NOTA: Debido a razones ajenas a la web, no hemos podido traer este análisis a su debido tiempo, pero como se suele decir, mejor tarde que nunca.
David Cage y Quantic Dream… Dos de los nombres que más alegrías y controversias han creado en los últimos años, debido a su “peculiar” forma de crear videojuegos.
Tras varios títulos muy especiales para muchos de nosotros, pero que no han terminado de alcanzar su cenit, el estudio francés ha vuelto a la carga con su obra más ambiciosa. ¿Será esta la obra definitiva de Quantic Dream?
Antes de comenzar
Detroit: Become Human posee dos tipos de dificultades, una dedicada a los más “amateur” y otra hecha para los que quieran sentir una experiencia más completa e inmersiva.
En LaPS4.com hemos jugado a ésta última, y la recomendamos encarecidamente. Como viene siendo costumbre en los juegos de Quantic Dream, todas las historias mantendrán una relación y se entrelazarán, haciendo que nuestras decisiones con un androide repercutan en los demás.
El hecho de poder perder a un personaje por culpa de una decisión nuestra crea un grado de empatía muy elevado con cada protagonista, fomentando una inmersión en la historia mucho más profunda.
Un futuro no tan lejano
Año 2034. La ciudad de Detroit ha sido completamente modernizada gracias a la revolución tecnológica producida en los últimos años. Y como referente principal de este cambio se encuentran los androides.
Casi indistinguibles de los humanos, han sido creados para realizar todo tipo de tareas, desde cuidar a niños y ancianos hasta limpiar las calles, construir edificios e incluso servir como “placer” en un burdel.
Esclavos que sirven con indiferencia y sin quejas, y atienden a todas las peticiones que se les exigen. ¿Quién podría pedir más?
En esta historia nos pondremos en los circuitos de tres androides:
Connor, uno de los últimos modelos diseñados por CyberLife (la empresa creadora de los androides) para ayudar a la policía. Posee habilidades únicas para resolver crímenes y analizar pistas.
Kara, una androide ama de casa, encargada del cuidado de Alice, hija de un taxista en paro un tanto “problemático”. Su única preocupación es cuidar a la niña por encima de todo.
Y Markus, un androide al cuidado de Carl, un famoso pintor, con el que mantiene una relación paternal. Carl ve en Markus algo más que un androide, y le insta a ser libre y descubrir quién es en realidad.
Por supuesto, en el título no faltan personajes secundarios, que aunque no sean los protagonistas, su presencia influirá muchísimo en la experiencia de juego, puesto que parte de nuestras decisiones estarán basadas en ellos.
Cada uno de los personajes principales tiene un arco argumental excelentemente diseñado, que además podremos ir moldeando a placer en base a nuestras decisiones.
Y esto es precisamente lo mejor de Detroit: Become Human: El hecho de que cada jugador moldea a los protagonistas en función de sus propias decisiones, de manera que cada persona vivirá el juego de manera completamente diferente a los demás.
Cada decisión cuenta
La primera misión del juego ya pudimos probarla en la demostración del juego, y como ya dijimos en nuestras Primeras impresiones, el control sigue siendo el santo y seña del querido y odiado a partes iguales David Cage.
Con el joystick izquierdo moveremos a nuestro personaje, mientras que con el derecho realizaremos todo tipo de acciones: Recoger la mesa, abrazar a una persona, abrir una puerta…
Como función especial tenemos el uso del botón R2, con el que podremos “parar el tiempo” para comprobar nuestro alrededor y resaltar nuestros objetivos, plantea un sistema de control sencillo y eficaz, para que podamos centrarnos en la trama y los diálogos sin sufrir con el mando.
Por supuesto, no todo va a ser pausa y tranquilidad. Habrá momentos de acción, en los que nuestra habilidad con los Quick Time Events determinará la resolución de los acontecimientos.
Estos QTE no se hacen pesados ni demasiado abundantes, si no que están colocados en puntos clave para añadir un punto de tensión que aporta mucha frescura al gameplay.
Esto puede provocar que los jugadores más “amateur” o con “manos lentas” puedan provocar una situación no planeada a causa de fallar en momentos clave, lo que entendemos que puede resultar frustrante, sobre todo jugando en el modo de dificultad más elevado.
Por suerte, y como hemos comentado anteriormente, el juego ofrece un nivel de dificultad más asequible para aquellos y aquellas que queráis disfrutar de la historia sin demasiados contratiempos.
Así pues, Detroit: Become Human se presenta como una variante de las aventuras gráficas, en la que todas nuestras acciones (u omisiones) van a tener una trascendencia, por muy banales que sean. Esto provoca que el simple hecho de tener el mando en nuestras manos nos genere un gran sentimiento de responsabilidad.
Otro punto a favor es que el juego no da la sensación de estar en un continuo “ensayo y error”, cosa habitual a veces en este género, si no que las decisiones siempre se encuentran en una “escala de grises” en la que no todo es bueno ni malo al 100%.
Es cierto que alguna decisión es demasiado ambigua y al decidir no sabes exactamente qué es lo que tu protagonista responderá con exactitud, por lo que en alguna ocasión quizás os sintáis algo confusos, pero suelen ser decisiones menores que no afectan a la trama de manera determinante.
Conflictos éticos y morales
La verdadera clave de este juego es la infinidad de conflictos internos que crea: ¿Son los androides simples máquinas o son seres vivos con sentimientos? ¿Merecen nuestro respeto o no son más que utensilios?
Estas son algunas de las preguntas que Detroit: Become Human plantea, y creedme, no es tan fácil responderlas como quizás podéis pensar.
En un principio, los androides están programados para servir a los humanos y cumplir sus órdenes, pero… ¿puede una simple máquina llegar a pensar y sentir de la misma manera que un ser humano? ¿Somos tan diferentes como nosotros pensamos? Sangre roja o sangre azul, pero sangre al fin y al cabo.
A partir de aquí comienza el verdadero problema. ¿Qué es lo correcto? Es algo que cada uno de vosotros tendréis que decidir por vosotros mismos, ya que la cantidad de decisiones y planteamientos que podremos escoger dentro del juego es inmensa, y según lo que decidamos irá cambiando todo cuanto nos rodea.
Cuando temas tan polémicos y profundos como la xenofobia, la violencia o la esclavitud se juntan, puede parecer sencillo qué responder ante tales problemas, pero el estudio francés ha sabido crear una historia capaz de hacernos pensar y plantearnos muchas cosas, por lo que os aseguro que os costará apretar los botones en algunas situaciones.
Al finalizar cada capítulo podremos comprobar el diagrama de flujo de nuestras decisiones para comprobar qué otros caminos podríamos haber seguido y hacia dónde nos habrían llevado.
Como curiosidad, en el diagrama se nos ofrece la posibilidad de comprobar qué es lo que han contestado otras personas en cada capítulo, lo que nos invita a reflexionar sobre si nuestra manera de ser se parece a la del resto o si por el contrario tenemos nuestra propia identidad.
Incluso la androide que nos recibe en el menú principal nos irá realizando preguntas de vez en cuando, interaccionando con nosotros y forzándonos a decidir acerca de todos estos temas tan trascendentales.
La belleza de los androides
Gráficamente el juego explota al máximo el potencial de la consola de Sony. En LaPS4.com hemos jugado en una PlayStation 4 Pro, y el resultado es muy satisfactorio.
Al no tener un gameplay que abuse de demasiados elementos en pantalla, el estudio ha podido dedicarse con mimo y cuidado al apartado gráfico, dotando a los protagonistas de un realismo facial que quita el aliento. Mención especial al gran reparto de actores y actrices que han participado en el desarrollo del juego, dándole gran parte del encanto y la emoción que desprende.
Por otro lado, la banda sonora otorga a cada momento una gran carga sentimental. Es maravilloso comprobar cómo una canción de fondo puede reforzar una situación tan banal como fregar los platos o contar un cuento hasta tal punto de ponernos la piel de gallina. Hay ciertos momentos de la historia en los que solamente la música que los acompaña consigue volverlos inolvidables.
Cada uno de los protagonistas tiene una banda sonora completamente distinta, acorde con su personalidad, lo que otorga a cada momento un punto diferente que nos permite meternos en el papel que corresponde con sorprendente facilidad.
La trama está enriquecida con múltiples referencias a la “realidad” que el juego nos presenta, teniendo como principal extra la posibilidad de leer las revistas que encontremos en los escenarios. En ellas podremos leer cosas sobre la actualidad política, económica y cultural de la sociedad en la que se desarrolla la historia, nutriéndola de detalles y animándonos a descubrir más cosas acerca del mundo que se nos presenta.
Los escenarios son bastante amplios, más que en cualquier juego de Quantic Dream hasta la fecha. Podremos movernos por ellos con bastante libertad para explorar e investigar los elementos a nuestro alrededor, pero siempre limitados por unas barreras rojas que nos impiden alejarnos demasiado de nuestro objetivo.
Tanto las calles de la ciudad como los espacios cerrados parecen llenos de vida, y poseen algunos detalles que invitan a dar una vuelta y simplemente disfrutar del ambiente antes de cumplir con nuestra misión principal.
Conclusión
Quantic Dream nos trae su mejor título hasta la fecha. Detroit: Become Human bebe de sus predecesores para crear una historia superior, en la que además explota todas las características de la consola de Sony.
David Cage junta y revaloriza muchos de los elementos que podemos vivir a diario en nuestras vidas y nos fuerza a echar un vistazo dentro de nosotros mismos con cada decisión que nos obliga a tomar, haciéndonos dudar de si realmente lo que pensamos es lo correcto o si por el contrario no tenemos las cosas tan claras como creíamos.
El título no dura más de 10 horas de juego si lo jugamos una sola vez, pero si queremos descubrir todas las posibles alternativas tendréis casi 40 horas de juego.
La obra exclusiva de PlayStation 4 del equipo francés llega cargada de sentimiento y profundidad, y con tres protagonistas magníficamente construidos que consiguen calarnos muy hondo, creando una experiencia de juego difícilmente olvidable.
Tened en cuenta algo desde el principio: David Cage y su nuevo título son los que juegan con vosotros. Os harán dudar, os harán arrepentiros y os forzarán a tomar decisiones para las que necesitaréis sentaros y hablar con vosotros mismos antes de poder ejecutarlas.
Si buscáis un título que os haga replantearos si de verdad sois como decís ser, este es vuestro juego.