Análisis Ark: Survival Evolved (PS4)

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Tras un éxito arrollador en PC, la supervivencia jurásica early access prueba en PS4
Por Javi Andrés 14 diciembre, 2016

H1Z1, Day Z, Rust… Son muchos los competidores con los que se las vió Ark: Survival Evolved en ordenadores, pero ninguno a su altura en cuanto a apartado gráfico general y epicidad animal, apostando por lo seguro con algo que gusta a todo el mundo, los dinosaurios. El estudio Wildcard, sin haber terminado del todo todavía su particular MMO para hasta 70 jugadores por servidor, consigue algo en PlayStation que no estamos muy acostumbrados a ver, sacar una versión prematura en la Store de PSN. Este Ark de PS4 no es exactamente un Early Access, como lo fue en PC, lo que nos llega es una versión bastante avanzada, pero todavía inacabada, con bugs, texturas que parpadean, caídas de servidor repentinas y este tipo de “molestias” que van a encontrarse los jugadores durante unos meses, hasta que den por concluido el desarrollo a principios del año que empieza en dos semanas, fecha que el mismo estudio se promete. Teniendo esto en cuenta, debe quedar claro que no hablamos de un análisis o review normal y corriente, sino que valoraremos lo que tenemos ahora mismo, y a precio nada competitivo, desde mi punto de vista, con 35 euros para la descarga básica o 50 euros si se quieren los dos mapas.

Esta naturaleza de juego inacabado que va actualizándose es el gran enemigo que encuentra Ark: Survival Evolved en PS4, como decía algo a lo que no estamos muy acostumbrados en consolas y que sus luchas con Sony ha costado al equipo de Wildcard. Sinceramente, y esto es opinión totalmente personal, espero que no se estandarice este modelo en PSN cuando vayamos a contemplar estos precios. Probablemente cuando esté totalmente acabado, que viendo el estado del juego a diciembre de 2016 ya veremos si consiguen hacerlo para mediados de 2017, esos 35 euros del paquete básico bien puede valerlos. Pero a día de hoy, con las rebajas de grandes juegos que estamos viendo esta Navidad y teniendo en cuenta que el producto completo y total cuesta 50 euros, no creo que sea de recibo una venta así, sí más atractiva para los impacientes.

Y comentado esto -ya digo, totalmente personal-, vamos a hablar de todo lo interesante, único y puntero que hace Ark: Survival Evolved, prácticamente sin competencia en nuestra consola, manejando unos tamaños y horas de juego que pueden llegar a abrumar, y habiéndose adaptado a DualShock 4 con decisiones acertadas pero otras muy poco trabajadas y rápidas. Éste es un juego de teclado y ratón, nacido para ese manejo, y eso se nota en cuanto se despliegan los menús, inventarios, accesos directos inferiores o el sofisticado editor de personaje, incluso. Todo ahora resuelto con el 100% de los botones del DualShock.

La adaptación a consola y a mando se ha trabajado en el sentido de algunos menús y comandos navegables con gatillos o con ruleta radial, algo que estamos muy acostumbrados a manejar y realmente es el mejor sistema de selectores para pad. Pero otras cosas no se tocan, y resultan un poco lentas de manejar con cruceta y stick, como los vastos inventarios. Ark es un juego de crafting y recolección obsesiva, tipo Minecraft, y eso conlleva estar todo el rato recolectando materias primas y mezclándolas para construir nuevas cosas y producto elaborado, lo que necesitaba en PS4 una navegación más ágil, quizá como la que hemos visto en el más que notable Dragon Quest Builders.

Mejor resuelto o mejor resulta todo lo que está in-game, a menú cerrado, como los comandos de recolección, tala, colocación o agresión a otros y a los peligros de este mundo salvaje. Con los botones se juega bien y no se crea furstración o desgaste algunos. Tengamos en cuenta que en Ark, al morir, se pierde todo el inventario y hay que aguantar muy bien el tipo ante embestidas de animales letales, algunos gigantescos, y ante la picaresca de otros jugadores que busquen engañarnos. Éste es un entorno totalmente online, no se puede jugar sin red, y eso significa gente real por todos lados, como en un MMO, dispuesta a ayudarnos o dispuesta a robarnos, pues las peleas entre personajes acaban estando a la orden del día aunque con un extraño equilibrio que tampoco convierte a esto en un PvP, sino donde se puede convivir y cooperar para las mejores cacerías. Toda esa idea es lo mejor que tienen estos juegos, ser en parte un experimento social donde se juega con la picaresca y la confianza de unos jugadores con otros, pero donde también hay que saber ser el más listo y bien armado de la manada para aguantar ante cualquier trampa y bicharraco. Mucho cuidado con los grupitos de matones y troles.

El mundo de Ark es gigantesco y hay muchísimo que hacer. El toque RPG donde nuestro personaje va subiendo niveles y consiguiendo cada vez mejores armas y utensilios marca continuamente la jugabilidad y las metas que se tiene que autoimponer el jugador. Éste es un juego donde no hay misiones específicas ni objetivos claros, donde lo único que querremos es hacernos un refugio, salir a cazar, mejorar, mejorar y mejorar. Pero tenemos todo en contra. El entorno, ya sea el del mapa tropical de TheIsland o el desértico que se añade con Scorched, no pone las cosas fáciles y simplemente recolectar piedra y madera nos hará tener que correr entre las patas de gigantescos dinosaurios que pastan a sus anchas y matan de un golpe. Juntarse a otros es la mejor manera de aguantar el tipo en este angustioso ecosistema, pero nunca confíes en nadie. La supervivencia egoísta es crucial.

Algo que me ha impresionado, además de su apartado técnico perfectamente movido en PS4 estándar y ligeramente mejor aún en PS4 Pro, es que la cantidad de opciones que hemos visto en la versión previa de ordenador está aquí calcada. A menudo, cuando en consola recibimos ports de juegos de PC se recortan ítems y posibilidades para que quede mejor cerrado todo, sin demasiado material adicional que maree a un jugador que, en general, busca no complicarse jugando en su televisor. Con esto me refiero a soporte para mods, selección de servidores concretos -en consola a menudo automatizados-, configuraciones gráficas a elegir, etc. Pues en Ark: Survival Evolved todo esto está tal cual, hay que elegir servidor al principio de la partida, hay varios parámetros visuales que mover para conseguir el mejor rendimiento en nuestra pantalla y versión de PS4, etc. Eso a mí me gusta, pero por otro lado lo hará “muy pecero” para muchos que reniegan del juego en ordenador. Basta con ver el chat en pantalla, los avisos superiores en letras verdes y rojas, o las líneas de comandos, si los activamos.

Como decía, el apartado técnico permite ciertas configuraciones, no muchas. De esta forma, podremos elegir si disfrutar de mejores gráficos en tema de sombras, distancias de dibujado o texturizado lejano, o, a cambio, una tasa de frames más estable y mantenida a 60 en su mejor caso. Ark es un mastodonte audiovisual para tratarse de un mundo completamente abierto y con más de 60 jugadores por servidor -hasta 70 según los números mostrados-. Pero al mismo tiempo es un juego inacabado, por lo que no tardan en aparecer algunos glitches o texturas sin trabajar, físicas extrañas o IAs de los dinosaurios y otros animales que no son del todo coherentes y pueden hacer cosas muy raras, a veces hasta injustas. A eso sumamos un permanente efecto blur que enrarece el aspecto muchísimo. Wildcard debe ponerse fuertemente las pilas si quiere concluir su gran obra y dejarla bien atada. Bastante cara la están cobrando…

75
Jugabilidad: 7.5
Gráficos: 8
Sonido: 7
Satisfacción: 7.5

Análisis

Teníamos muchas ganas de tener un exitazo como Ark: Survival Evolved en PS4, y el resultado del port es sorprendentemente bueno y con poco que envidiar a la versión de ordenador. Muchas posibilidades y técnicamente sólido. Pero no olvidemos que estamos ante un juego inacabado en muchos sentidos, que tiene todavía inestabilidad, errores y esa naturaleza y “apariencia de PC” que puede echar para atrás a muchos no familiarizados con los MMO. Es caro para tratarse de una versión prematura que está terminándose, quizá mejor esperar un poco más para comprarlo, salvo que estés seguro de que te va a encantar perderte en sus infinitas opciones, riesgos y partidas. Quizá cuando lo actualicen del todo y Wildcard lo considere juego final, podremos hablar de otro veredicto más positivo.