Análisis Star Trek: Bridge Crew
Más allá de aprovechar la tecnología de la realidad virtual para experimentar con nuevas mecánicas a la hora de jugar, estaba claro que una de las funciones principales de dispositivos como PlayStation VR iba a ser la de emular ciertos lugares o situaciones con los que interactuar, para así ofrecer una inmersión total y absoluta. Ese sin duda es el caso de Star Trek: Bridge Crew, que nace seguramente como respuesta a los deseos más inimaginables de los fans desde el inicio de la mítica serie. Ahora, gracias a Ubisoft, cualquiera puede asumir el papel del capitán Kirk y llevar una nave de la Flota Estelar, como la U.S.S. Aegis, mucho más lejos de los confines de la galaxia.
Esa justo es la gran baza que usa la compañía de origen francés a la hora de llevar a cabo un desarrollo de estas características. Star Trek es una de las series de ciencia ficción más aclamadas de la historia, con un largo recorrido tanto en los salones del hogar como también en las salas de cine. No se podría entender un juego de estas característica sin un elemento tan poderoso detrás, con toneladas de carisma que pueden llegar a justificar casi cualquier planteamiento que se pueda proponer para llevar a cabo una experiencia de realidad virtual.
Tal vez por ello Red Storm y Ubisoft Barcelona se atreven a plantear con Star Trek: Bridge Crew un sistema de juego algo arriesgado. Hablamos de un título que invita a la cooperación entre usuarios de forma online para ejecutar diferentes acciones dentro de una de las dos naves comentadas anteriormente. De dinámica pausada y con poca o ninguna tensión, el capitán va dirigiendo a la tripulación para que las vaya ejecutando. Bajo sus órdenes se encuentra el timonel, el táctico y el ingeniero, que a través de diferentes paneles irán desempeñando su función desde el puente de mando de la nave en cuestión.
Es curioso y sorprendente el entrar en una partida y descubrir a tu alrededor al personaje de cada uno de los otros tres jugadores dirigiéndose hacia ti, personalizado cada uno con las escasas opciones del limitado editor, que principalmente permite escoger entre humano o vulcaniano. Gracias a las PS VR, los Move o incluso con el DualShock 4, uno percibe el movimiento exacto que está haciendo el otro usuario. De esta manera, gestos como saludar con la mano o mover la cabeza para dirigirse a cada persona se transmiten en el modo cooperativo, dando un plus extra de inmersión a la situación, y que provoca que realmente uno se llegue a sentir como un miembro más de la Flota Estelar.
En ese momento de reunión, las conversaciones con cada miembro de la tripulación suponen el soporte vital de un juego que necesita de cada jugador para escanear un objetivo, controlar la energía para aumentar la velocidad de la nave o preparar las armas y los escudos para entrar en batalla. La unión de distintas acciones coordinadas suponen el punto álgido del juego, así como la sincronización entre compañeros. En esos instantes es donde se disfruta al máximo de Star Trek: Bridge Crew, siendo el juego entre amigos donde se alcanzarán las cotas más altas de diversión. El problema, sin embargo, aparece cuando no hay conocidos con los que jugar, y el matchmaking como mucho puede juntar con un grupo de gente de Europa, sin posibilidad de elegir España como región concreta. En ese momento, la barrera del idioma puede suponer un grave problema para todo aquel que no esté familiarizado con la lengua de Shakespeare. Ya no solo por el hecho de que el juego esté en perfecto inglés, sino sobre todo porque estamos hablando de un juego donde la comunicación es fundamental, y casi siempre habrá que emplear dicho idioma para comunicarse con cualquier persona que se cruce al azar.
Y es que, a pesar de que el título cuenta con un modo historia para un solo jugador, todo en Star Trek: Bridge Crew está pensado justamente para hacerse en compañía. De hecho, abordar las diferentes misiones en solitario puede llegar a convertirse en una sucesión de acciones que se convierten en farragosas cuando ya se han descubierto todas las posibilidades de cada miembro de la nave. Sí, cada objetivo va variando y los ajustes a realizar también, pero en el momento en el que se descubre todo el potencial a nivel de juego, el interés va decayendo con el paso de las horas.
Una ambientación fascinante con algún que otro problema
Pero si comentaba antes que el juego en cooperativo era el gran argumento que esgrimía el título para sorprender, la ambientación sin duda es el segundo. Cualquier trekkie se sentirá emocionado al ver todo lo que le rodea en la U.S.S. Aegis. Incluso en la U.S.S. Enterprise, disponible en el modo Ongoing Voyages, donde se generan situaciones de manera aleatoria. Es impagable el percibir desde el primer momento que todo se ha cuidado al detalle para que nada eche en falta el fan de la serie de televisión. El problema es, tal vez, que quien no sea fan de este fenómeno de la ciencia ficción ni apreciará todo esto, ni tan siquiera le convencerá el modo cooperativo.
Pese a esa ambientación tan cuidada, Red Storm no está a la altura en lo que a potencia gráfica se refiere. Texturas planas, modelados de personajes pobres, iluminación pobre, algún que otro fallo técnico… Star Trek: Bridge Crew no acaba de ser una propuesta sólida en su acabado final, y da la sensación en todo momento que se podría haber hecho más, o que incluso con unos cuantos meses más de desarrollo todo hubiera quedado más pulido. Aunque, claro, hubiera implicado un nuevo retraso que sumar al historial. Tampoco me llega a convencer la calibración de las PlayStation VR a la hora de jugar. Al interaccionar con el panel de mandos de la nave a modo de mesa, muchas veces los controles PlayStation Move quedan por debajo de la detección de la PlayStation Camera, teniendo que volver a empezar para corregir el error y acomodarlo todo mejor para la interacción.
Un experiencia de realidad virtual hecha única y exclusivamente para el fan
Red Storm arriesga con una marca tan potente como Star Trek, y estoy convencido que funcionará entre sus fans incondicionales. Sin embargo, dudo mucho que despierte el interés de aquellos que poco o nada conocen de las aventuras de la Flota Estelar. Pero incluso si se es fan, la imposibilidad de filtrar el matchmaking por país hará que la barrera del idioma sea demasiada alta para un juego que, sin duda, se alimenta de la comunicación y la buena coordinación entre sus jugadores.