Análisis – Trailblazers
De luz y de color, o eso dicen. Y desde luego a los chicos de Supergonk no hace falta que se lo expliquen. Este estudio independiente británico ha sido formado por antiguos desarrolladores de empresas tan prestigiosas como Codemasters, Lionhead o Bizarre Creations, y llegan por primera vez a Playstation 4 apostando por una innovadora manera de entender los juegos de carreras.
Paint it… Whatever
Trailblazers consiste en un título de conducción futurista centrado en la vertiginosidad y con una importante carga cooperativa. En este juego no solo deberemos coronar la pole en cada carrera haciendo uso de nuestra habilidad al volante, sino que gracias a unos eyectores de pintura colocados en nuestras naves, podremos crear rastros de color por la pista que servirán para impulsarnos a nosotros y a nuestros compañeros de equipo.
Los amantes de Nintendo muy probablemente estarán pensando en su título exclusivo de disparos “Splatoon”, y no están desencaminados. La gracia de Trailblazers reside en la estrategia y habilidad de cada jugador para saber dónde pintar, cuándo fastidiar las pintadas de tus rivales y cuándo acelerar a tope.
Con todo ello, el resultado es un juego divertido, innovador y una muy buena forma de salir al mercado. Analicemos por partes.
El trazo y la forma
En toda obra es igualmente importante la idea detrás de ella como su propia ejecución. Trailblazers apuesta por un apartado técnico modesto, pero muy bien pulido. Cuenta con 60 fotogramas por segundo constantes, gráficos en alta definición y en general un acabado excelente.
En Supergonk han apostado por un estilo cell shading bastante apropiado para la estética del juego y la verdad es que les funciona muy bien con el diseño de las naves, inspiradas en coches reales de distintas épocas (desde los modelos Ford de los gángsters hasta el DeLorean) modificadas con propulsores y anuladores de gravedad característicos de los juegos futuristas.
Los personajes son originales, al tratarse de una mezcla entre humanoides, animales y seres alienígenas.
El diseño de los circuitos es correcto. Si bien en los juegos de carreras de naves siempre se prioriza la linealidad del trazado, con el fin de poder alcanzar velocidades punta,se echa un poco en falta la verticalidad o las curvas cerradas tan implacables que ya vivimos en otros tiempos, con la saga Wipeout, por ejemplo, que los más veteranos seguro recordarán.
Su apartado de sonido está trabajado al mismo nivel que el gráfico: nuestros personajes no tienen líneas de diálogo, simplemente emiten sonidos de exclamación o de aprobación (como el balbuceo de nuestros queridos Sims), pero por otra parte la banda sonora ha sido elegida con una exactitud digna de mención: temas increíblemente movidos; techno, dancehall… que acompañan la rapidez de las carreras de una manera perfecta.
La enmarcación
En Trailblazers podemos disfrutar de una campaña de duración moderada, donde, eso sí, la rejugabilidad es bastante grande ya que se nos invita a completar toda una serie de objetivos secundarios de distintas dificultades en cada carrera. También tenemos los clásicos modos a pantalla partida donde podremos disputar carreras por equipos, contrarrelojes y algún modo exclusivo del título, y como no podía ser de otra manera en los tiempos que corren, las modalidades multijugador.
Con este título la importancia de jugar con o contra otros jugadores es muy notable. El propio diseño sobre el que se basa este juego, el pintar el trazado para favorecer a nuestro equipo, ha sido pensado con el fin de disputar carreras con otras personas.
En los modos cooperativos la diversión crece exponencialmente al tratar de organizarte con tus amigos para realizar el mismo recorrido, y en los modos competitivos la tensión aumenta de igual manera al ver cómo nuestros rivales echan pintura sobre nuestros planes.
