Análisis – Assassin’s Creed Mirage
Asesino de vieja escuela
Hablar de Assassin’s Creed es hablar de una de las sagas de videojuegos más famosas y a su vez de una de las más irregulares y que más división o polémica crean entre sus fans, habiendo quienes prefieren las primeras entregas, cortas y directas, sus juegos mas recientes donde predomina el tamaño del mapa, los elementos roleros y su larga duración, o incluso entregas entre unas y otras donde la saga experimentaba buscando nuevas posibilidades como la caza, la exploración pirata o hasta las persecuciones de carruajes.
Hoy toca hablar de su nueva entrega, aunque vieja en su propuesta, ya que se ha insistido mucho en que Assassin’s Creed Mirage apostaría por una jugabilidad clásica y directa, buscando recuperar al fan original de la saga. ¿Lo conseguirá?
La vuelta a los orígenes comienza en su mapa
Y es que lo más llamativo que veremos al empezar a jugar es que el mapa vuelve a ser pequeño, alejado de esos mapas gigantes de los tres últimos juegos e incluso de los posteriores a la trilogía de Ezio Auditore.
Tendremos una ciudad de Bagdad de un tamaño no muy grande llena de calles estrechas repletas de gente caminando o interactuando con elementos del decorado, zonas por las que hacer parkour, escondites en los que atacar o huir de los guardias, incluso carteles que arrancar para reducir la notoriedad, recordando inevitablemente a esos primeros cuatro juegos de la saga principal.
Pero no todo será ciudad, fuera de sus muros habrá una gran zona exterior de desierto pero que, sin saturar, ofrece actividades de exploración, otorgando al juego algo de variedad por si sentimos que necesitamos descansar de tanta ciudad, aunque quizá sí que esté más desierto de lo que podría al haber muchas menos actividades de interés que dentro de la ciudad.
Entre las opciones de exploración encontraremos los cofres de equipo, con armas, armaduras y diagramas para mejorarlas.
Distintos coleccionables como artefactos de Dervis, Esquirlas misteriosas o Sitios históricos, que serán un coleccionable que nos contarán la historia de algún monumento o edificio de la zona, para quienes les guste la historia, el arte o aprender sobre Bagdad.
Además de las clásicas atalayas en las que subimos para desbloquear zonas sombreadas del mapa y por último unas Historias de Bagdad, que serán unas misiones breves donde ayudamos a otra persona, pero que sentimos que son demasiado cortas y en una cantidad demasiado baja como para resultar suficientemente interesantes.
En cuanto al inventario, podremos desbloquear y equipar diferentes tipos de armas, armaduras o dagas, pero que no se compran en tiendas, sino que se obtienen de misiones o cofres de equipo, talismanes meramente estéticos, y materiales con los que mejorar las herramientas y equipamiento.
Mas sigilo, menos acción.
La jugabilidad principal de Assassin’s Creed Mirage está enfocada en el sigilo, ya que sus misiones, guaridas e incluso su árbol de habilidades está enfocado en que juguemos en sigilo, ofreciendo para ello siempre gran variedad de escondites, herramientas e incluso algunas habilidades sobrenaturales para que sea siempre fácil poder eliminar a los enemigos uno por uno sin levantar sospechas, dejando el combate directo como última opción, salvo en momentos concretos de la trama.
Según avancemos podremos conseguir herramientas como cuchillos, para eliminar enemigos a distancia, cerbatana para dormir a los guardias, las clásicas bombas de humo para poder escapar del combate si se complica, buscapiés para distraer a los guardias, y trampas que colocar en la ruta de un guardia para que sea dañado al pisarla.
Además de la posibilidad de mejorarlas en la guarida de los asesinos para consigan otros efectos, más poder o daño de área, dando un sigilo de lo más satisfactorio.
Pero no todo podía ser bueno y será en su sistema de combate directo donde le veremos las costuras al juego, ofreciendo un combate simple, impreciso y poco satisfactorio donde alternaremos entre dos tipos de golpes, fuertes y débiles, desvíos pulsando el botón de cubrirse en el momento justo, y esquives, todo ello con una barra de resistencia que se va agotando para impedir que resolvamos todo a espadazos desmedidos, además al luchar contra los diferentes guardias no sentiremos que reciben todos los impactos y simplemente les atravesamos sin reacción a pesar de reducirles la salud, siendo posiblemente el apartado que ha salido peor parado del juego.
Por si fuera poco, nos encontraremos una inteligencia artificial que deja mucho que desear, encontrando guardias a los que les costará vernos aunque pasemos ante sus ojos, o que sean excesivamente fáciles de engañar con herramientas, pudiendo matar a un guardia a dos metros de otro y que ni se entere, afectando directamente a una experiencia que necesita de un sigilo satisfactorio para sostenerse, incluso en la dificultad más alta.
Ya fuera de combate, tendremos un sistema de escalada que queda por debajo de lo ya visto en juegos como Assassin’s Creed Unity, claramente inspirado en los últimos juegos donde el parkour no era tan protagonista como en este juego, por lo que no será tan preciso o satisfactorio como lo fue en el pasado, dejando otra sensación de que se pudo hacer algo mejor.
Una trama con aire nostálgico y una ambientación marca de la casa
Aunque el juego se planteó en principio como una expansión de Assassin’s Creed Valhalla, de primeras se podrá disfrutar Mirage sin necesidad de haberlo jugado, pero sí que en algunos momentos de la trama concretos se hace referencias directas que solo entenderán quienes lo jugaron.
A nivel argumental encontraremos una trama inspirada en los primeros juegos, donde empezaremos como un joven Basim valiente pero inexperto y se nos presentarán su progresión hasta convertir en un asesino, y será entonces cuando se abra el mapa y tengamos que ir investigando y asesinando enemigos en nuestro camino hacia enemigos más poderosos, con un sistema de misiones abierto no lineal donde mediante investigaciones en zonas marcadas en una especie de tablero, vamos haciendo favores, siguiendo a personas, colándonos en guaridas o hasta planeando asesinatos en grandes bases enemigas.
Para acompañar a la trama nos encontramos una ambientación espectacular, como acostumbra Ubisoft, donde Bagdad está recreada fabulosamente, añadiendo sus monumentos y pedacitos de historia más significativos, explicados en los ya mencionados Sitios históricos, siendo compatible el jugar y aprender historia a la vez.
Por lo que cualquier fan de la saga que juegue principalmente por vivir épocas pasadas de gran peso histórico encontrará en este juego un motivo más que suficiente para disfrutar.
Como punto negativo, en algún punto del centro de la ciudad el juego sufre de Tearing que puede resultar algo molesto, que supongo se arreglará en posteriores parches.
Por contra, como también es costumbre en juegos de Ubisoft, encontraremos unas caras poco detalladas con expresiones faciales poco realistas, por debajo del estándar actual, aunque en el caso de los NPCs al menos queda disimulado por sus animaciones e interacciones con el entorno que dan realismo al escenario, en los personajes principales con los que interactuamos cara a cara si derivará en conversaciones poco naturales y algo rígidas.
Banda sonora de calidad y doblaje para todos los gustos
Será en el apartado sonoro donde encontraremos el punto más alto del juego, empezando por una banda sonora que acompañará a la perfección en cada situación, dejando muy buenas melodías que no tardarán en llamar la atención, con incluso algunas referencias al pasado que sabrán apreciar los más fieles a la saga.
Sin duda Ubisoft lo ha dado todo en este apartado, cosa que podemos esperar cuando fueron los primeros juegos los que nos dieron muchos de los mejores temas de la saga y se nota que han querido cuidarla tanto como se hacía en sus primeras entregas.
En cuanto al doblaje, tendremos unas voces más que acertadas, sin llegar a ser un referente de actuación, pero que nos dejarían satisfechos al menos en lo que a personajes principales se refieren, teniendo además para elegir el doblaje a muchos idiomas, previa descarga desde el menú, pudiendo disfrutarlo incluso un doblaje arábico para mayor inmersión narrativa.
Una vuelta a los orígenes que entra por los ojos y oídos, pero no a los mandos
En general, encontraremos los puntos fuertes y débiles habituales de las primeras entregas, con las penalizaciones que el paso del tiempo y algún experimento como el combate puedan dejarnos.
Dando un combate cuerpo a cuerpo que deja que desear y a su vez un sigilo como eje central, con buen diseño de niveles y mecánicas pero estropeado por una IA bastante mejorable que empañará la experiencia.
A favor tiene la ambientación sello de la casa, la banda sonora muy inspirada que acompañará mientras paseamos por Bagdad, y que, al ser una apuesta menor, pueda ofrecernos unas 20/25 horas de contenido concentrado y variado, con buen ritmo de juego y sin abrumarnos con tareas y coleccionables que se sientan estirados o ‘copiapegados’, pero que muestra cierto desgaste al tener una estructura de misiones ya vistas hasta la saciedad dentro de la saga.
Por: @MParras_PS3