Análisis Evolve

Antonio López · 29 diciembre, 2018
Lo nuevo de Turtle Rock busca ofrecer algo diferente dentro del género shooter

Turtle Rock Studios, responsables del Left 4 Dead original, ya tienen listo su nuevo proyecto, el largamente deseado Evolve. Con 2K Games como distribuidora, el estudio estrena una propuesta que tiene la intención de ofrecer algo diferente dentro del manido género shooter, cuestión tan loable como compleja, que nos permite descubrir una obra a todas luces interesante, aunque con algunos peros.

La propuesta aterriza en las tiendas con cierto retraso respecto a su lanzamiento original, que estaba previsto durante el último tramo de 2014, con el objetivo de ser uno de los grandes de la campaña navideña. No obstante, sus responsables decidieron posponer el título para poder pulir aún más la propuesta y, evidentemente, para evitar deambular como un pollo sin cabeza por las estanterías de las tiendas entre lanzamientos más conocidos por el público y con más posibilidades comerciales. Tras varios días experimentando con sus personajes, mapas y modos de juego, descubrimos que Turtle Rock y 2K Games tomaron la decisión acertada, haciendo de Evolve un título que despertará odios y pasiones.

El planteamiento jugable de Evolve es de sobra conocido por todos a estas alturas, aunque nunca viene mal recordarlo. Nos encontramos ante un título que presenta dos bandos claramente diferenciados. Por un lado tenemos el grupo de los cazadores, compuesto por cuatro miembros (cinco de manera excepcional gracias a Daisy), cada uno de ellos con sus particularidades y una función muy específica dentro de la caza. El otro grupo es el del monstruo, un ser poderoso y solitario que puede evolucionar a lo largo de la contienda hasta convertirse en la máquina de matar perfecta.

Aunque el planteamiento no es del todo original, puesto que ya existen títulos de marcado carácter multijugador donde algún usuario puede tomar el control de los “malos”, Evolve lleva esa idea hasta el extremo, enfrentando a cuatro jugadores que toman el mando del grupo de cazadores contra un quinto usuario que se hace con las riendas del monstruo. Las reglas del título están claras: cazar o ser cazado. El clásico juego del gato y el ratón llevado hasta el extremo. Un planteamiento tan válido y bueno como ejecutado de manera irregular en algunos tramos de la propuesta, cuestión que intentaremos explicar más adelante en el texto.

De momento nos centraremos en los cazadores. Como sin duda ya sabréis, hay cuatro clases diferentes dentro de este grupo: asalto, apoyo, médico y trampero. Cada una presenta sus propias características, con un objetivo claro dentro del equipo, como ya hemos destacado. La misión del asalto no será otra más que la de dañar al monstruo, por lo que únicamente debe preocuparse de tener sus armas a punto para causar el mayor daño posible. La clase apoyo, por su parte, debe dar soporte al asalto para infringir aún más daño al enemigo, lanzar ataques de área o ayudar a sus compañeros en la medida de lo posible. El objetivo del médico es más que evidente: curar y mantener con vida al resto del equipo, aunque eso suponga ser el más débil, al menos en teoría. Por último encontramos la clase trampero, cuya misión es encontrar, atrapar y dañar al monstruo. Aunque el objetivo de cada componente del grupo está claro, todos los personajes presentes ofrecen sus propias características en lo que a armamento y habilidades se refiere, por lo que encontrar a nuestro cazador favorito resulta esencial.

En lo que respecta a los monstruos, y como hemos podido ver a lo largo de la campaña promocional de Evolve, descubrimos tres criaturas que, al igual que el equipo de cazadores, tienen sus propias características. Goliath se antoja una bestia ruda y fuerte que hará las delicias de los amantes a la destrucción, con ataques tan devastadores como la carga, el aliento flamígero o el pisotón. El Kraken, por su parte, posee la habilidad de volar y utiliza sus fuerzas oscuras para destrozar al grupo de cazadores, aprovechando una serie de ataques especiales donde la distancia juega un papel esencial, como ataque rayo o minas banshee. Por último encontramos al Espectro, un ser rápido y muy peligroso en las distancias cortas, capaz de hacer pedazos a un cazador con sus ataques. Aunque podría parecer el menos llamativo de los tres, resulta tan devastador como mortal, además de un verdadero incordio cuando se hace “invisible”.

Todos los cazadores y monstruos están perfectamente explicados en diversos tutoriales, algunos de los cuales podremos completar jugando durante nuestra primera partida, con otros presentes en una galería de vídeos que explican tanto las particularidades de los personajes como de los modos de juego. Esta tremenda cantidad de información resulta útil a la hora de abordar la propuesta si se desconoce por completo, pero puede llegar a saturar al jugador con tanta información.

En conjunto, Evolve ofrece de inicio cuatro cazadores y un monstruo. Para conseguir desbloquear a todos tendremos que ir mejorando las estadísticas y habilidades de los personajes y criaturas disponibles desde el principio, por lo que al final tendremos a nuestra disposición un total de 12 cazadores y tres monstruos. Aquí entran en juego los planes de Turtle Rock Studios y 2K Games de ampliar esta oferta de personajes mediante DLCs de pago, cuestión que no ha gustado a una parte de la comunidad de jugadores, aunque lo cierto es que cada personaje presenta sus propias características, por lo que no estamos hablando de cazadores o monstruos copiados. Que valgan el precio que sus responsables aseguran que vale es otra cuestión que dejaremos a la opinión de cada uno.

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Como es obvio, Evolve representa la unión de opciones cooperativas y competitivas, todas ellas distribuidas a lo largo de una serie de modos de juego que podemos disfrutar de forma individual o en una especie de campaña, bautizada como Evacuación, que las mezcla todas y que supone, quizás, la forma más interesante de descubrir el título. En conjunto, la propuesta de Turtle Rock Studios ofrece 16 mapas, cuestión que se irá ampliando en el futuro mediante escenarios gratuitos que prometen ampliar la experiencia de juego. Aunque algunos de los entornos se parecen demasiado entre sí, ofrecen zonas que benefician a cazadores o monstruos dependiendo de sus formaciones rocosas o ríos, con fauna y flora autóctona, capaz de suponer también un peligro o una ventaja. Aunque la idea de introducir diferentes elementos en los escenarios nos parece acertada, por momentos puede resultar frustrante que un sapo gigante nos devore sin darnos cuenta o que una simple flor nos atrape entre sus hojas cuando creíamos tener al enemigo a tiro. La sensación de peligro está bien conseguida, pero ocasionalmente afecta a la experiencia de juego y causa más molestia que otra cosa.

Volviendo a los modos de juego, encontramos cuatro principales: caza, nido, rescate y defensa. El primero de ellos es el más evidente. Los cazadores buscan al monstruo para aniquilarlo, mientras que la criatura se alimenta para evolucionar y, eventualmente, destrozar a los cazadores o acabar con el relé de energía, cuestión que puede reportar la victoria del monstruo sin necesidad de matar al otro equipo. Nido, por su parte, obliga a los cazadores a destruir una serie de huevos esparcidos por la zona, mientras que el monstruo los defiende, pudiendo incubar uno de ellos para crearse un aliado. Rescate presenta como objetivo la localización y posterior evacuación de un grupo de supervivientes por parte de los cazadores o la localización y extinción de los mismos por parte del monstruo. Por último, Defensa presenta una horda de monstruos comandados por uno en fase 3 que tiene como objetivo destrozar los depósitos de combustible de la zona, mientras que los cazadores buscan defenderlos. Antes de comenzar cada partida, podremos elegir una determinada habilidad (recargar más rápido, por ejemplo) y al termine seremos premiados con experiencia que nos repotará subida de nivel y una mayor destreza en las diferentes habilidades de cada clase.

Todos estos modos de juego se unen en Evacuación, una suerte de modo campaña que Evolve presenta dividido en cinco fases o días, donde gana el equipo que más victorias consiga en las diferentes rondas, como es obvio. Al pasar de una ronda a otra, según el equipo ganador, se activan una serie de ventajas que ayudan o perjudican a uno de los bandos. Esta modalidad de juego nos mantendrá ocupados durante un buen rato, con una tremenda cantidad de posibilidades generadas aleatoriamente, lo que garantiza que ninguna partida sea igual que otra. Teniendo en cuenta todo lo anterior, la sensación general es que Evolve se queda algo corto en cuanto a contenido. Si bien es cierto que 12 cazadores y tres monstruos nos ha parecido una buena cifra, los 16 mapas hacen su función aunque presentan más similitudes de la cuenta, mientras que cuatro únicos modos de juego se quedan escasos. Cuando llevamos una docena de horas sabemos perfectamente lo que nos espera y la sorpresa queda diluida con demasiada premura.

Entrando ya en materia técnica, sabíamos desde un principio que Evolve se había desarrollado para consolas de la actual generación, PS4 y Xbox One, así como para PC. De hecho, durante nuestra primera toma de contacto con el título, allá por enero de 2014, tuvimos acceso a la versión de compatibles, que se veía extremadamente bien incluso para tratarse de una versión temprana del proyecto. Ahora, con el título acabado y jugado en PlayStation 4, descubrimos una obra que, si bien no va a pasar a engrosar la lista de juego visualmente espectaculares, cumple su función en todo momento, con una estabilidad más que decente en sus 1080p y 30 FPS. Como sabréis, el juego aboga por el uso de la primera persona en el caso de los cazadores y nos lleva hasta una vista en tercera cuando tomamos el control de un monstruo. Las diferencias son bastante notables en ambos casos, con una mayor visión periférica cuando controlamos a una de las criaturas y un punto de vista más limitado cuando manejamos a los cazadores.

Durante nuestras partidas no hemos experimentado muchos problemas, aunque muy puntualmente hemos presenciados carga tardía de texturas. En todo caso, nada que deba preocupar al jugador interesado, puesto que la experiencia sigue siendo la misma. Si nos gustaría destacar que cuando el combate se vuelve loco, cuando todo empieza a explotar, el monstruo lanza sus ataques más poderosos o los cazadores actúan todos a la vez con sus habilidades más peligrosas, la cantidad de cosas que pasan en pantalla pueden dejarnos fuera de juego durante un instante, intentando descubrir qué diablos está pasando a nuestro alrededor.

Evolve, como es habitual en las producciones distribuidas por 2K Games, nos llega completamente localizado a nuestro idioma, aunque es cierto que existen pocos diálogos y que los chascarrillos de los cazadores tienen poca gracia, por lo que el trabajo de doblaje, cuya profesionalidad no ponemos en duda, pasa bastante desapercibido. Los efectos de sonido hacen su función y en ocasiones resultan espectaculares, mientras que la banda sonora queda en un segundo plano y, salvo excepciones, ni notaremos su presencia. Evolve es estable en toda su vertiente técnica, pero no alcanza ningún logro en los aspectos antes mencionados.

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La propuesta de Turtle Rock Studios se centra muy especialmente en su vertiente en línea, siendo a todas luces la principal característica jugable de la obra, imprescindible para su verdadero disfrute. No obstante, Evolve también se puede jugar en solitario, aunque la experiencia no se aproxime ni por un instante a la multijugador. Como toma de contacto con el juego puede ser recomendable disfrutar del título offline durante un par de partidas, con el resto de personajes, tanto monstruos como cazadores, controlados por la IA del título. Si optamos por el equipo de cuatro, podremos alternar entre los diferentes personajes a través de un simple botón. Eso sí, haceros a la idea de que el monstruo, cuando es un bot, es capaz de hacer destrozos de todo tipo, mientras que los cazadores parecen moverse sin mucho acierto por el escenario.

La vertiente en solitario se ha introducido para permitir a los curiosos experimentar con el juego, pero al final resulta una simple curiosidad que no funcionará entre el núcleo de usuarios a los que va dirigido Evolve. El planteamiento de la propuesta es bueno, no cabe duda, pero su ejecución en determinados aspectos no lo es tanto. Si jugar en solitario resulta algo aburrido, hacerlo sin encontrar cinco jugadores (es decir, que no haya ni un solo personaje controlado por la IA) puede llegar a ser frustrante. La verdadero diversión se manifiesta en Evolve cuando cinco personas aceptan su rol y van a por todas en la partida, asumiendo su parte dentro de la idea propuesta por Turtle Rock Studios. Cuando se da esta circunstancia, los cazadores trabajan en equipo y el monstruo evoluciona y adquiere todo su poder, Evolve es un título notable, incluso sobresaliente, Pero cuando alguien no tiene ganas de cooperar, el asunto cambia.

Como todos los títulos que hacen hincapié en la vertiente multijugador en línea, puede darse la circunstancia de que haya alguien poco interesado en disfrutar de la experiencia. Si uno de los cazadores opta por dedicarse a ir por libre, la victoria del monstruo está garantizada. Si el monstruo se dedica a dar vueltas por el mapa, huyendo en todo momento, descubriremos al cabo de una minutos que estamos jugando al pilla pilla en un mapa enorme donde nunca entramos en combate y que la partida va a ser muy larga y tediosa. El principal problema de Evolve, como podréis imaginar, reside en las circunstancias concretas que deben darse para disfrutar realmente de una partida y que no siempre se van a conseguir. Para analizar el título, sus responsables han abierto los servidores a la prensa, cuestión que no siempre garantizaba la presencia de cinco jugadores en las diferentes partidas. Los huecos no ocupados por jugadores pasan a los mandos de la IA. Deseamos y esperamos que cuando el juego salga a la venta sea más asequible conseguir estas condiciones ideales, porque de lo contrario Evolve lo va a tener muy difícil a pesar de su acertada premisa.

Dicho todo lo anterior, también es de recibo aplaudir los aciertos de Evolve. Si encontramos un equipo de cinco jugadores estable, o tenemos un grupo de amigos con los que enfrentarnos a todos los modos de juego, la experiencia es satisfactoria y muy divertida. Los piques están garantizados y, aunque pueda parecer lo contrario, cazadores y monstruos están compensados para que las partidas con las condiciones ideales resulten directas y divertidas. Una vez se hayan desbloqueados todos los contenidos, los usuarios que realmente quieran disfrutar de la experiencia podrán hacerlo con todas las de la ley, aunque si somos capaces de controlar bien a los diversos monstruos, nos vamos a decantar casi siempre por esta clase.

Evolve llega en un momento en el que las vacas sagradas del género shooter sufren de altibajos. Es innegable que Call of Duty sigue siendo el rey a pesar de que cada año despierta menos interés por sus escasas novedades. El próximo Battlefield no parece llamar la atención de los fans tanto como otros y es un buen momento para que algún estudio apueste por alejarse de los estándares y buscar una oferta diferente. La propuesta de Turtle Rock Studios ganará adeptos entre los aficionados a los deportes electrónicos y gustará a aquellos que puedan disfrutar del juego en las condiciones ideales, como ya hemos repetido hasta la saciedad. Jugar en solitario o con usuarios poco predispuestos a explorar la propuesta son sus principales enemigos, por lo que resultará interesante descubrir cómo funciona Evolve en ventas y cómo lo recibe el público. En general, echamos en falta más modos de juego y contenido. La notable presencia de pantallas de carga y de salas de espera terminan por cansar tras varias sesiones, así como las partidas “largas” pueden ser soporíferas. Al tratarse de un juego de largo recorrido resulta complejo valorar Evolve de forma numérica, por lo que su éxito o fracaso vendrá dado, como casi siempre, por la decisión que tome el jugador a la hora de encumbrarlo o de hundirlo.

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