Análisis Dishonored: La muerte del Forastero

César Rebolledo · 29 diciembre, 2018
El Puñal de Karnaca

Arkane Studios, al auspicio de Bethesda, ponía a disposición de los jugadores en 2012 Dishonored. Un universo steampunk en el que la traición era la máxima protagonista. Pese a que hay trasfondo y contenido suficiente para seguir adelante, el estudio ha decidido ponerle punto y final a esta saga después de dos entregas. Dishonored: La Muerte del Forastero pone un broche con el que dar carpetazo a una franquicia antes de que tenga la opción de parecer que se está sobreexplotando.

Antes de nada: esta expansión independiente tiene lugar después de los acontecimientos de Dishonored 2. Por tanto, para ponernos en situación, debo advertir de un spoiler en esta sección. Si queréis evitarlos, pasad directamente a la siguiente parte. Como sabréis lo que hayáis terminado la campaña de Dishonored 2 en una buena condición, Meagan Foster no era otra que Billie Lurk. La antigua mano derecha de Daud, El Puñal de Dunwall.

Perro viejo, trucos nuevos

Al acabar la historia, dejaba claro que iba a por su antiguo mentor y ahora lo hemos encontrado, atrapado en Karnaca por una organización mafiosa. Cuando damos con él, el objetivo es muy concreto: matar al Forastero, fuente del poder que hemos estado manejando desde la primera entrega. Será necesario dar con nada menos que el puñal con el que él mismo fue transformado en un dios, ritual que ya pudimos ver durante el último juego. ¿Saldrá bien la cosa?

Los que hayan disfrutado de los dos primeros títulos de Dishonored ya saben qué es lo que van a encontrarse. Jugando como Billie, tenemos frente a nosotros una serie de misiones que podemos llevar a cabo tanto con agresividad como con sutileza. Con varios niveles de dificultad disponibles, ir de forma directa y matando a todo lo que se ponga en nuestro camino es una vía, pero no la ideal. Dishonored se caracteriza por ofrecer una vía más sutil para alcanzar nuestros objetivos.

Esto pasa por dar con NPCs que nos llevan por misiones secundarias dentro de las propias misiones principales, esperando a que el objetivo esté, por ejemplo, sobre una trampilla que podremos abrir para incapacitarlo sin matarlo, etc. Todo es una cuestión de observar y tener paciencia, esperando al momento adecuado.

Con respecto a sus poderes, los que Billie tiene a su disposición son escasos pero bastante diferentes de los tres protagonistas que hemos tenido hasta el momento. Disponibles desde el principio, tenemos Reemplazo, Premonición y Semblanza.

El primero funciona básicamente como el Guiño y pemite teleportarse. Con Semblanza, «robamos» la cara de un personaje y durante un tiempo limitado cualquiera que nos vea, nos verá con la cara de esa persona.

Premonición es el menos útil de los tres poderes, y permite crear una proyección astral que permite marcar objetivos y localizar objetos, pero no es especialmente útil.

El resto de mecánicas son similares a lo que ya hemos visto: el mercado negro, la compra de mejoras, los talismanes de hueso, etc. La principal diferencia es que en el mercado negro podemos aceptar algunas misiones secundarias, objetivos, que llevar a cabo para obtener recompensas adicionales.

Una buena forma de terminar con Dishonored

Como decíamos al principio, Arkane ha aclarado que es el final de Dishonored tal y como lo conocemos. Si la saga continúa, será con otros personajes, situación y argumento. Las aventuras de Corvo, Emily y los Balleneros tocan a su fin con La Muerte del Forastero, y vosotros decidiréis, como os podéis imaginar si conocéis la saga, cómo terminará el asunto.

Tenemos delante de nosotros un juego más, no hace falta tener Dishonored 2 para poder jugar a este título que, para los interesados en el asunto, cuenta con su propio Platino. La diversión que ofrece es algo que los veteranos ya conocen y saben que no decepciona ni por asomo y la expresión «hacer las cosas a tu manera» se cumple como pocas veces se puede ver en un videojuego. La flexibilidad a la hora de afrontar una misión, sin tener en cuenta siquiera las rutas oficiales vía misiones secundarias, es algo que permite acciones bastante imaginativas.

Quizás lo más cuestionable es la duración de esta expansión independiente. Incluso si tenemos en cuenta las opciones de rejugabilidad que tiene, tenemos unas 15 horas de experiencia por delante. Para más de uno, los 30 euros que cuesta en su lanzamiento pueden parecer un tanto excesivos. No obstante, recordad que tenéis a vuestra disposición un pack que incluye estos tres títulos en PS4. Si no habéis jugado a ninguno de ellos, dadle una oportunidad, porque no decepciona ni por asomo.

En definitiva, La Muerte del Forastero es una manera más que digna de poner el cierre a una saga como Dishonored. Es de esperar que se recupere dentro de unos años la propuesta, pero es de agradecer que vayan a arriesgarse a hacerlo con otro escenario en vez de volver a recurrir a los personajes que ya conocemos de sobra.

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