Análisis Red Faction Guerrilla

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Únete a la revolución para vengar la muerte de tu hermano y destroza todo a tu paso.
Por David Luque 24 junio, 2009

La saga Red Faction hace acto de presencia en la nueva generación de consolas. La primera entrega tuvo su propia representación en consolas por 2001 en Playstation 2 y por supuesto en PC, donde la saga nació. La primera entrega nos ponía en el papel de un minero que estaba siendo explotado por la Corporación Ultor, que se hacía cargo de la explotación minera de Marte. Nuestro protagonista, harto de los malos tratos y vejaciones que estaba sufriendo, provoca una gran revuelta para defender los derechos humanos y así liberar el planeta de esa mano negra.

La segunda entrega, Red Faction Guerrilla, nos sitúa en un papel similar, pero con ciertos matices que cambian drásticamente la historia del juego. Para empezar, esta nueva entrega es un shooter en tercera persona, lo que significa que en todo momento veremos a nuestro personaje en pantalla, a diferencia del primer Red Faction que era un shooter en primera persona. Podemos encontrar más similitudes solo con mirar la portada, ya que el símbolo esencial de Red Faction es idéntico, con el martillo y la mano, una simbología parecida a la revolución rusa.

Quizás a primera vista el estudio de desarrollo no sea muy famoso, pero debemos recordar que fueron los creadores de Saint Rows, Freespace 2 o The Punisher, algo más ligado al mundo del PC. Su primer motor ya apuntaba maneras en cuanto a físicas y quizás sea uno de los pilares básicos de este juego, la destrucción de todo aquello que nos rodea. Por supuesto para esta entrega se ha diseñado otro motor distinto pero con la esencia del primero.

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Argumento.

La humanidad ha llegado a Marte y gracias a su avanzada tecnología ha sido capaz de acondicionar la apenas inexistente atmósfera marciana en una similar a la terrestre. Con ello, comienza la colonización de todo el planeta y la explotación de sus recursos naturales, entre ellos los minerales. La clase obrera tiene el papel más duro de todos, ya que son ellos los encargados de esta ardua tarea, y el acondicionamiento de las instalaciones para que la vida sea lo más confortable allí.

La EDF, Earth Defense Force, es un ejército encargado de la vigilancia de todo el planeta, que ha sido dividido en regiones para que su organización no sea centralizada y así facilitar su gestión. La EDF no suele ser demasiado compasiva con los obreros, que ven como día tras día son explotados y maltratados por estos soldados, llegando incluso a las emboscadas o allanamientos de moradas con tal de reducir a aquellos que se vuelven en contra del régimen.

La Red Faction se creó para luchar contra la EDF, causando problemas básicamente en transporte e instalaciones, ya que la Red Faction no tiene el potencial, dinero y cantidad apropiadas para hacer frente cara a cara a la EDF.

Nuestro protagonista, Alec Mason, es ingeniero de minas que es trasladado a una región donde vive su hermano. Durante una recogida de chatarra, esencial para la Red Faction con la que crean y mejoran sus armas, cae abatido por un explorador aéreo de la EDF. De vuelta a la casa de su hermano, es rodeado por unos soldados y es mandado a ejecutar, pero es ayudado a última hora por la Red Faction y decide unirse a ellos.

Desde ese momento, nuestro principal objetivo es vengar la muerte de nuestro hermano destruyendo todo lo que veamos de la EDF, para lo cual contamos con la ayuda de la Guerrilla que proporcionará armas en todo momento y transporte.

Al comienzo del juego somos informados de la historia brevemente, algo que quizás no sea del agrado de todos ya que no llegamos a entender exactamente como se ha producido la colonización de Marte y la expansión de la poderosa EDF. Aunque al comienzo parezca que conocemos la historia, mientas desarrollamos misiones no encontramos ninguna secuencia de video entre personajes, ni historias ocultas que no quieran contar. El juego se basa radicalmente en la acción.

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Jugabilidad.

Podemos destacar este apartado como uno de los más trabajados del juego. Como con todo shooter en tercera persona, contamos con la apariencia en todo momento del protagonista y como todos os imagináis, controlaremos con el stick analógico izquierdo. Con el derecho tendremos la opción de cambiar el ángulo de la cámara mientas vamos andando, apuntar las armas de fuego o las arrojadizas (como bombonas de hidrógeno) o bien girar los distintos vehículos que encontramos en el juego (todoterrenos, Hummer’s de la EDF, vehículos de transporte).

Tenemos la opción de llevar con nosotros 4 armas, una por cada botón del pad derecho o bien del pad digital izquierdo del mando (podemos cambiar de arma con las dos opciones, quizás es más recomendable con los botones, ya que simplifica bastante la acción). Se echa en falta la opción de llevar algún arma más y utilizar más botones del mando para su cambio, pero si pensamos una buena estrategia y una manera adecuada de usarlas todas y de ayudarnos de ellas cuando sea necesario no tendremos demasiados problemas a la hora de que la EDF nos haga una emboscada con varios hombres.

Las misiones son muy variadas, aunque pertenecen todas a la trama principal y no muy bien relacionadas, pero son pequeñas misiones de destacamento para hundir a la EDF en la zona, que suba la moral de nuestra tropa y se unan a nosotros en caso de necesidad (para ataques o defensa de zonas) y por supuesto para ganar chatarra, que es la moneda de cambio para aumentar las prestaciones de nuestras armas.

Las armas son muy variadas, originales y no solo eso, sino que cada una ofrece un espectáculo distinto al jugador, siendo los cohetes los más solicitados para la destrucción total de una zona o bien para las partidas online, en las que hay que ser muy rápido para que seamos eficaces. Las armas de fuego semiautomático ofrecen un buen alcance tanto a media como corta distancia, pero su dificultad aumenta demasiado si intentamos abatir a un enemigo que está algo más lejos ya que el movimiento del personajes hace que el apuntado no sea del todo eficaz, para ello tenemos la opción de hacer zoom con casi todas las armas pulsando R3. Dentro de los rifles, destacamos el rifle de Gauss, que lanza ondas sonoras que destrozan todo a su paso, el nano rifle, que podemos decir que derrite los materiales y la trituradora, que lanza discos punzantes que cortan materiales y enemigos. Tenemos armas muy originales, como las bombas de singularidad que crean pequeños agujeros negros que devoran todo lo que les rodea en un radio determinado.

Un elemento que acompaña a las armas y que en ocasiones pueden sacarnos de un aprieto son las mochilas. Cada mochila ofrece un poder distinto, y van desde el clásico jetpack (algo limitado), el rinoceronte para atravesar paredes, el acelerón para correr como nunca o incluso uno que nos regenera nuestros puntos de salud (que se muestran en la parte superior de la pantalla) o uno que nos convierte en invisibles, ideal para partidas multijugador para infiltrarnos y abatir contrincantes como queramos.

Entre los modos de juego, apartando el más que evidente modo campaña que ofrece como unas 15 horas, destacamos el Grupo de demoliciones, que es un apartado multijugador (si lo deseamos) de hasta 4 jugadores, que irán turnándose en una partida en la que deberán destruir el escenario y conseguir más puntuación que nadie en 1 minuto, en el modo caos. Hay otros modos dentro de Grupo de demoliciones, como Escalada, que es parecido al anterior solo que la munición es limitada y ronda tras ronda irá creciendo la munición y el tiempo. Otros dos modos son Destrucción, que al disparar restará tiempo del total y Destrucción de barriles que como el mismo nombre indica es destruir todo lo que tenga forma de barril a nuestro alrededor.

Por si fuera poco, el juego ofrece un modo de juego en red local que es muy de agradecer ya que últimamente es de los que más escasean en los juegos que solo incluyen online.

Para ser un juego en tercera persona que deriva de un shooter en primera, sorprende el nuevo enfoque que le han dado los desarrolladores para crear un mundo entero, abierto y lleno de detalles. Podemos coger cualquier vehículo que encontremos en el mapa, aunque la conducción podría estar un poco más retocada no es algo que nos preocupe ya que solo utilizamos los vehículos como transporte para ir a una misión, huid en caso necesario o para trasladar rehenes que han hecho los EDF de nuestros compañeros. Gracias al mapa (botón SELECT) podemos elegir el destino y el juego nos muestra la ruta con unas llamativas flechas amarillas que flotan sobre el asfalto.

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Apartado gráfico/sonido.

Gracias al motor tan sólido con el que está trabajado el juego, encontramos un aspecto muy pulido en muchos aspectos que ahora vamos a ir desgranando, pero podemos estar seguros de que los desarrolladores han hecho un excelente trabajo y eso se nota desde el primer minuto de juego. Para empezar y quizás un aspecto que más preocupaba a muchos, no por el tipo de juego que es, sino por su mapeado abierto tal y como muestran otros juegos como GTA IV o inFAMOUS, y al principio podemos llegar a olvidar que estamos ante un juego que ofrece tanta libertad. Marte es un planeta que no tiene vegetación tal y como lo conocemos aquí, es un desierto eterno lleno de rocas, acantilados y pequeñas montañas que dan relieve a su corteza. El apartado gráfico sorprende en este sentido, ya que podemos ver la rugosidad de la arena a cada paso, a una distancia más que acptable (no se aprecia popping) y su colorido va cambiando con la transición día/noche tan bien implementada en el juego y que nos deja unas estampas dignas de postales.

Unido a este cambio de día/noche suele ir otro de cambio de tiempo que no estaría mal enfocado en el juego, ya que daría variedad al ambiente y podría poner las cosas más difíciles a la hora de, por ejemplo, huir de un ataque enemigo o al caer por una cuesta. No sería del todo imposible ya que al comienzo del juego se nos explica la atmósfera de Marte y podemos ver en sus cielos grandes nubes moviéndose por el impulso proporcionado gracias al viento.

Los modelados son increíbles y sus animaciones están muy bien implementadas, aunque podríamos pedir más variedad de civiles en las bases o más movimiento de la ropa ya que en ocasiones parece que va pegada al cuerpo. Igualmente que los personajes, los vehículos rayan a gran nivel, aunque no vemos que sufran por la suciedad del ambiente, que es muy sucio debido a las corrientes de arena que podemos ver cuando conducimos por las carreteras de Marte. Los edificios tienen también un buen acabado, con un estilo muy particular entre futuro y presente, con mesas en sus interiores y objetos sobre ellas, todo muy lleno de detalles hasta el último rincón.

El motor físico del juego merece unas palabras aparte del resto, ya que es lo que más impresiona a la hora de hacerse con el juego. Puede ser que la caída de objetos se parezca demasiado a como sería en la Tierra, ya que Marte es algo más pequeña y por ello tiene menos gravedad, pero no vamos a ponernos físicos en el asunto y disfrutemos con este lujo de motor. Podemos destruir todo lo que no sean rocas. Desde edificios enteros, por sus cimientos, sus paredes, ventanas, puertas… , incluso podemos dejar un edificio solo con sus pilares, sin muros maestros, y que venza por su propio peso dando una demostración de lo que tienen que ser las físicas de un juego del estilo. Las torres enemigas o los depósitos de combustible, o bien explotan totalmente o bien debemos colocar las cargas de cierta manera que, con una sola explosión caigan al suelo, tal y como se pide en una misión al poco de comenzar.

Como punto negativo, hay pocas cinemáticas a lo largo del juego y no son con el motor del juego, muy capaz para este tipo de escenas. Podrían haber incluido algunas entre misiones, con historias íntima de los personajes para darles algo más de personalidad.

Debemos recordar que, si destruimos emplazamientos enemigos, nuestra moral irá creciendo, mientas que si matamos revolucionarios (que no emplazamientos) la moral descenderá.

El apartado sonoro queda en un segundo plano en esta ocasión, ya que la música de fondo está algo baja con respecto al sonido ambiente, y solo se verá aumentada en el caso de que estemos en apuros con los enemigos, que subirá de volumen y nos meterá totalmente en acción. La música en general es muy épica y podemos comprobarlo perfectamente con la música del menú principal, que no tiene nada que envidiar a la de Uncharted por ejemplo.

Red Faction Guerrilla es un juego que se ha inspirado en otros de cobertura, como pueden ser Uncharted: El Tesoro de Drake o en Gears of War. Podemos cubrirnos con los muros o con objetos que encontremos y las balas silbarán al pasar y dejarán un rastro para que podamos reconocer quien ha sido el que nos ha disparado y mejorar la puntería.

Para acabar con el apartado sonoro, el doblaje al español está muy trabajado, aunque no está sincronizado con los labios, pero las voces son de profesionales y dan el énfasis necesario a las situaciones.

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Online.

Como muchos de los juegos de la generación actual que vivimos, Red Faction Guerrilla cuenta con un multijugador online de hasta 16 jugadores. A la hora de entrar en el modo online llegamos a un menú donde podemos usar directamente el Matchmaking para buscar una partida. Tenemos que aclarar, que este Matchmaking está perfectamente trabajado, y que no tardaremos más de 15 segundos en encontrar una partida llena de jugadores, un punto a favor de Red Faction Guerrilla.

Podemos crear grupos de juego y que nuestros amigos se unan gracias al Matchmaking en grupo o incluso crear partidas personalizadas en la que ajustaremos los parámetros como nosotros queramos. También tenemos la opción de observar como los demás juegan gracias al modo Espectador, algo muy útil cuando somos principiantes y queremos ver las tácticas apropiadas para el combate.

Uno de los parámetros importantes es la Personalización, con la que podemos cambiar tanto el icono primario como el secundario de nuestro logo que nos representa en la lista de Matchmaking, el color, y podemos seleccionar los personajes con los que jugaremos. La última selección corresponde al martillo que acompaña al ingeniero, y va desde el martillo convencional, pasando por el rompepiedras, maestro demoledor, aplastacaras, aplastabronce… . Muchos de los objetos estarán bloqueados al principio, pero a medida que subamos nivel se irán desbloqueando y podremos seleccionarlos.

Contamos con un apartado de nuestras estadísticas en la rede en la que nos muestran nuestros resultados en combate, la experiencia ganada y una barrita que nos muestra lo que nos falta para subir de nivel. Con R2 y L2 podemos elegir que queremos desbloquear al subir de nivel y no está regido por el juego. Contamos con un tutorial en Videos de Entrenamiento, que nos servirá para saber cómo usar correctamente las armas y sacarle todo el jugo.

[BREAK=Entre tú y yo]

Entre tú y yo.

Puede que para muchos Red Faction Guerrilla no mueva tantos hilos como juegos ya a la venta que llevan muchos años de desarrollo y mucho coste tras de sí, pero este es un juego que se disfruta desde comienzo a fin, algo original en su ambientación, ya que no hay demasiados juegos que nos coloquen en otro planeta, pero siempre con el mismo problema, la guerra entre bandos, porque aunque esto sea una revolución, lleva consigo el enfrentamiento para que todo se aclare.

Es cierto que los personajes no desarrollan demasiado su personalidad, pero se le puede perdonar ya que a un juego de acción no se le puede pedir mucho más si cumple con lo que se estima, que es que tenga muchos momentos de tensión y te haga repetir una zona porque no hay manera de vencer a cierto comando enemigo. Red Faction Guerrilla asegura muchas horas de diversión en este sentido ya que no es un juego corto, y además nos presenta muchas situaciones muy variadas, pero siempre muy relacionadas con la destrucción. Es cierto que hay alguna misión de apoyo o de rescate de rehenes, pero quizás más misiones por región o algunas de forma alternativa que no afectasen la historia principal no habrían venido nada mal.

Lo que sí es de muy agradecer es el modo Grupo de Demoliciones, que si lo jugamos con varios amigos tenemos entretenimiento para una tarde entera. Parece que es simple, ya que te ponen en un escenario al que tienes que mandar a la ruina, pero hay que ingeniárselas para que en un minuto ganes a tus amigos que tienes a tu alrededor. Modos así se echan mucho de menos, ya que con el multijugador online se pierde parte de la frescura que aportan modos multijugador en una misma consola.

[BREAK=Conclusiones]

Conclusiones.

Red Faction Guerrilla da una buena lección de cómo compaginar un mundo abierto y espectacular con un apartado gráfico de nota y un excelente motor de físicas, porque esto es lo que entra por los ojos al espectador y lo que en ocasiones hace que destruir sea lo más divertido que se haya hecho en algún juego hasta hoy.

Siempre hay que agradecer que los juegos nos lleguen en nuestro idioma, y en este caso es así. Todo está en español, y se ve que ha estado muy trabajado en muchos sentidos, ya que no hay problemas gráficos graves (quizás falte algo de v-sync) y en el modo online no hay problemas de lag en ningún momento.

Lo mejor:

  • Destruir todo lo que nos rodea con un increíble motor de físicas.
  • El apartado gráfico.
  • Doblado al castellano.
  • Un completo modo online.

Lo peor:

  • Una historia poco elaborada.
  • La conducción de los vehículos.
  • Pocas escenas de video entre misiones.
95
Jugabilidad: 9.75
Gráficos: 9.25
Sonido: 9.5
Satisfacción: 9.5