Análisis Battlefield 4
Desde hace bastantes años la saga Battlefield se ha establecido como una de las franquicias de acción bélica más aclamadas entre muchos sectores de usuarios. Consolidándose desde la plataforma de los ordenadores personales, la propuesta de DICE logró encandilar a una gran cantidad de usuarios que se vieron atraídos por las opciones tácticas que ofrecía el juego, alejándose de una acción trepidante que se podía encontrar fácilmente en cualquier otro juego.
Del PC a las consolas el salto propició que muchos más usuarios fueran capaces de disfrutar de las virtudes a través de una extensión de la saga que, si bien no correspondía a la grandeza (en proporciones de tamaño) que había exhibido hasta el momento, sí era fiel a priorizar la acción táctica por encima de cualquier otra cosa, siendo la colaboración entre los diferentes usuarios la clave para salir airoso de cualquier confrontación.
Con Battlefield 3, después de la llegada de las dos entregas de la Bad Company, DICE volvía a echar mano de muchos de los recursos empleados en su etapa exclusiva de PC para, aprovechando las virtudes que también consiguió obtener de su paso por consolas, realizar una de las entregas más completas hasta la fecha. Algo que conseguiría en cierta forma, pues no todas sus versiones contaban con las mismas opciones, pues el PC quedó muy por delante del resultado que se había alcanzado en consolas.
Y es que el motor Frostbite 3 atesora una calidad que empieza a venirle grande a las consolas de la actual generación. Con Battlefield 4 nos encontramos ante una situación muy parecida a la experimentada en Battlefield 3, observando tal vez que la mejor de las opciones para disfrutar del título sean las de coger ratón y teclado, o tal vez esperar a que PlayStation 4 y Xbox One lleguen al mercado.
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Aunque antes de entrar en materia gráfica, de efectos, partículas y de animaciones, lo cierto es que conviene separar en dos partes lo que ofrece Battlefield 4. Siguiendo la estela de algo que iniciaron Bad Company y Bad Company 2 y que continuó Battlefield 3, Battlefield 4 vuelve a ofrecer un modo de campaña que intenta acompañar a una modalidad multijugador que supone el alma de la saga. Una oportunidad para familiarizarnos con los controles si somos novatos en estas lides, pero también para conocer algunas novedades que más tarde serán aplicadas en el multijugador.
Sin embargo, no sólo de tutorial debería servir una campaña. No es el caso, desde luego, pero el menor peso que dispone en el conjunto hace que quede relegada a una posición secundaria que no le hace demasiado bien al juego. El hecho de que el multijugador lo signifique todo no compensa que la campaña pueda tener algo menos de calidad, pues una vez se aborda una proyecto completo, todas sus vertientes se sitúan para ser valoradas como oferta conjunta para el jugador.
En esta ocasión, la campaña de Battlefield 4 no volverá a destacar especialmente. La historia que se nos presenta nos trasladará a China, donde un golpe de estado lleva al traste el futuro de una nación en progresiva apertura. El terror a que una potencia económica y militar como China caiga en las manos equivocadas y no pueda continuar con su evolución, es directamente proporcional a los primeros disturbios que se generan en el momento de producirse dicha catarsis.
Nosotros, a los mandos del pelotón Tombston, nos veremos en medio de todo este conflicto que nos llevará por diferentes situaciones, pero sin saltos de espacio y de tiempo que compliquen una historia que a todas luces es sencilla, como suele ocurrir en la mayoría de estos casos. Un punto a favor, pues la diversión tiene un acceso fácil al estar todo bien hilado, y que permite que la historia pueda seguir centrándose justamente en un argumento que aparece más sólido que, por ejemplo, el de Battlefield 3.
La novedad principal de esta campaña reside en gran parte en la importancia que tiene en ella el mar. Es algo que luego se extrapola también al modo multijugador del juego, pues muchos de los mapas disponibles cuentan con este elemento como aspecto importante sobre el que trasladar la acción. En este caso, veremos como muchas de las misiones expuestas giran alrededor de este hecho, algo que sí ofrece una alternativa jugable a lo visto hasta el momento.
Además de todo, la campaña de Battlefield 4 acierta en dar cierto toque de exploración con su estructura en los niveles y con la cantidad de coleccionables y de objetivos que se plantean para cada fase. No son objetivos complicados, ni tampoco los coleccionables son imposibles de conseguir, con lo que se enriquece la experiencia de tal manera que permite disfrutar algo más de una campaña que está de paso, normalmente, en este tipo de juegos.
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Mención especial recibe a todo esto el apartado gráfico y el sonoro. Como decíamos antes, se nota que Frostbite 3 le queda algo grande a PlayStation 3 en este caso, pero eso no impide que ciertos aspectos luzcan a un nivel bastante impresionantes. El problema llega directamente cuando la cantidad de efectos que se solicitan para determinadas escenas no aparecen en la consola, básicamente porque no sería capaz de gestionar tanta potencia y exigencia.
Con el sonido la cosa es diferente, hasta cierto punto. Como siempre, DICE dota a todos los efectos de la fuerza y de la consistencia necesaria para que seamos capaces de cerrar los ojos y sentir que estamos en medio de una batalla. Algo que se traslada al apartado multijugador también, y que es ya toda una seña de identidad de esta franquicia. En cambio, la elección de algún actor de doblaje no está exenta de la polémica. La sincronización labial es correcta y en general todo queda muy bien encuadrado, pero será difícil que no nos suene algo incómodas ciertas interpretaciones ante momentos críticos que necesitan una voz mucho más decidida.
Fuese como fuere, pese a que hemos experimentado algunos fallos durante el transcurso de la partida y a que la inteligencia artificial brilla un poco por su ausencia hasta en el nivel de dificultad más elevado, se nota que DICE ha aprendió la lección recibida en Battlefield 3 y decidió hacer una campaña mucho más sólida apostando por la sencillez, pero sin renunciar a los momentos espectaculares que, por supuesto, no dejan de hacer acto de presencia durante toda la aventura.
Pero vayamos a lo importante, a lo que todo el mundo anda esperando. Si la saga Battlefield se ha destacado por algo desde siempre es por su multijugador. De hecho en sus primeras ediciones renunciaba a la posibilidad de desarrollar una campaña para concentrar todos los esfuerzos posibles del estudio en construir la mejor experiencia online posible. En esta ocasión, los recursos y la estrategia permiten hacer ambas cosas, pero sin perder la perspectiva en ningún momento de lo que realmente caracteriza a la saga.
Antes de adentrarnos en la propuesta Battlefield 4 en las consolas de la actual generación se ha de ser consciente, una vez más, de las limitaciones con las que cuentan estas máquinas. La experiencia que se extrae en PC, PS4 y Xbox One no sólo tiene su importancia en el aspecto gráfico, con una fluidez que alcanza las 60 imágenes por segundo, o una resolución superior a la que veremos en las máquinas actuales. La clave de todo viene a ser el número de jugadores que llenarán las partidas y que tiene su consecuencia directa en la diversión de las partidas.
Además de ello, la magnitud de los mapas y la localización de los objetivos dependiendo del modo de juego se adaptan a esta circunstancia. Si bien el terreno dispuesto es el mismo, los puntos de interés existentes no lo son en absoluto, pues hay que concentrar la acción para que el desplazamiento del menor número de jugadores sea consecuente con los recursos que se tienen. Algo que es adecuado, por supuesto, pero que da una idea aproximada del potencial que tiene el juego en las otras plataformas que no sean PlayStation 3 y Xbox One.
Varias novedades son las que esta vez se encuentran en esta nueva entrega de la saga. Tal vez la mayor de todas ellas sea el llamado concepto Levolution, una forma que ha tenido DICE de introducir una gran cantidad de opciones de interacción dentro de los diez escenarios disponibles de inicio. Algo que se apoya muchas veces en la destructibilidad de los mismos, pero también en la capacidad de que puedan cambiar conforme avance la partida.
En ocasiones seremos nosotros los que tengamos el poder de cambiar estas cosas del mapa. Destruir un edificio enorme, abrir una vía de escape a través de una pared aparentemente indestructible, cerrar ciertos espacios de forma manual… Pero otras veremos que las condiciones climatológicas o las catástrofes involuntarias son las causantes de los cambios en el mapa, y en nuestro poder estará el poder usar todas estas opciones en nuestro beneficio, convirtiéndolas así en una variable táctica la mar de interesante.
Por otro lado, a los jugadores que llevan unos cuantos años jugando a la saga les extrañará la disposición de ciertos accesorios en las cuatro clases de soldado típicas de Battlefield. Y es que veremos cómo la reestructuración de éstas afecta directamente a la estrategia que se venía llevando, al menos, en Battlefield 3. El jugador de apoyo ve reducido algo su rol, mientras que el de reconocimiento se vuelve mucho más activo y dinámico al tener poder de destrucción de vehículos blindados.
En general, las opciones de personalización aumentan de forma exponencial. No sólo hablamos de los típicos accesorios que colocar a las armas, la propia cantidad de las mismas o los diferentes uniformes que los soldados decidan colocarse, es que la distribución de las opciones de cada clase permite más combinaciones y da más recursos que emplear dentro del campo de batalla.
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Como decíamos antes, el agua tendrá un gran protagonismo también en el apartado multijugador, con varios mapas que lo acogerán como principal protagonista y una de las claves para llevar a buen puerto la partida. Aquí veremos cómo los vehículos vuelven a tomar una importancia tremenda, con tanques, helicópteros de reconocimiento, de ataque, cazas y botes que nos permitirán no sólo desplazarnos rápidamente, sino tener una ventaja y una superioridad importantísima en muchas de las distintas fases de juego.
Otra de las novedades que añade Battlefield 4 en consolas es la vuelta del modo comandante, aunque de una forma algo diferente a lo que pudiéramos ver en entregas anteriores en PC. Ahora, tanto desde una tableta, como un móvil o el mismo ordenador de sobremesa, podremos asumir el rol de líder del equipo para dar apoyo determinado a las acciones del resto de los soldados, pero también para indicar a qué zonas es necesario dirigirse para ganar la batalla.
El apoyo que el comandante puede dar no es determinante, aunque bien empleado en torneos competitivos se torna fundamental para alzarse con la victoria. Desde el despliegue de UAV, a cajas de suministros en las que cambiar de clase así como ataques aéreos concretos o vehículos a desplegar en las bases, serán algunas de las opciones que tendrá el comandante. Además, si los soldados hacen caso a sus indicaciones, podrán desbloquear ciertas ayudas durante la partida.
Vuelven, como no podía ser de otra manera, algunos de los modos de juego que suponen la base desde la cual se extiende todo el contenido jugable. Conquista y asalto surgen como las opciones más atractivas, pues tras años y años de perfeccionamiento el nivel de diversión que ofrecen está a un nivel muy destacado. Pero sin embargo, la novedad más importante y uno de los motivos que da mayor frescura a la propuesta es la inclusión de otros modos de juego que están muy bien resueltos dentro de todos los ingredientes ofrecidos.
Destaca la llegada de Dominación, que se pudo ver en varios de los DLCs de Battlefield 3 y se consolida en esta propuesta, pero también Erradicación y Desactivación, que sí ofrecen algo nuevo dentro de la saga que aumenta las opciones a la hora de entrar a cada partida. La saga nunca ha destacado por exhibir una gran cantidad de modos de juego, pero en esta ocasión esas carencias se ven cubiertas con creces con estas nuevas adiciones y la vuelta de modalidades con la misma fuerza de siempre.
De esta forma nos encontramos que, una entrega más, Battlefield se consolida en un apartado multijugador que respeta su esencia y refuerza sus carencias. Sin embargo, la versión que analizamos y que corresponde a la versión de PlayStation 3 está algo lejos de exprimir el verdadero potencial del juego, pues las limitaciones técnicas impiden, en cierta forma, disfrutar de lo que en la siguiente generación y en PC será todo un espectáculo gráfico y también jugable.