Análisis – Crash Team Racing Nitro Fueled

Sergio Alarcón · 30 agosto, 2019
Aceleramos a fondo para analizar la vuelta al mundo de la conducción de Crash Bandicoot y compañía.
Crash Team Racing Nitro-Fueled

Tras tres exitosas entregas en PlayStation 1, las cuales le convirtieron en la mascota de la consola, Crash Bandicoot y sus amigos/as se subieron por primera vez a los coches un 30 de septiembre de 1999.

Por aquel entonces, Mario y compañía ya habían marcado tendencia en cuanto a los karts se refiere, y PlayStation intentó (y no con poco éxito) hacerle la competencia al fontanero en este género.

Ahora, unos veinte años después, el marsupial naranja llega dispuesto a volver a pelear por el primer puesto en forma de remasterización, manteniendo su esencia original pero añadiendo cosas nuevas que lo acerquen a los nuevos tiempos.

¿Qué tal le han sentado los años a Crash Team Racing? Dentro análisis.

3…2…1… ¡Acelera!

Lo primero que hay que tener en cuenta (al igual que ocurrió con Crash Bandicoot N. Sane TrilogySpyro Reignited Trilogy), es que Crash Team Racing Nitro Fueled es una remasterización, es decir, un título ya lanzado antiguamente y ahora «remozado» para ser disfrutado en la última generación de consolas.

Es por ello que las novedades que trae esta nueva entrega de karts de la franquicia Crash Bandicoot no son muy abundantes, siendo su eje fundamental el renovado apartado gráfico que lo equipara a sus rivales más directos actualmente.

En cuanto a los modos de juego que podemos disfrutar, son principalmente tres, dos de ellos tal y como recordamos en su versión de PlayStation 1.

Aquí, el más destacado es el Modo Aventura, en el que Crash, junto a todo el plantel de personajes de sus anteriores episodios, deberán luchar por ser los corredores más veloces del lugar para así enfrentarse al malvado Nitrous Oxide, un alienígena dispuesto a esclavizar a toda la Tierra a no ser que sea derrotado en una carrera.

Para ello, debemos ir superando las diferentes carreras de las cinco zonas de la aventura y derrotando a sus respectivos jefes para continuar avanzando.

Como novedad, podemos elegir entre dos modos distintos: Un Modo Clásico, en el que disfrutar la aventura como en el título original, con el mismo personaje toda la partida, o con un modo más actualizado en el que podamos personalizar tanto a nuestro corredor/a como a su vehículo en cualquier momento, utilizando los elementos que vayamos desbloqueando con nuestras victorias.

Por otro lado, en el Modo Partida Local podemos disfrutar de diferentes modalidades de juego, tales como Carreras estándar, Torneos, Batallas o Contrarreloj, jugando solos contra la IA o en compañía de nuestros amigos en cooperativo local de hasta cuatro jugadores.

Por último, y como novedad en esta entrega, está el Modo Online, en el que podemos competir contra los jugadores y jugadoras de todo el mundo para ver quién es el mejor.

Aquí podemos elegir entre las modalidades de Carrera y Batalla, así como personalizar tanto el aspecto de nuestro personaje como el de su vehículo para aportar nuestro toque personal al desafío.

Aunque hubo varios problemas de lanzamiento, con el nuevo parche ya actualizado, la estabilidad de los servidores es bastante buena, y personalmente no he sufrido problemas de lag o caídas que hayan lastrado la experiencia online.

Además de estos modos de juego ya comentados, tenemos como novedad el apartado de Boxes, en el que podemos adquirir distintos complementos de personalización utilizando las monedas que ganemos en nuestras partidas, de manera que tan solo podemos adquirir elementos cosméticos, sin ninguna ventaja que ponga a unos jugadores por encima de otros.

Y es este apartado de personalización el que más destaca en esta remasterización de Crash Team Racing.

Conforme vayamos jugando a los modos de juego disponibles, cambiando de personajes o completando diferentes desafíos, iremos desbloqueando elementos cosméticos con los que personalizar a nuestro personaje y su vehículo.

Y cuando hablamos de personalización, hablamos de que podemos cambiarlo todo, desde el propio aspecto del personaje, hasta el modelo de vehículo, el tipo de llantas o hasta pegatinas.

En total hay una plantilla de 25 personajes (al menos de momento), divididos en nivel de dificultad en cuanto a manejo de los mismos se refiere, y un número similar de tipos de karts, incluyendo los retro, por lo que disponemos de miles de posibilidades a la hora de crear nuestro conjunto perfecto.

Carreras alocadas y divertidas

Poniendo como ejemplo una competición estándar, las carreras en Crash Team Racing Nitro Fueled se desarrollan tal y como las recordamos. Ocho corredores, un circuito, una victoria.

Pero para conseguirla no será suficiente con saber mantener pulsado el botón X más tiempo que el resto, sino que debemos dominar muchos elementos más si queremos alzarnos con el estrellato, y es que Crash Team Racing Nitro Fueled es bastante exigente en cuanto a mecánicas se refiere, si lo comparamos con sus rivales principales dentro del género.

A las habituales trampas y hándicaps repartidos por los 32 escenarios disponibles de lanzamiento (cuyos diseños son bastante «puñeteros» en varias ocasiones), debemos sumarle el uso de objetos, con los que causar estragos en nuestros rivales si sabemos cómo y cuándo utilizarlos.

Desde acelerones y escudos hasta bombas, misiles o un Uka-Uka protector harán que más de uno se lleve una sorpresa al ir a superar la línea de meta y de repente verse en quinta posición tras una explosión no prevista.

Por otro lado tenemos los controles de nuestro kart, los cuales son bastante fáciles de asimilar pero difíciles de dominar, siendo su principal baza los turbos y Superturbos.

Para realizarlos, debemos utilizar R1 o L1 al girar y mientras los mantenemos, debemos vigilar el contador de turbo, ya que cuando se llene del todo podemos utilizar el botón contrario para conseguir hasta tres turbos seguidos y entrar en Superturbo.

Lo mismo ocurre si saltamos en el momento correcto al superar una cuesta o una rampa, consiguiendo un turbo de suspensión al aterrizar.

Todas estas mecánicas son las que marcan la diferencia entre ganar o perder una partida, y al principio pueden abrumar un poco a los jugadores más principiantes, sobre todo cuando en el Modo Historia estamos obligados a terminar en primera posición si queremos seguir avanzando.

Colorida y bella velocidad

Sin duda, el aspecto fundamental de esta remasterización es su nuevo aspecto gráfico.

Para la ocasión, se han remodelado todas las texturas, tanto de los personajes como de los escenarios, quedando todas ellas con un aspecto similar a lo que vimos en Crash Bandicoot N. Sane Trilogy, por lo que el nuevo aspecto de Crash y compañía no puede ser mejor.

Igual de divertido pero mil veces más bonito.

Algo a destacar es la bellísima pantalla de colores de la que dispone el título, de manera que correr por pistas tan míticas como Cala CrashParque de Coco o la Pirámide de Papu pero con todo el esplendor de la actual generación de consolas es una auténtica maravilla.

También los efectos visuales provocados tanto por los turbos como por el uso de los objetos y demás elementos de los escenarios han sido actualizados, haciendo de cada carrera un festival de colores y explosiones.

No podemos olvidar la genial banda sonora que acompaña a los títulos de Crash Bandicoot allá por donde van, llena de canciones y sonidos que nos dan justo en la nostalgia cada vez que entramos al menú de inicio o a alguna de sus pistas más conocidas.

Los efectos sonoros y los diálogos de los personajes también han sido retocados, totalmente doblados al castellano y dispuestos a sacarnos más de una sonrisa al ver a los emblemáticos personajes de la franquicia soltando comentarios durante las carreras.

En definitiva, esta remasterización consigue su objetivo de traer de vuelta a un clásico del catálogo de PlayStation 1, manteniendo su esencia original pero añadiendo elementos menores, como la personalización de nuestros personajes y el Modo Online para adaptar el título a los tiempos que corren actualmente.

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