Análisis Ultra Street Fighter IV (PS4)
No mentiríamos si afirmamos que Capcom con su Street Fighter II es una de las grandes culpables de que a día de hoy pasemos las tardes con un mando en la mano. La repercusión de este juego de lucha tanto en nuestros hogares como en los salones recreativos se escapa de toda duda. Las monedas de –por aquel entonces- 25 pesetas desaparecían en un abrir y cerrar de ojos. A veces conseguíamos llegar a los cuatro jefes finales, otras ni eso, y cuando el amigo de turno tentaba a la suerte retándonos con su moneda, sabíamos que en un par de minutos se decidiría el devenir de la tarde.
Impresiones jugables de LaPS4 sobre el juego
Con el paso de los años, el legado de Street Fighter II se ha mantenido intacto e impoluto. Es una de las pocas sagas que no se ha visto perjudicada por el paso del tiempo, cosa que prácticamente nadie puede decir. Además, gracias a la proliferación de los torneos tipo EVO y a la llegada de la modalidad en línea, a día de hoy todavía tenemos en Street Fighter IV todo un referente de la lucha en dos dimensiones. Pero faltaba una adaptación a la nueva generación. Esta vez, PlayStation 4 ha sido la afortunada en exclusiva, ya que acaba de recibir la edición apodada como “Ultra” en su actualización más reciente. Sabemos que es atrevido tacharla como definitiva tratándose de Capcom, pero al menos sí la catalogaríamos como una oportunidad perfecta para entrenar de cara a una quinta entrega muy esperada.
Para esta edición, Sony ha reclutado a Other Ocean Interactive, una compañía dedicada generalmente a realizar adaptaciones, y aunque a simple vista el resultado es bueno, al profundizar nos hemos acabado llevando una decepción. Pero no entremos directamente con los problemas. Ultra Street Fighter IV cuenta con todos los personajes y DLCs que poco a poco fueron incorporándose con el paso del tiempo. El elenco de luchadores, por ejemplo, es asombroso, así como los trajes y demás excentricidades típicas de la compañía japonesa. Tampoco falta el equilibrado habitual de estas ediciones, más algún que otro añadido como dos nuevos ataques ultra para cada personaje. En total, 44 protagonistas y más de una veintena de escenarios, donde se ha intentado que nadie destaque por encima del resto, para que cualquiera pueda plantar cara con su personaje favorito.
Entonces, la pregunta es: ¿Qué ha pasado para que nos haya decepcionado? Esta adaptación cuenta con la ventaja de un hardware muy superior al de PS3, donde ya pudimos disfrutar de Ultra Street Fighter IV. El problema radica en la pobre ejecución, ya que nos hemos encontrado con problemas inexplicables. El primero de ellos es el extraño retardo que sufrimos en los menús de juego. Vale, es pasable, ya que al fin y al cabo solo navegaremos por ellos para elegir el modo de juego. Lo peor es que la cosa no mejora mucho dentro de los combates. Aunque el juego corre a 1080p y 60 fps bastante estables, se aprecia un extraño input lag (retardo en la respuesta) que frustrará sobre todo a los más acérrimos. Además, las texturas no han mejorado, y los dientes de sierra son más que evidentes. Todo esto y algunos glitches en el sonido terminarán por sacarnos de contexto.
La guinda de este amargo pastel es el modo en línea, que tampoco funciona especialmente bien, aun sin tener el tráfico que tuvo en su día la edición para PlayStation 3. Con todos estos errores, claramente de optimización, cualquier aficionado al juego que esperara desempolvar sus fighting sticks se va a sentir desilusionado. Sabemos que un parche lo solucionará pronto, pero el sabor de boca ha sido tan agridulce que incluso Capcom se ha visto obligada a retirarlo de los torneos oficiales hasta nuevo aviso. La decisión de ceder la responsabilidad del port a un estudio menor le ha costado tanto a Capcom como a Sony la pérdida de confianza de muchos fans.
Eso sí, si sois jugadores nuevos, Ultra Street Fighter IV se deja jugar perfectamente. Sigue teniendo un control delicioso, y si sois de la escuela de Capcom (medias lunas, patada alta y barrido…), seguramente en unos minutos ya estéis haciendo combos con total soltura. Y ojo, que no luce mal en el televisor, pese a la casi nula evolución respecto a la anterior generación. Hay detalles como la mayor temperatura de color, algunos efectos de polvo y ligeros retoques en la iluminación. Por supuesto, ese estilo artístico tan llamativo sigue resultando tan atractivo como siempre. Pero claro, si nos pidieran recomendar una versión, nos decantamos claramente por la de PlayStation 3, o lo que es lo mismo: un mejor control y ausencia casi total de esos glitches tan impropios que tanto nos han molestado.