Tras varios años desde el lanzamiento de PlayStation 3, con la consola ya asentada en el mercado y con un catálogo de juegos bastante numeroso, un joven creador decidió romper con el canon actual de modelo de videojuego basado en el «autoguardado» y el gameplay rápido y directo para crear una obra única que pese a conquistar el corazón de una gran parte de la comunidad japonesa, no llegó a hacer el ruido que merecía en occidente.
En 2009 nació Demon’s Souls, un título difícil y exigente que buscó poner en jaque a los jugadores y jugadoras más exigentes, creando una fórmula jugable que sentó las bases de una saga que marcaría un punto de inflexión en la manera de entender la industria de los videojuegos.
Casi 12 años después, Bluepoint Games ha devuelto a la vida a esta obra en forma de remake, revisando y retocando todo su universo para dejarlo a punto de cara a estrenar la nueva generación de consolas como punta de lanza de PlayStation 5, siendo el título de lanzamiento que muestre las virtudes de la consola de Sony.
¿Es este remake digno de la obra original de Hidetaka Miyazaki? Dentro análisis.
De vuelta al reino de Boletaria
Mucha gente conoce las obras de From Software gracias a Dark Souls, el título que sentó las bases jugables de los siguientes cuatro títulos del estudio y que serviría como base para multitud de títulos posteriores, creando el género conocido como «souls-like», tales como Lords of the Fallen, The Surge o Nioh.
Pero el alma de Dark Souls fue forjada unos cuantos años antes con Demon’s Souls, de manera que tanto su sistema de combate como su interesante forma de contar su historia junto a su excelente fórmula de riesgo-beneficio fue vista por primera vez en este título que ahora vuelve a la vida.
Demon’s Souls nos sitúa en un reino condenado por la negligencia de su gobernador, el Rey Allant. Debido a su codicia, despertó al Anciano, un gran Demonio que devora todo a su paso junto a su hueste de demonios, arrebatando el alma de todo ser vivo que encuentra, poniendo en peligro a toda la humanidad.
El destino de nuestro personaje es sellar al Anciano de una vez por todas, aniquilando a todos los demonios que osen interponerse en nuestro camino y absorbiendo sus almas para fortalecernos de cara al enfrentamiento final.
Tras un breve tutorial como toma de contacto, conocemos el Nexo, el punto de partida de toda actividad en Demon’s Souls, en el que reunimos a todos los NPCs que vayamos conociendo durante la aventura, como un herrero, un hechicero o un clérigo, a la vez que subimos de nivel gracias a la guardiana del Nexo y a su habilidad de transmutar las almas.
Desde aquí podemos acceder a cinco diferentes localizaciones, quedando a nuestro libre albedrío por dónde y cómo empezar nuestra caza, por lo que será nuestra habilidad o nuestra percepción de dificultad la que marque nuestro camino.
Para quienes no hayan jugado a la obra original y empiezan en sus andanzas en el universo Souls con Dark Souls, encontrarán muy familiar este comienzo por el reino de Boletaria y alrededores, ya que son claras las similitudes entre un título y otro, tanto a nivel jugable como estético.
Y para los que ya conquistaron las tierras de Boletaria en su día, os sorprenderá el mimo con el que todo ha sido retocado para la ocasión
Cambios necesarios sin retocar el alma
Bluepoint Games ha seguido la estela de sus últimos trabajos, como Shadow of the Colossus, en los que consiguió añadir cambios importantes a su vez necesarios manteniendo a la perfección la esencia del título original.
En primer lugar nos encontramos con un editor de personaje mucho más completo y versátil que el que hemos disfrutado en otros títulos de la saga Souls, y en el que comprobamos en primera instancia el gran adelanto gráfico que Demon’s Souls ha recibido con este remake.
Pero es al comenzar nuestras andanzas por el breve tutorial que Demon’s Souls nos ofrece cuando realmente se demuestra los numerosos cambios que se han realizado sobre la base jugable de 2009.
El gameplay es idéntico al del título original, pero las animaciones de combate han sido actualizadas y se han añadido animaciones específicas a cada tipo de arma tanto al golpear como al realizar un ataque por la espalda o un «parry», mientras que los 60 frames por segundo estables en todo momento crean unos enfrentamientos mucho más fluidos, siendo la guinda del pastel la posibilidad de rodar en todas las direcciones, función que ya estaba presente en Dark Souls 3 y que sustituye a la tosca voltereta orignal.
Las texturas de cada escenario han sido remodeladas, añadiendo tanto profundidad de campo en los paisajes de fondo como numerosos detalles en todo cuanto nos rodea, tales como charcos, musgo o fuegos y antorchas, de manera que recorrer los oscuros pasillos del castillo de Boletaria o el asfixiante pantano de veneno de la conocida «zona 5-2» se convierte en una experiencia completamente distinta, con unos escenarios muchísimo más vivos dentro de la decadencia de la que presume este título.
A parte de estos retoques, se han realizado varios cambios respecto a la versión original de Demon’s Souls que aportan a la experiencia de juego sin trastocar demasiado el recuerdo que muchos de nosotros/as tenemos.
Uno de los añadidos más señalados es el menú de tendencias en el que comprobar el estado del cada uno de los mundos en los que se divide el título, dando una visión más clara de cómo se ha modificado cada zona a nuestro paso por las mismas, sin estropear la «sorpresa» de estos cambios al no aportar más información de la necesaria.
También se ha añadido la posibilidad de guardar los distintos personajes que nos vayamos creando, así como un Modo Espejo para añadirle un plus de dificultad «si es que le hace falta» al título, así como una revisión a la zona más alta del Nexo que muestra un Panteón en el que comprobar los logros de la comunidad.
Los menús de juego han sido simplificados para hacer más accesible la personalización del personaje gracias a un estilo más visual y minimalista.
Respecto al Modo Online, se ha tomado una decisión que a mi parecer es muy acertada, y es la de eliminar los cambios en las Tendencias del mundo al utilizar el mismo, de manera que podemos ayudar a nuestros aliados/as o invadir al resto de la comunidad sin miedo a ver comprometido nuestro progreso en las diferentes zonas del juego, ya que resulta bastante complicado mantener una tendencia concreta para descubrir todos los secretos que el título nos ofrece y en el título original el jugador/a se veía en obligación de jugar sin conexión para evitar contratiempos.
Por otro lado, por mucho que sea una revisión de un título en la que se han retocado tantas cosas, sigue manteniendo algunos fallos técnicos, como una IA enemiga algo inconsistente o errores al fijar a los enemigos. Siguen presente algunas de las mecánicas más «toscas» de este Souls primigenio, como la manera de envenenarnos y curarnos o la falta de pulido en algunas hitboxes, que quizás para jugadores/as más acostumbrados a los últimos títulos de From Software resulte algo «injusto», personalmente considero que es un acierto mantener esa esencia que caracterizaba a Demon’s Souls.
Fantasía medieval de nueva generación
Como ya he comentado anteriormente, Demon’s Souls Remake ha conseguido volver a la vida para estrenar el catálogo de exclusivos de PlayStation 5 gracias a su increíble remodelado audiovisual.
El juego de luces y sombras es espectacular, siendo mucho más llamativo a la hora de entrar y salir de salas oscuras. Probad a lanzar una flecha de alma en una habitación sin luz tan solo para comprobar cómo cambia la iluminación del entorno conforme el hechizo atraviesa el espacio. Como ocurre con la mayoría de los juegos de esta «saga», merece muchísimo la pena volver a recorrer una zona ya limpia de enemigos tan solo para fijarnos en el entorno, en cosas tan sutiles como la luz entrando por los ventanales de las ruinas de Boletaria o la lluvia cayendo sobre un árbol ardiendo en el Santuario de las Tormentas.
El retoque de los modelados de los enemigos y los NPCs del mundo de Demon’s Souls añaden infinidad de detalles a los mismos, como el sangrado al ser golpeados o el reflejo de las luces en sus armaduras. Las animaciones han sido mejoradas para dar una mayor sensación de fluidez, con curiosidades como el movimiento facial de los NPCs al conversar con nosotros.
El audio ha sido modificado para adaptarlo a la nueva generación de consolas, añadiendo diversos efectos de sonido para el DualSense al golpear o ser golpeados, al igual que sonidos ambientales aumentando la sensación de inmersión en la partida. Se mantiene la epicidad en los combates gracias a la increíble banda sonora que ya vivimos en su día, retocada para la ocasión. El doblaje al castellano es bastante competente, aunque personalmente no llega a mantener el tono tan característico de la versión inglesa de los títulos de From Software.
Sin duda algo digno de mención y que resume a la perfección la tecnología de PlayStation 5 es la ínfima duración de los tiempos de carga, apenas tardando unos meros segundos en realizar un viaje entre Archipiedras. Además tenemos la posibilidad de elegir la zona a la que queremos viajar sin haber iniciado siquiera el juego desde el menú de la consola, por lo que ponernos a sufrir en cualquier momento nunca ha sido tan rápido.
En definitiva, Demon’s Souls Remake consigue mantener la esencia del título original a la perfección, transportando la experiencia a la nueva generación de consolas de Sony gracias a un renovado apartado gráfico y jugable que aprovecha la tecnología de PlayStation 5 para ofrecer a los fans de Dark Souls la posibilidad de vivir en sus carnes la obra que lo inició todo.
Este análisis ha sido realizado en una PlayStation 5 gracias a una copia de prensa facilitada por Precision Spain.