimos una idea bastante precisa de lo que nos depararía el nuevo trabajo de Ubisoft Montreal en esta franquicia, pero con la versión final y todos los pequeños detalles pulidos y emitiendo brillo, las sensaciones no han podido ser más positivas.

Ubisoft ha sabido ver y reconocer todo aquello que funcionó a la perfección en Far Cry 3, y justo esa es la fórmula desde la cual nace Far Cry 4. Si algo funciona para qué tocarlo, ¿no? Debieron pensar en el seno de la compañía gala. Y la verdad es que la decisión es más que acertada, pues ya adelantamos que, al contrario de lo que puede ocurrir en proyectos que nacen de principios similares, Far Cry 4 no pierde ni un ápice de diversión al apostar por la continuidad como fórmula de éxito.

Y pese a todo hay cambios, por supuesto. El primero de ellos tiene que ver con la historia, algo que siempre se ha mantenido independiente en cada entrega. En esta ocasión no somos un simple turista que se ve atrapado entre las fauces de una cruenta lucha entre facciones, sino que nuestro protagonista, Ajay Ghale, retorna a su país natal como descendiente de una de las familias que más luchó por su país. Sin embargo, ajeno a todo esto y habiendo vivido la mayor parte de su vida en la comodidad y seguridad que le otorgaba Estados Unidos, el último deseo de su madre de dejar descansar sus cenizas en Kyrat le llevará a seguir los pasos que sus progenitores dieron hace ya muchos años.

Kyrat es diferente a Rook Islands en muchos sentidos, y es algo que notaremos casi inmediatamente. El conflicto armado se torna esta vez en una guerra civil, pero que además alcanza una mayor complejidad al haber luchas internas incluso entre la resistencia al poder dictatorial de Pagan Min. La Senda Dorada, que nace como oposición a este peculiar y estrambótico villano, duda entre dos vías extremadamente diferentes sobre cómo encarar el conflicto. Y es que por un lado encontraremos a Amita, que trata de llevar a cabo una dirección de los rebeldes mucho más agresiva y estratégica, aceptando para ello sacrificios menores en pos de un bien mayor y común; pero por otro lado estará Sabal, que aunque sus métodos puedan parecer mucho menos efectivos que los de Amita en esta guerra abierta, respeta la tradición del pueblo y sobre todo vela por la vida de cada uno de sus miembros.

Este componente argumental que además de gustarnos, ha aportado una visión diferente al desarrollo que se nos tenía acostumbrados en la franquicia, se convierte en una de las principales novedades de Far Cry 4, pues nos permite elegir dos caminos distintos acerca de cómo llevar a cabo nuestra lucha contra Pagan Min. Este hecho, por supuesto, provoca que existan misiones diferentes dependiendo si en cada momento optamos por Amita o por Sabal, encontrándonos un desarrollo de la historia que puede variar dependiendo de lo que hagamos en cada momento, y ofreciendo así la posibilidad de disfrutar de hasta cinco finales diferentes en esta historia.

Pero no nos olvidemos de Pagan Min, uno de los personajes más importantes del juego y que tiene como misión igualar al menos el resultado que consiguió Ubisoft Montreal con Vaas en Far Cry 3. Ciertamente, si algo destacaba del argumento de aquel juego era la personalidad tan maquiavélica que exhibía aquel villano de manera magistral, y sin duda es algo que se ha tratado de intentar repetir con Pagan Min. El resultado es algo menos impactante, obviamente, pues tampoco sería lógico esperar lo mismo y repetir así la misma historia. El dictador no está a lo mejor a la altura de las apariciones de Vaas, pero todo aquello que envuelve a su figura y ensalza su poder absoluto se encuentra extremadamente cuidado.

[break=Página 2]Hablamos, está claro, de la propaganda. Far Cry 4 muestra un ambiente total de opresión por parte del régimen y de propaganda en torno al mismo. Las torres de radio que liberamos emiten consignas repetidas hasta la saciedad, el coche las replica e incluso algún coleccionable está enfocado a esta ambientación. Con todo esto, se logra un entorno muy diferente al que conseguía con Far Cry 3, y que llega a ser de una lucha por la libertad de un pueblo ante un líder que nunca ha tenido la cabeza sobre los hombros. Y justo eso es lo divertido.

Aunque Kyrat no es solamente su historia, sino también todos los elementos geográficos que la conforman. Con Far Cry 4 hemos ganado en verticalidad, y eso cambia completamente el desplazamiento que Ajay hace alrededor de todo este ficticio país situado entre las montañas del Himalaya. Ya no será tan sencillo coger un coche e irnos a lo loco campo a través. Las montañas nos obligan a planear el recorrido rodeándolas en muchas ocasiones, y escalando por su ladera cuando es necesario. Para ello, contamos con un gancho para realizar esta subida vertical; y viene en relación también con el autogiro, uno de los nuevos vehículos que nos permitirá sobrevolar todo el terreno y que contará en cambio con un límite de altitud para que no podamos superar esta norma básica en la geografía del país.

Con todo esto, el agua pasa a un segundo plano desde lo visto en Rook Islands, aunque seguirá teniendo su protagonismo en ciertas ocasiones, sobre todo en localizaciones ocultas o en rutas alternativas para encarar una misión de una manera o de otra. Pero será ahora el transporte en ala delta, el traje aéreo, el autogiro, los quads o los coches los que tengan prioridad por encima de las barcas y las lanchas, obviamente. Y ocurre algo bueno con todo esto, y es que en una gran mayoría de veces optaremos por usar todos estos transportes en lugar del viaje rápido, básicamente, porque es divertido hacerlo.

En la progresión de nuestra aventura y en el mismo descubrimiento del mapa, deberemos liberar los campanarios ocupados por las estaciones de radio de Pagan Min para dispersar la niebla que oculta lo que hay en el terreno. Pero además, los puestos enemigos serán los lugares que deberemos conquistar para ir ganando poco a poco terreno al dictador, consiguiendo que la Senda Dorada tenga una presencia mucho más imponente en Kyrat y también descubramos todavía muchas tareas por hacer. Sin olvidarnos de los fuertes, claro, lugares ocupados por el ejército de una manera todavía más agresiva y que supondrán uno de los mayores retos del juego con diferencia.

Y aquí es donde entran en juego las misiones principales, las secundarias y los coleccionables. Far Cry 4 está repleto de cosas por hacer, y todas ellas extremadamente divertidas. Las misiones principales nos llevarán ante las situaciones más variadas posibles, con un trasfondo entendible relacionado con el argumento, y con momentos muy álgidos para todo el planteamiento expuesto. La armonía en este sentido es muy alta, y que unida al apartado artístico, tanto visual como sonoro, se nos garantiza una experiencia totalmente gratificante.

Lo mejor de todo es que dentro de cada una de estas misiones, la posibilidad de abordarlas como mejor nos parezca será algo inherente totalmente al juego, y mucho tiene que ver ahí la cantidad de armas y las habilidades disponibles. Como viene siendo habitual, podremos optar o por el sigilo o por la acción más loca para llevar a cabo nuestro cometido, teniendo armas a las que podemos acoplarles silenciador, arcos extremadamente sigilosos y discretos o auténticos pepinos dispuestos a reventar hasta el último puesto enemigo. ¡Incluso podemos llevar en las manos el arma más impresionante y escandalosa mientras irrumpimos ante nuestros enemigos a lomos de un elefante!

Por ello, deprendiendo de cómo sea nuestro estilo y de lo fuerte que queramos llegar a ser, Far Cry 4 pone ante nosotros dos árboles de habilidades que reciben el nombre del Tigre y del Elefante. El primer árbol va enfocado a mejorar todo aquello que esté relacionado directamente con el enfrentamiento contra los enemigos, ya sea mediante sigilo o la acción; el segundo trata de mejoras más enfocadas a la curación o a la elaboración de recursos, siendo seguramente la parte menos espectacular, pero también más necesaria para contar siempre con una salud de hierro.

Y como todo en esta vida tiene su por qué, estas habilidades beberán directamente del acopio de experiencia que hayamos realizado hasta el momento, y es aquí donde entran de lleno en acción las misiones secundarias y los coleccionables. Con la realización de todas estas actividades conseguiremos más y más experiencia que se convertirá en puntos de habilidad que distribuiremos convenientemente en aquello que más nos interese. Y, por supuesto, también conseguiremos todo el dinero necesario para gastarlo luego en la amplia personalización de armas y equipo con el que de nuevo vuelve a contar la saga.

Estas misiones alternativas a la historia irán desde rescate de suministros, hasta carreras trepidantes por el escenario, pasando por asesinatos, protección de puestos, intervención de camiones… De hecho, dispondremos de eventos aleatorios incluso con los que, al ayudar a la gente el lugar, se nos otorgarán puntos de kharma con los que luego llamar a refuerzos de la Senda Dorada cuando nos veamos en apuros. Toda una variedad enorme que nos asegurará todas las horas que queramos echarle al juego. Algo de lo que no muchos títulos pueden presumir y que colocan a Far Cry 4 muy por delante si fuéramos capaces de crear un ratio que midiera la proporción de diversión con respecto a todas las tareas que hay por hacer.

[break=Página 3]Y entre ellas, no podemos olvidar ni por un momento la importancia que tiene la caza de nuevo en el juego. Además de ser otro conjunto de misiones secundarias, su objetivo será el de ser la herramienta perfecta para mejorar nuestro equipo de forma divertida, variedad y, sobre todo, sin que el dinero intervenga directamente en la ecuación. Lo interesante de todo esto es ir encontrando a los animales que necesitamos alrededor del mapa para así poder ampliar nuestro equipo y tener las cosas más fáciles con los retos más difíciles. Evidentemente, no obviamos que estamos hablando de matar animales para conseguir, por ejemplo, una cartera mejor, algo que desde nuestro punto de vista puede ser algo sádico; pero no negaremos que la dificultad que supone y la progresión paulatina que plantea a la evolución del personaje es totalmente excelente.

Y si todo esto lo consideramos divertido, jugar al lado de un amigo lo es todavía más. En las dos ocasiones que tuvimos la oportunidad de jugar a Far Cry 4 con compañeros de otros medios nos lo pasamos en grande. Si entendemos que Far Cry 4 es una amalgama de situaciones locas y que provocan la risa y el interés constante por parte del jugador, todo puede llevarse a la enésima potencia si se comparte. La risa está garantizada de esta manera, y es una acierto completo que la faceta cooperativa de la saga se haya enmarcado ahora justamente en el mismo mapa en el que transcurre la campaña para un solo jugador.

Eso sí, no contaremos con las misiones de la historia para hacerlas junto a otra persona, pero sí todo lo demás, y eso es algo muy a tener en cuenta. Far Cry 4 es posible que sea uno de los mejores productos para jugar en cooperativo, acercándose un poco a juegos enfocados a esta finalidad, tales como Destiny o la saga Borderlands. Evidentemente, estos títulos ofrecen muchas más posibilidades para dos o más jugadores, pero hablando en términos exclusivamente de diversión, Far Cry 4 no tiene demasiado que envidiar.

Por último, nos encontramos con un modo competitivo bastante original, aunque se nota que no es uno de los pilares fundamentales sobre los que se apoya el juego. En estos duelos dos equipos de hasta cinco jugadores por escuadra lucharán por la posesión de una determinada zona durante un tiempo, por el control de varias durante la partida o por la captura de algún objeto, similar a modos que podemos encontrar en otros juegos. Lo original de la propuesta viene justamente de que cada equipo contará con herramientas diferentes para luchar contra el otro. Por un lado, encontraremos a los soldados que irán cargados con todo el arsenal posible de armas de fuego, teniendo a su disposición vehículos con los que acceder de un lugar a otro e imponer su presencia contra los demás. Por otro, encontramos a los cazadores, sigilosos, con la habilidad de volverse invisible y con un gran poder ofensivo gracias a la efectividad de las flechas.

En general, nos agradó la propuesta, aunque la escasez de modos de juego y la importancia que tiene el cooperativo puede hacer que no goce de demasiado éxito. Sin embargo, desde aquí recomendamos a los usuarios a adentrarse en ella para ver, al menos, como sí es posible proponer alternativas a lo habitual en esto de los juegos de disparos en primera persona saliéndose un poco de los establecido.

En cuanto al apartado técnico, con Far Cry 4 no podemos hablar de que se sitúe a niveles de calidad como los que hemos podido ver en juegos como inFAMOUS: Second Son, pero es que no lo necesita. El juego tiene una belleza absoluta en su apartado artístico, un hecho cuya responsabilidad recae en la elección realizada del escenario, pero también en la solidez que propone un motor que ya funcionaba extremadamente bien en PlayStation 3. Ahora, vemos un salto importante en términos de texturas y resolución, pero respetando la misma base existente. De esta manera disponemos de todo un entramada técnico tan estable.

Además, nos ha sorprendido de nuevo gratamente como el doblaje al castellano vuelve a ser magnífico, de la misma manera que lo fue ya en su día con Far Cry 3. Las voces de los personajes principales están totalmente sincronizadas y cuadran acertadamente con el tono de voz que se le puede presuponer a cada individuo y a la actitud que muestra en cada momento. Además, el sello musical a cargo de Cliff Martinez, ex batería de los Red Hot Chili Peppers, es algo que no pasará desapercibido fácilmente.

Con todo esto, podemos concluir sin miedo a equivocarnos que Far Cry 4 es uno de los mejores juegos de esta parte final del año 2014. Repitiendo una fórmula que funcionó en su momento, pero añadiendo más elementos que lo convierten en un juego algo superior, Ubisoft Montreal acierta enormemente al prolongar con otra entrega una diversión que empieza a ser ya seña de identidad de la saga.

Y es que al final, por encima de la calidad gráfica o los niveles de producción, lo que prima en un juego es que se muestre divertido sin excusas delante del jugador. Seguramente muchos hablarán de que esta entrega es continuista o que no arriesga demasiado técnicamente. Pero es que tampoco lo necesita, pues tiene argumentos suficientes para entretener a todo jugador durante horas y, además, ahora en compañía gracias al gran acierto que supone la integración del modo cooperativo dentro de la campaña individual de cada usuario.

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